29.1.08

¡Concurso!


Estamos en el de este mes en periodistasenlinea con el tema ejecuciones. Tómate unos minutos, regístrate, y lee esta y otras historias. Analiza los trabajos enviados, vota. Y sigue aquí, en este fascinante carrusel de sensaciones: el país que nos tocó habitar.

Ocho momentos del narco que conmovieron a México

Por Pedro Díaz G. / Enviado, y Humberto Padgett

emeequis


Uruapan, Michoacán.– Bajo el cielo purépecha, donde en este 2006 más de un hombre muere violentamente cada día, cinco cuerpos están desaparecidos. Sus cabezas, cercenadas, arrancadas del torso con cortes casi perfectos, de cirujano, forman parte de una diabólica crónica cotidiana, del temor, de la impunidad y de esas historias de asesinos que no sienten otra cosa sino un acendrado desprecio por la vida.

Las nuevas anécdotas sanguinarias hablan de cabezas tiradas sobre la pista de baile del bar Sol y Sombra, cuando los lugareños disfrutaban de la velada.

Pero, ¿y los cuerpos?

–Ya aparecerán –dice con certeza don Francisco Magaña, asistente del forense en Uruapan; hombre experto en el manejo de cadáveres, quien tuvo en sus manos estas cinco esferas de piel desgarrada y hueso–… Sólo hay que ponernos muy abusados.

Su voz parece quebrarse por la desazón. Y como si fuese parte de la sabiduría heredada por sus ancestros, fija la mirada, y desde la sala de su casa, advierte:

–…Hay que buscarlos en el cielo. Porque ya cuando los zopilotes andan haciendo rueda, cuando se ponen a revolotear, nomás nos vamos pa´bajo en línea recta, y allí los vamos a encontrar.

Este hombre de 58 años ha pasado los últimos 30 lidiando con “los cuerpos”. Suena el teléfono y sabe que hay trabajo por hacer. Profesional de lo grotesco, esta semana no ha sido de las más afortunadas para él. Por sus manos pasó el terror de manipular cinco cabezas.

–…Yo nomás los miraba, así, detenidamente. De cada uno se hace un reporte: circunferencia del cráneo, color de piel, tipo de cabello, labios gruesos, delgados… Trabajo de rutina. Pero esta vez eran cinco… Me ponía a pensar cuánto sufrieron, pero sobre todo cómo alguien es capaz de cometer un acto así. Ya ni los animales.

Reflexiona don Francisco Magaña cuánto sufrimiento se inflinge, no sólo a los ejecutados, sino a sus familias. Medita y trata de adivinar de qué manera fueron arrancadas las cabezas…

–Cuando las miré en el hospital, sobre la plancha, sí me asombré, la verdad. “Mira nomás, lo que te tenemos”, me dijeron. Sí: fueron cortes limpios, muy fuertes, de tajo.

–¿Con machetes?

–No estoy seguro: el machete no entra. Se toparía con las vértebras, con el hueso, y se atoraría… No. Hasta pienso que pudo ser con una guillotina mecánica. O de un hachazo, pero bien dado. Sólo así...

Ladran los perros.

A las afueras de su casa, una vieja Combi sirve para hacer parte del trabajo: en ella transporta los cuerpos, cuando hay que ir por ellos a alguna alejada región. Otros le llegan al hospital civil de Uruapan, lugar al que acude apenas hay necesidad. Huele intensamente a formol este vehículo, pues en ocasiones transporta cuerpos, o pedazos de cadáveres, ya putrefactos.

El domingo tres de septiembre apareció una mujer, también decapitada, a un costado del Viaducto Jicalán, le faltaba el dedo meñique. Estas cinco cabezas, de acuerdo con las investigaciones, fueron quienes la ejecutaron.

–Ella sí, su corte en el cuello era distinto. No tan limpio. A ella la cortaron con sierra. Yo me digo: ¿pero qué necesidad?

Michoacán 2006: más de 357 muertos por violencia, concentración de una interminable lucha entre grupos de narcotraficantes, sitio de una nueva geografía criminal, zona inundada de droga, cielo purépecha en donde cinco cuerpos sin cabeza no aparecen.

A la una de la mañana del 7 de septiembre, 20 personas armadas, vestidas de negro y pasamontañas, llegaron al Sol y Sombra, estacionaron sus camionetas, ingresaron al bar, dispararon al techo y exigieron a todos tirarse al suelo.

Amagados clientes y bailarinas, integrantes del grupo alcanzaron la pista de baile del bar, en el segundo piso, y arrojaron al centro bolsas negras de plástico de las que salieron las cinco cabezas.

Los sicarios, antes emprender la huída, dejaron una cartulina sobre el piso: "La familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes, se muere quien deve morir, sépanlo toda la gente, esto es: Justicia divina".

Don Francisco Magaña mira con detenimiento sus manos, con la que amortaja los cuerpos. Los ha visto destazados, quemados, maniatados, con cinta canela o cinta plata, o partidos en dos partes “cuando se los lleva el tren…”

¿Pero, cinco cabezas?

–Me tocó, después de hacer el reporte de cada una de las cabezas, a las que tomo medidas, características de piel, color de cabello, tipo de labios, y gestos, ver cuando una de las familias acudió por su pedazo de su muerto. Cuánto dolor. Qué desgarre; se deshacían de llanto. Se preguntaban qué les habían hecho… Por qué los habían dejado así.

Sabe que en cualquier momento le volverán a hablar. Confía en que pronto encontrarán los cuerpos.

–Ahora nomás estoy pensando qué tan descompuestos los van a encontrar. Y miro al cielo. Cuando salgo en mi camioneta nomás ando viendo donde revolotean los zopilotes, hablo con los campesinos y les digo que se pongan alertas, que nos ayuden.

Buitres.

Son ellos, parte sanguinaria de la naturaleza, quienes ayudarán a desentrañar las historias cercenadas. ¿Ya estaban muertos cuando los cortaron?, ¿fueron torturados?, ¿cuánto sufrieron?, ¿quién lo hizo?

–O si llegarán convertidos en sopa de arroz.

–¿Sopa de arroz?

–Sí –sonríe con sarcasmo–. Así les decimos cuando nos los traen ya todos agusanados…

Qué dolor.

–Y ya después de que pasó todo eso, ver qué andaban haciendo. Porque blancas palomitas no deben haber sido.

Tres de ellos han sido identificados: Martín Valerio Moreno, de 19 años, David Gómez López, alias "El Mecánico", de 22 y Cristian Michel Reyes López, de 23 años. Tres hombres más fueron levantados al mismo tiempo; nadie sabe su paradero.

A don Francisco las imágenes se le aparecen una y otra vez.

–Siempre ha habido muertos, ejecutados. Pero nunca en tanta cantidad y con tanta saña. Torturados, con las esposas acá atrás, golpeados. Hasta quemados… Y yo nomás me pregunto porqué les hacen todo eso.

–No sólo mirar, tocarlas, tener cinco cabezas. ¿Cómo es, qué significa?, ¿todavía hay asombro en usted?

–No, asombro no. Se imagina, ya tengo treinta años en esto… Pero esa noche sí, regresé a casa con el alma alterada. Pensando quién es capaz de hacer algo así, y por qué. Y me decía: si son seres humanos… Le comentaba a mi mujer, a la hora de dormirnos: en qué andarían metidos…

Y el levantón.

–Sí, desde el momento en que los agarran y se los llevan. ¿Lo harían enfrente de sus amigos?, ¿los sacaron de sus casas?, ¿fueron testigos sus familiares?... Porque ellos desde ese momento ya van convencidos de que se van a morir. Ya saben que los van a matar.

O el cautiverio…

–Ora, cuántos días permanecieron secuestrados. Cuántas horas de angustia. Cuánta tortura. Y sin cuerpos, a lo mejor les cortaron un dedo, una mano… Dos traían cinta canela. Ellos, imagínate, sólo escuchaban lo que estaba pasando. Los gritos de los otros. ¿Estaban amarrados de pies y manos?

Uruapan: convoys de policías circundan la ciudad; a la entrada llegando de Morelia; hacia las salidas rumbo a tierra caliente. Camionetas llenas de hombres armados hurgan en la mirada de quien conduce cada vehículo. Todos, en las horas posteriores a la masacre, son sospechosos.

Pareciera que nada ocurre en las calles de Uruapan, pero la gente desconfía de los visitantes. Cuestiona.

–Y usted, joven, ¿es de México, verdad?, qué anda haciendo por acá.

–Buscando a unos amigos. Visitando tierra bendita. De paseo.

Algo ha cambiado. Se ven pocos turistas. Viajar a Michoacán es sinónimo de cautela. Don Francisco:

–En alguna ocasión allá por la Sierra levantaron a padre e hijo. Yo supongo que por alguna venganza. Llegaron destazados. Al señor le cortaron el brazo. Y de aquí a acá no estaba esa parte: brazo y antebrazo; sólo la mano. ¿Dónde quedó lo demás?, ¿vio el hijo cómo mutilaban a su padre?... Y así. Este es un trabajo en el que quedan muchas preguntas. Sí, así es. Porque ejecuciones ha habido siempre: uno o dos, pero como ahora tanta cantidad: seis muertos decapitados en una sola semana… Eso no. Eso no se veía en estas tierras.

Las preguntas:

–¿Serán de verdad del narco?, ¿serán venganzas?, ¿secuestros? Es una muestra de poder, porque han levantado policías, agentes judiciales. Nadie se salva. Nunca, nunca pensé que me iba a tocar vivir lo de ese día.

–Y menos en una era en la que se supone la gente es más civilizada.

–Sí, está más civilizada, pero hay violencia y estos no respetan nada. Aquí como quien dice el que la debe la paga. Y ya cuando te traen en la mira, ya nadie te salva.

Anochece. Se respira un aire como de película de horror en los caminos llenos de huertos de aguacate; de verdor profundo. Hay que observar la inmensidad de los parajes michoacanos, para imaginar el grado de impunidad que debe haber en camionetas cargadas de asesinos que se pierden por veredas que parecen no conducir a ningún lado.

–La otra vez –continúa don Francisco, quien baja la vista, sentado como está al borde de la silla, como en confesión—llegaron gente de Michoacán alto, a los que nada les importa, y así, sin más, a plena luz del día bajaron de sus camionetas, le subieron al volumen a alguna canción de esas que ellos escuchan, y van sobre el que se las debía. Pum, un balazo. Pum, otro más; se suben y se van. Pero viéndolo bien esas parecen historias de niños; algo como esto no tiene nombre. Yo en esta semana tuve que analizar seis cabezas. Y una de mujer, y de mujer embarazada. Si no les ponen un alto, no sé a dónde vamos a llegar.

–¿Le es fácil dormir después de esto?

–No. Me ha costado trabajo. Cuando ya estoy en la cama cierro los ojos y vuelven esos rostros, ausentes, manchados de sangre. Y digo: si de verdad los levantaron enfrente de sus familias, se imagina qué angustia la de esos familiares. Esperando a ver a qué horas les avisan o sale en la prensa que en tal parte están muertos.

–Un hombre como usted, acostumbrado a los cuerpos, ¿siente tristeza por lo que está pasando?

–No sé si es tristeza, pero todos estos días he andado diferente, cabizbajo. Desolado.

No olvidará la plancha con las cinco cabezas, don Francisco. “La impresión que me dio al verlos”. Espera que en cualquier momento le digan que llegaron los cuerpos.

– Ora si que si los aventaron al agua, el agua ya no los quiere a los tres días y los manda pa`rriba. Si los enterraron en tierra caliente en una o máximo dos semanas los zopilotes nos los van a traer. Si están en la sierra van a tardar un poco más, porque es una zona más fría.

–Se necesita de una sangre especial para perpetrar esto, ¿o no?

–Yo creo que a esa gente algo les falla de sus facultades mentales. Y algo toman, o algo se meten, porque de otra manera, ¿cómo?

Acostumbrado a lidiar con la muerte, este hombre se revela:

–Pero hubo algo más que me conmovió: los chiquillos que ese día fueron al hospital y corrían por los pasillos y querían entrar a la sala de los cadáveres. Háganse para allá, les decía yo. Sáquense de aquí. Pero los niños, caray, son tan preguntones. ¿Y cómo les explica uno lo que está pasando?

Hay miedo, precaución, pero sobre todo un temor infinito en el nuevo territorio de la justicia divina.

Que no acaba la lucha entre los Zetas y los Valencia.

Que habrá más ejecuciones.

Que “ya no hay ni a qué santo rezarle”.


28.1.08

Mística, baile, color y devoción


La Candelaria en Tlacotalpan



Pedro Díaz G.
(Texto sin edición)

Sucederá durante los próximos amaneceres sotaventinos, en la ribera del río Papaloapan: la procesión solemne, el encuentro de jaraneros, la cabalgata, el enfrentamiento entre toros y seres humanos, la música, la veneración, los guisos tradicionales...

Sí. Hay que conocer esta muestra de devoción por la Virgen de la Candelaria. En Tlacotalpan es tan antigua que circulan versiones de que fue traída de Barcelona por los frailes de la Orden de San Juan de Dios a principios del siglo XVII: en la evangelización española se sustituyó el culto a Chalchitlicue, deidad femenina del agua, por la imagen inmaculada.

Cada año, del 31 de enero al 9 de febrero, se realiza una continua y desbordante feria popular que invade de alegría al que es considerado durante el resto del año un sitio en extremo tranquilo.

Pero el día más importante es el 2 de febrero: la festividad religiosa comprende una solemne procesión con la Virgen de La Candelaria, que sale del muelle para pedir por una pesca abundante y bendecir al río Papaloapan.

Emergen de todos lados los puestos de feria, el tiro al blanco, los dardos, los futbolitos y la lotería, juegos mecánicos, productos sotaventinos, artesanías y por altavoces se pregonan maravillas como aquella de “¡venga a ver al niño entre las serpientes!, ¡venga a ver al niño entre los lagartos!”...

Los habitantes toman las calles con el proverbial alborozo jarocho. Se suma la presentación del Niño Dios en el templo, y una serie de actividades de arraigo popular como el encuentro musical de jaraneros y decimistas, además de la cabalgata dirigida por una capitana, una teniente y una coronela.

Desfile de la mojiganga (enormes muñecos que acentúan alguna característica de las personas más conocidas en la región), presentación de grupos folklóricos, persecución de toros y los típicos fandangos; tradición y colorido.

Días de fervor inagotable.

Repican las campanas en Tlacotalpan, Veracruz, región del Sotavento.

Inicia la verbena.

          * * *

Saliendo de Veracruz, tome la carretera 180 hacia Alvarado, hasta llegar al puente Tlacotalpan, donde se desviará a la derecha por la carretera 175; metros más adelante, su destino.

La feria comienza el 31 de enero con una cabalgata en donde participan unas 600 personas al frente de la capitana: con toda solemnidad atraviesan el asentamiento de lado a lado, hombres y mujeres y uno que otro menor en sus mejores cabalgaduras.

Se unen las jóvenes de la localidad, los galantes niños y adultos, todos, ataviados con trajes jarochos. Relucen las joyas de la familia, y de los cuellos femeninos penden collares, brillantes, esmeraldas, abanicos y peinetas de carey.

Ellos: sombrero de palma de cuatro pedradas, guayabera y pantalón blanco, botas de tacón sevillano y paliacate rojo al cuello.

Ellas: amplios vestidos blancos de tres olanes, a todo vuelo, de organdí y encaje, delantal de terciopelo negro bordado y pañuelo triangular sobre la espalda, abanico, tocado de flores y cachirulo.

Sonrientes saludan al trote de los corceles. Van erguidos, orgullosos de su sangre mestiza y de su fiesta.

El recorrido --anteriormente acompañado por una banda de música de viento-- comprende las calles principales de la ciudad; actualmente es la banda de la escuela Naval Antón Lizardo y la banda de música Centenario de Tlacotalpan, las que escoltan a la comitiva.

* * *

Al llegar a Tlacotalpan lo primero que sucede es como un viaje a través del tiempo, pues conserva un estilo propio en su arquitectura, con portales y fachadas coloreadas en tonos pastel y techos de teja de dos aguas, resultado de una sólida conciencia de identidad.

En el corazón del poblado sobresalen dos templos principales: las iglesias de La Candelaria y de San Cristóbal, el Palacio Municipal y su quiosco central del Parque Zaragoza, o Zócalo, que luce majestuosas palmeras y bien cuidados jardines.

Caminar por las calles de Tlacotalpan obliga a bajar la mirada para observar los mismos recorridos de Agustín Lara, quien amó a esta tierra y le cantó a esas farolas de la plazuela algo parecido a “farolito que alumbras apenas mi calle desierta…”

* * *

El mismo 31 de enero, y hasta el 2 de febrero, al caer la tarde, inicia el encuentro de jaraneros en la Plazoleta de doña Martha, un parque de estilo morisco donde se escuchan las mojigangas y el fandango, y participa quien lo desee, siguiendo las letras de las canciones o bailando la noche entera. Los grupos de la región se congregan para demostrar, improvisadamente, quién hace la mejor composición basada en el son jarocho.

Así ha sido año con año. Se dan cita la música y el canto, el ingenio popular, la inspiración romántica, la picaresca, el baile, la espontaneidad y el lucimiento.

Al fandango llegan soneros de toda la región sotaventina.

El ánimo entre músicos y espectadores va subiendo de tono y las mujeres, con los pies inquietos, se lanzan a la tarima para dar comienzo al zapateado; se improvisan las parejas; la energía y la capacidad de entrega se desatan; el corazón de la fiesta comienza a palpitar.

Se escucha por las calles que en estos días “llega Dios a Sotavento”.

Soneros y bailadores hasta la madrugada.

Sólo cesan cuando el cansancio les vence, casi amanece el día siguiente y entonces se le devuelve poco a poco la tranquilidad al Papaloapan.

* * *

La tradición de los toros ha cambiado.

En los últimos años grupos en defensa de los animales han querido cancelar esta parte de la fiesta. Ha sido imposible. Pero algo se ha modificado:

Primero de febrero: muy de mañana, se organizan regatas en el río. Al grupo triunfador le corresponderá trasladar a los toros de un margen a otro --antes los toros cruzaban solos el cauce del Papaloapan--, faena que, en sí, es un verdadero acontecimiento.

Los astados de raza cebú indubrasil son acompañados por miles de personas que viajan en canoas, piraguas y cayucos; ya en tierra comienza una especie de pamplonada, a semejanza de la feria de San Fermín, en Pamplona España.

Aquí, en la tlacotalpada, en cuanto el astado toca la orilla sus captores lo sueltan y entonces sí “¡sálvese quién pueda!”...

Inicia la algarabía. Y al grito de “¡ahí viene el toro!”, que pone en apuros a más de una docena: los chiquillos se arriesgan hasta un cierto punto, los valientes intentan torearlo, los prudentes buscan buen recaudo, y los borrachines o distraídos serán fáciles víctimas del toro.

Fiesta de alcohol, alegría y riesgo.

Por eso las escenas van de las atroces impresiones a la carcajada: los ganaderos liberan seis toros y la mezcla enloquecida con la gente es uno de los momentos más eufóricos de la visita.

Celebración en la que se mezclan desde aspectos históricos, hasta lo mundano y sagrado.

El primero de febrero desfilan por las calles “las Mojigangas”: enormes muñecos hechos de papel que de forma graciosa aluden a situaciones de la vida cotidiana.

En Tlacotalpan hoy la gente se viste de rojo.

“Que ahí viene el toro”, “que me suelten al torito que aquí lo espero” y “aja toro” se lee en las playeras fajadas en ajustados pantalones de mezclilla. También hay blusas ombligueras, pero rojas; amplios escotes, pero rojos; camisas vaqueras, pero rojas; y mujeres de carnosos labios, pero rojos.

Y la música tropical en una bocina, y los grupos norteños en la puerta de un restaurante, y los niños subidos en las improvisadas cercas que protegen del toro a los locales y los valientes que ya lo esperan.

Guau. Qué ritmo.

Cuánto frenesí.

Fiesta de la Candelaria en Veracruz.

Cuídese de una inesperada visita al hospital.

* * *

Calma.
El rasgo característico de Tlacotalpan es su arquitectura, en especial las fachadas de sus casas. La capilla de La Candelaria combina un retablo neoclásico con una decoración estilo mozárabe en sus bóvedas y cúpula. Los tonos pastel señalan el colorido que caracteriza los exteriores de toda la ciudad.

Pero estos días... jolgorio, jaleo, bullicio, canto, parranda, baile, danza.

Los festejos del día 2 se inician con las mañanitas a la patrona del lugar; aquí se reúne gente local y la de pueblos aledaños.

El 2 de febrero con la misa solemne de medio día da inicio la celebración en honor de la Virgen. Luego, un recorrido por las principales calles del pueblo, hasta el muelle, donde sobre una piragua adornada viaja la peregrinación por el río Papaloapan durante las siguientes dos horas:

Repican las campanas de la iglesia en punto de las tres de la tarde, hora de iniciar el paseo de la Virgen de La Candelaria en el chalán que le pasea por el río de las Mariposas. A esta procesión la preside el arzobispo del puerto de Veracruz, además de asociaciones y cofradías, quienes durante el recorrido no dejan de entonar hermosos temas en su honor.

* * *

Tlacotalpan significa “tierra entre aguas”. La ciudad, asentada en la cuenca baja del río Papaloapan, tuvo su auge en 1865, cuando existía un intenso comercio entre La Habana, Caracas, Marsella, algunos puertos estadounidenses y el Golfo de México.

La singular arquitectura del pueblo, con sus fachadas de colores y estilo neoclásico, le han valido ser considerada desde 1998 como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Es también cuna del folclor jarocho y tierra de tradiciones arraigadas.

La fiesta de La Candelaria es además motivo para el orgullo familiar. En esta temporada los tlacotalpeños abren las puertas de sus casas para mostrar al visitante las antiguas riquezas heredadas por sus ancestros, como los enormes roperos, las camas con dosel, los manteles de horquilla o los pisos de marsellesa...

Hay sitios de especial encanto, como la posada de doña Lala, donde se saborea el “pollo del señor cura”, el canapé de Santa Teresa, el pescado a la veracruzana, o pulpos y calamares acompañados de los famosos “toritos”.

En el mercado encontrará el mondongo a la veracruzana, gorditas de anís y blancas, el tixmichi, longaniza y enchiladas, entre otras delicias.

No olvidar las garnachas de Doña María Cobos, el que presume de ser el único lugar visitado por todos los presidentes y las primeras damas que han viajado a esta región.

Y los postres: naranjas rellenas, sopa borracha, sopa pía y el dulce de leche.

Son tres los momentos importantes de la fiesta:

El paseo de la Virgen por el río.

La presentación del Niño en el templo, que se ha ido enriqueciendo con la fiesta popular donde hay huapango jarocho, encuentro de jaraneros, regatas, cabalgatas, feria, mojiganga y “pamplonada”.

Y los fuegos pirotécnicos del 2 de febrero, cuando se encamina la Virgen hacia el muelle. Durante el paseo, ella habrá de bendecir el puerto y amainar la bravura del Papaloapan, para que en el futuro no cause inundaciones.

Todo, en un ambiente veracruzano imbuido de música, color y su chispeante y tradicional picardía.

* * *

Cuarenta y cinco minutos después de salir de Veracruz el camino al Papaloapan te conduce hacia una estrecha franja de tierra. El sol se eleva sobre el Golfo de México, a la izquierda; a la derecha la gran Laguna de Alvarado, que es la desembocadura del Río Papaloapan (en náhuatl: lugar para las mariposas). Muy cerca, el encantador puerto de Alvarado.

Tlacotalpan, después de una serie de desastrosos incendios, fue reconstruida durante el Porfiriato. Sus edificios neoclásicos están pintados lo mismo de un intenso esmeralda que de verde lima, rosa pálido, rosa mexicano, lavanda, púrpura, violeta, azul, turquesa, amarillo, melón...

Contrastan los disturbios de la población en fiesta con su tranquilidad y su paz en otras temporadas.

Descubra que todo el pueblo, cada persona, cada edificio, cada negocio, cada casa y cada familia se prepara física, mental y espiritualmente para la veneración a La Candelaria.

Cincuenta semanas al año se sumerge en un tropical letargo, pero a partir de enero y fines de febrero, las cosas cambian: durante estas dos semanas la población estalla, con sus bailes tropicales, el gran tianguis y el frenesí religioso lleno de creyentes.

Habrá regatas en el río, bailes, misas, diversas presentaciones en el parque, y muchos Toritos de Cacahuate.

La música es primordial. Las décimas son poemas de diez estrofas que se cantan de manera espectacular hablando con el acompañamiento musical del son jarocho, estrechamente relacionado con el son de Cuba y, de hecho, el sur de Veracruz ha sido históricamente un destino que favorece la inmigración para los cubanos.

Las décimas a menudo proclaman la grandeza de Veracruz y la belleza de sus mujeres, pero la mayoría son picarescos comentarios sobre la vida cotidiana.

A lo largo de alrededor de once horas, la acción pasa al parque donde el fandango (baile realizado a son jarocho) pone a bailar a la concurrencia. Aquí se pueden ver los más talentosos bailarines de la región danzar hasta el desgarro: 8, 9, o incluso 10 horas continuas.

El encuentro musical y el fandango abarcan tres noches.

Se trata de un pueblo relativamente pequeño y durante la feria, con gente procedente de toda la región, su población se expande exponencialmente.

Tlacotalpan. Vale la pena. Por la tranquilidad vuelta algarabía, la emoción de huir a los toros, los colores, por la música, la comida de mar, el calor, las procesiones, el baile. Pero eso sí: asegúrese de probar los chilaquiles verdes en el Restaurante Doña Lala.

Tlacotalpan, 2 de febrero: no pierda la oportunidad.

* * *

El malecón está a sólo una calle del zócalo. De hecho, la carretera pasa a un lado, antes de atravesar el centro y dirigirse a Cosamaloapan o a Veracruz y Los Tuxtlas.

La hilera de restaurantes con vista al Papaloapan rivaliza en cuanto a menú con los situados junto al zócalo: robalo, chucumite, mojarra, jaiba, camarón, acamaya y tortuga, bien sea al mojo de ajo, en adobo, enchipotlados o en escabeche.

De beber: “toritos” de cacahuate y coco, o el “popo”, que combina la planta así nombrada, con cacao.

El zócalo, llamado también Parque Zaragoza, es el mejor sitio para iniciar una caminata por Tlacotalpan. Al poniente, la parroquia de San Cristóbal y al sur el Palacio Municipal. Por los corredores hay tiendas de artesanías y a unos pasos, las galerías de arte y los museos. La capilla de La Candelaria se localiza hacia el noreste, junto a la plazuela dedicada a Agustín Lara, y a un costado del Parque Hidalgo.

Decir Tlacotalpan es hablar del pasado que encierran sus calles, de la historia, de las haciendas “Estanzuela” y “Juan Zapotal” propiedad de la esposa del general Antonio López de Santa Anna, es nombrar a Porfirio Díaz en sus años gloriosos o a Guadalupe Victoria , fundando una de las primeras escuelas de la Marina Mexicana, es recordar las noches tlacotalpeñas, es escuchar a lo lejos un requinto melancólico y un canto quebrado de aguardiente, es tener en la mente el recuerdo de las farolas que le dan un tono sepia a sus calles, como de fotografía antigua.

Es seguir con la eterna serenata, es ver pasar el tiempo entre sones y tarimas, es encontrar la rima de la felicidad.

Pareciera que el viento trae los cantos, que sus casas son pedazos de arcoiris y que sus iglesias encierran misterios insondables.

Las tiendas y puestos ambulantes se disputan el espacio en la calle principal; se improvisan tablados en la Plaza Hidalgo, en la Plaza de Doña Martha, en la de San Miguel y Nicolás Bravo.

El día de la Candelaria en Tlacotalpan hay ritos y desfiles, risa y diversión, sones y coplas... fandango y zapateado.

24.1.08

Licuadora meteorológica



o
El vendaval que levantó las dudas

Pedro Díaz G.

Cuando el minutero linda el 30 pasadas las seis de la tarde, una fuerte corriente de aire ingresa a la ciudad de México en su ruta desde Querétaro. Se encuentra con un valle inundado de calor. Y así, la entrada del frente frío número 24 será conocida con el inusual nombre de célula convectiva que segundos más tarde –transformada en intenso vendaval – satura de imágenes desastrosas a la capital del país.

Es miércoles.

Hogares y oficinas son tomados por sorpresa por esta gigantesca licuadora meteorológica.

Primero es el presagio de oscuridad. Levantar la vista equivale a observar al cielo turbarse, agitado, entre ronquidos y bajo una incesante lluvia de rayos. Qué sucede.

Enormes gotas amenazan un torrente. Como la entrada inminente de un huracán; como los atardeceres pegajosos de una tormenta tropical. Pero el agua cede su espacio al aire convulsionado.

Habrá que cerrar las ventanas. Y observar.

¿En el Distrito Federal? ¿vientos así en la ciudad de México? ¡qué miedo!

–Sí –indica Héctor De la Serna, cámara digital a la mano–, estuvo horrible. A mí me tocó saliendo de la prepa y luego en la calle, y de verdad se puso feo. El gesto de miedo entre la gente cambió cuando vimos cómo se empezaban a caer los árboles.

Pero pronto le aclara su mujer, Elda Vivanco, originaria de Veracruz:

–Y esto no es nada. Si vivieras en una costa, donde sí llegan huracanes y los vientos arrasan con todo, te daría mucho más miedo...

–Yo no sé. Pero es un fenómeno extraño.

Lo cierto es que los vientos que se registran este 23 de enero muy pocas veces habían visitado de tal manera el valle de México, según informa Mónica Jiménez, especialista del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

“No es muy común, esto fue generado por una temperatura de casi 27 grados, que es inusual para esta temporada del año”.

–Yo estaba en el doctor y sí fue raro –comenta Diana López–: desde que iba llegando a la zona de Polanco, el ambiente se veía extraño. Las ventanas se azotaban y súbitamente se fue la luz. Y luego, pensar que por 10 minutos de viento ya estás muerto... Eso sí me pone a dudar: ¿es el calentamiento global? ¿nos estamos acabando al planeta?, ¿o de plano, como muchos piensan, ya comenzó el fin del mundo?

* * *

De acuerdo con el SMN, estos vientos tienen las características de pequeños tornados, con vientos de entre 50 y 70 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 90 kilómetros.

“Probablemente en determinados lugares de la ciudad se hayan registrado ráfagas de hasta ochenta o noventa kilómetros por hora, es posible que hayan sido tipo tornado, por que las celdas convectivas son como pequeños ciclones, como remolinos, sin llegar a ser un tornado”, declaró Jiménez.

Para Sylvia Montes de Oca, las cosas no son gratas.

–Qué impresionante, ¿no? Tormenta en la ciudad más inmensa del mundo. A tantos kilómetros de una costa. Se oía el viento silbar desde mi habitación en el cuarto piso de la colonia Nápoles.

¿Por qué sucede?

Hay una explicación sencilla:

Tras los días calurosos en la ciudad, con la llegada de la humedad de un frente frío, provoca que el aire se condense y surgen vientos violentos. Aseguran los especialistas: hay en la superficie importantes porcentajes de humedad y calor, se combina con el aire frío de las capas altas de la atmósfera. Y ya. El acabóse.

Lo peor: el SMN no descarta que se repitan este tipo de tormentas en el Distrito Federal. Mientras en esta temporada invernal haya humedad, ambiente frío y temperaturas cálidas en la superficie, las condiciones son favorables para el nacimiento de nubosidad convectiva.

El fenómeno, inclusive, podría iniciar una gira por el interior de la República.

–Cuando volvíamos de Huichapan un cielo negro traía algún mal augurio –narra Andrés Calzada–. Y sí: semáforos apagados y árboles caídos atascaron la ciudad. Una rama estuvo a punto de rompernos el parabrisas. Y tardamos casi cuatro horas en llegar a casa. Yo no tengo dudas: el cambio climático ya está aquí.

El saldo es de cuatro muertos —uno aplastado al caer un árbol a su automóvil: Hugo Castro Lozano, de 28 años, fallece en la colonia Portales (Plutarco y Repúblicas); tres personas no identificadas mueren arrolladas por un camión, cuyo conductor realizaba una maniobra brusca en medio de la oscuridad para evitar un árbol caído—, y una decena de lesionados, cifras relativamente pequeñas tras las dramáticas ráfagas que ocasionan la caída de 140 árboles, afectan a 45 hogares, derrumban 12 espectaculares y hacen añicos 54 automóviles, además de evidenciar la fragilidad de la Compañía de Luz por el gigantesco apagón en más de 200 colonias del Distrito Federal, aunado a la saturación de líneas telefónicas y la caída momentánea del sistema de telefonía móvil.

Uf.

Seis vuelos son desviados en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aunque se reporta que la energía eléctrica nunca faltó.

¿Una célula convectiva?

Se trata de tormentas muy difíciles de pronosticar, pero de corta duración, aunque se acompañan de viento, lluvia y relámpagos.

¿Es de preocuparse?

El Centro Nacional de Previsión del Tiempo asegura que una célula convectiva es comparable a los tornados que se registran en Estados Unidos, por la rapidez con la que se forman, ya que el lapso de su desarrollo es de apenas unos minutos y la devastación que pueden alcanzar es significativa.

Jesús Carachure Bautista, meteorólogo del Centro Nacional de Previsión del Tiempo, del Servicio Meteorológico Nacional, destaca que las tormentas tropicales tienen vientos de entre 80 y 120 kilómetros por hora, mientras que el aire de la capital registró movimientos de hasta 68 kilómetros por hora, con rachas que pudieron llegar a los 80 y 90.

El investigador destaca que la ciudad se encuentra en pleno invierno y en días anteriores su temperatura osciló entre 22 y 24 grados centígrados pero el miércoles se elevó a 27 y 28. Por ello el aire frío tendió a subir, formando nubes de desarrollo convectivo, las cuales oscurecieron el cielo y provocaron los relámpagos.

El azoro inunda a millones de habitantes del valle de México. La noche se torna en aventuras al parque más cercano. Por ejemplo, en el de Pilares, en la colonia Del Valle, un árbol cruza a manera de barricada toda la calle de Pestalozzi. Las brigadas de jóvenes y curiosos para tomar una fotografía se reunen apenas concluye el fenómeno, cuyos vientos verdaderamente fuertes no soplan más allá de 30 minutos.

En las calles quedan una veintena de vehículos destrozados por los árboles cuya historia se resquebraja en un instante. Los bomberos controlan ocho incendios.

La gente se apodera de las banquetas y, con el afán de llegar temprano a casa, deambula por horas tratando de evitar el caos urbano.

* * *

Técnicamente la tormenta deja fuera de operación 42 de los mil 100 alimentadores de la zona metropolitana; decenas de miles de hogares se quedan sin luz.

Los apagones oscurecien a casi toda la ciudad. Circular por el segundo piso del periférico es una emoción similar a la de presenciar una escena de guerra: la ciudad oscurecida bajo un manto grisáceo, el polvo y la basura surcando los cielos entre relámpagos.

Aragón, Santa María La Rivera, Vallejo, Cuitláhuac, La Villa, Guerrero, Tabacalera, San Rafael, Tlalpan, Viveros, Coyoacán, Del Valle y Portales, son las zonas más afectadas en el Distrito Federal. En el Estado de México: Naucalpan, Huixquilucan y Texcoco.

–Pero no entendemos –advierte Mauricio Navarro– hay gente sigue sin importarle utilizar materiales como el unicel a estas alturas, o quien sigue comprando Hummers, y automóviles que gastan muchísima gasolina, calientan el ambiente y además patrocinan guerras por el petróleo. Hubo casas que quedaron destruidas por los espectaculares que se cayeron, autos desbaratados por los árboles y, bueno, tantas cosas que pasaron ayer que fueron terribles... Imagínense... fue un pequeño viento de media hora. Nada comparado con los tornados en Estados Unidos, y aún así, vean cómo nos fue.

Cómo nos fue:

La avenida Cuauhtémoc es un caos al quedar sin semáforos desde Chapultepec hasta Río Churubusco. Las colonias Doctores, Roma Norte y Sur, Narvarte y Del Valle padecen apagones durante más de diez horas.

En la esquina de avenida Ceylán y Pantaco, Azcapotzalco, un contenedor de carga cae sobre cuatro automóviles; no hay heridos.

Las fallas eléctricas afectan el funcionamiento del Metro, con apagones en las estaciones del tramo Chabacano-Tacubaya, y en la línea 7 de Constitución a Barranca del Muerto. Cuatro líneas de Trolebuses dejan sin servicio a 20 mil usuarios.

La caída de espectaculares afecta al tránsito lo mismo en Periférico y calzada de Tlalpan, en el cruce de Periférico con Observatorio, en Insurgentes Sur y avenida de La Paz, en Mixcoac y Centenario y en Tlalpan y el Eje 8 Sur. En todos lados.

El secretario de Salud del Distrito Federal, Manuel Mondragón recomienda a la población no permanecer en la calle si llegará a repetirse un hecho similar, pero tampoco dejar sus carros estacionados junto a un árbol, ni permanecer al interior de ellos.

Señala que con vientos como los registrados, y en una ciudad tan arbolada, estar en la vía pública puede representar un gran peligro. Por ello: aléjese de transformadores y cables de luz.

Pero, además, el polvo que levanta el viento también puede ser causante de problemas de conjuntivitis e incluso malestares respiratorios.

Antonio Vázquez Cárdenas, meteorólogo del IPN, comenta que el calentamiento global también incide en el recrudecimiento de los fenómenos meteorológicos y por ello es necesario que la gente tome conciencia de que es necesario fortalecer las acciones que contribuyan a mejorar el medio ambiente.

Recomienda a la población podar árboles grandes y eliminar los secos, verificar las instalaciones eléctricas y bases de espectaculares.

Varias colonias permanecen por varios días, sobre todo las de delegaciones como Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Alvaro Obregón e Iztacalco, donde el jefe de gobierno incrementa el número de patrullas y la vigilancia aérea con un helicóptero del agrupamiento Cóndores en la llamada “Operación Sol de Noche”.

–Prepárense –vaticina Jacinto Munguía– que el Apocalipsis ha iniciado.

Quedan ahora muchas dudas: ¿por qué en la ciudad de México?, ¿volverá a repetirse?, ¿estaremos preparados?

La única certeza es que el fin del mundo no tendrá mucho de estético y sí, en cambio, una gran similitud con lo que vivimos los capitalinos en aquella memorable tarde de miércoles: una ventolera capaz de destruir a toda ráfaga nuestra más confortable cotidianidad.

23.1.08

En busca de una entrevista


Hola, amigos. Estoy tan desesperado como muchos por el tema de la obesidad. Pero no porque tenga problemas de peso sino porque soy reportero en la revista emeequis y mi jefe me pidió meses atrás un reportaje de obesidad adolescente para lo cual tenía que entrevistar a un joven de entre 12 y 18 años. Estuve buscando con especialistas, en clínicas, en fundaciones, en escuelas y aunque los encontraba, el concretar la entrevista ha sido imposible. En fin. Quisiera que me ayudaran a conseguir un personaje con el cual poder conversar sobre su cotidianidad. Queremos retratar sin morbo ni burla, cómo vive una persona de estas características, sobre todo porque La Generación Extra Extra Grande ya es una realidad en países como el nuestro. Mucho les agradecería se contactaran conmigo en caso de que conocieran a algún niño o adolescente con problemas de peso al cual pudiésemos entrevistar. Le mando un abrazo y mi agradecimiento. Estos son mis datos:

Pedro Díaz G.
www.m-x.com.mx
Oficina ciudad de México: 24559870
Celular: 04455 35 70 49 11
Casa: 52430493
email: eldiazg@gmail.com

¿Cómo arrancaron los mercados



en 2008?

Pedro Díaz G.
(Texto sin edición)

Pedro Díaz G.

El precio de la onza de oro al contado marcó un nuevo récord al cotizar a 894.83 dólares por primera vez en la historia y la plata llegó a su máximo desde finales de 1980 al venderse en 16.24 dólares por onza, en el mercado de Londres; pero en el de La Merced la caja de melones que en diciembre costó 100 pesos, hoy no la encuentras a menos de 200.

¡Y el jitomate!

¡Y los limones! Cebollas, pepinos, calabazas...

Los mercados van a la alza.

Quizá por eso don Javier, el que atiende un enorme local de cebollas en la Central de Abastos, duerme tremenda siesta matutina: porque no hay clientes.

–Esto está muy triste –comenta Román, un cargador que lleva 17 años viniendo todos los días, sin descanso, y paga trece pesos diarios por el alquiler de su diablito–. Poca gente. Poco dinero. Viene malito este año: apenas sale para ir viviendo...

Acaso por eso estos elotes, que vienen del norte del país, Mirta Hernández los remata en 1.80 por pieza en la zona conocida como La Subasta, al final del pasillo I-J en este centro abastecedor de alimentos.

–Son para darse a 30 la docena, pero como no hay gente y nomás no sale la venta, pues ni modo. Siempre es mejor recuperar algo a que se quede en nuestras manos.

* * *

En México hay casi un mercado por cada colonia.

La actividad apenas inicia en este 2008 entre sorpresivos precios y exabruptos de todo tipo.

–Una señora me fue regañando todo el tiempo. Iba furiosa después de comprar. Como si uno tuviera la culpa de que ya no le alcanza el gasto. Sí, se puso bien grosera. Y eso que yo nada más le ayudé a llevar sus cosas hasta el coche –refiere Benito Aguilar, este joven cargador que lamenta, sobre todo, “que también hayan subido las cervezas”.

–Eso sí que no se vale... –dice y muestra los dientes en un gesto casi feroz.

Benito nació en Tequisquiapan, Querétaro, y no terminó ni la primaria, su voz es pastosa, como de quien se ha quedado en el viaje, y trabaja recorriendo estos andadores de frutas y verduras; de carnes y embutidos por apenas unos 80 o cien pesos al día, “cuando bien me va”.

En recorrido visual por las inmediaciones Circunvalación, para ingresar al mercado de La Merced todo se encuentra:

Películas piratas en video, tacos de canasta, cremas, pastas de dientes, manteles, ropa para bebés, dulces, herramientas, productos básicos, pollo, cerdo, res, huevo, leche, frijol, leche en polvo, azúcar...

Productos a la venta pero muy pocos compradores.

Dentro de las naves, bajo los altos techos que por más de un siglo han cobijado el mercadeo en el corazón de la metrópoli, lo que se percibe es desazón e impaciencia. Caminar por los pasillos es encontrarse a un sinfín de vendedores que pasan las horas lo mismo leyendo el periódico que arreglándose las uñas o conversando unos con otros, pero la venta es escasa.

Don Jorge Domínguez vende manzanas. Las trae de Puebla. Y aunque para él 2008 empezó el jueves 9 de enero, día en que regresó a su puesto, las ventas no comienzan:

–Nos ha ido muy mal. Muy mal. Yo voy empezando y la gente nomás no llega. Y haciendo frío, pues menos. Y luego ahorita las familias acaban de meter a los chavos a la escuela, andan bien gastados, y pues por eso ni se acercan por acá.

* * *

Este mercado es realmente pequeño. Lo componen apenas tres decenas de locales. Y en enero la actividad es tan escasa que un sopor envuelve a los comerciantes.

–¿Y usted, cómo resiente la cuesta?

La respuesta es de Miguel Reyes. Padre de familia, dos hijos, abuelo ya, tiene casi veinte años vendiendo en el mercado de San Lucas, en la calle de Xocongo, colonia Tránsito.

–Nosotros todavía no subimos los precios, pero ya los subiremos la semana que viene. Aquí las ventas están mal y por lo que veo, en todos lados está igual. Como ya empezó el aumento a la gasolina, esto se pone duro. No hay más que echarle ganas.

–¿Qué dicen sus clientes cuando les informa los nuevos precios?

–Aunque no ha venido tanta gente como el año pasado, los precios sí están más altos, poquito, pero se resienten. Y claro, la gente se queja. Todo mundo viene de malas al mercado. Y lo peor se espera para finales de enero.

“En esto de la verdura la cosa es así: se cotiza de acuerdo con los precios de temporada, siempre fluctúan; pero últimamente pocas veces los ves baratos... Uno ya le va calculando, para ir emparejando los costos, pero siempre se sacrifica a la clientela, que es la que termina pagando el pato.

* * *

Tome nota de estos precios, porque seguramente en su mercado estarán más altos. Se trata de La Merced: jitomate a 15 pesos el kilo; calabaza a 8, chile verde, 9; cebolla 6; papa 9, limón 13, tomate 7; a dos pesos la bolsa de verdura fresca para sopa. Y a 25 pesos el kilo de dulces, surtidos.

Cuénteme, señor Tomás. ¿Por qué tan tranquilo?

Tomás Herrera vende fruta en uno de los pasillos principales.

–Por la a cuesta de enero la gente está bien gastada. Nosotros hemos tratado de mantener los precios, pero ha estado bien vacío. Abrimos a las cuatro de la mañana, pero a esa hora está sólo. Hace unos dos años la gente todavía venía a esas horas, pero ya no. Como a las siete se pone un poquito más movido, pero no tanto. Las ventas de veras están muy bajas.

Hay pasillos en los que no se encuentra un sólo cliente.

–Creo que el año pasado nos fue mejor. Aunque esto de la venta tiene sus días: viernes, sábado y domingo es cuando más gente circula por aquí. No debemos quejarnos. Mientras haya salud, todo está bien... Que estemos sanos es lo importante. ¿El dinero? Ya irá saliendo. Siempre es así... Todos los eneros son igual de cabrones.

* * *

¿Qué es lo que más se vende en un mercado?

Las frutas, verduras, pescado, carnes, quesos, crema. Y, por supuesto, la comida.

Es por eso que José Luis ha decidido poner un puesto de tacos en pleno mercado de la Central.

Tiene la alta responsabilidad de pagar salarios para seis empleados. Es por ello que atiende que todo marche bien, trata bien al cliente, pero, sobre todo, no les sorprende con un alza en los precios. Para ello posee su propia estrategia. Y nos la confiesa:

–Lo que hacemos es prevenir: nuestros aumentos los hacemos a principios de diciembre. ¿Por qué?, porque lógicamente sabemos que tendremos un alza en enero, pero así los clientes no se sienten despojados en enero. El aumento no les agarra de sorpresa, y otra cosa: diciembre es el mes en el que circula más dinero en el país. Así, el consumidor dice: bueno, ya subieron los precios, pero traigo con qué pagar.

–Tres al pastor y un refresco.

–...42 pesos.

El ir y venir de la gente es incesante. Son kilómetros los que hay que deambular en busca de los mejores precios. Hace hambre. Y un negocio de comida parecería ser el tesoro de todos tan anhelado.

–No te creas –cuenta José Luis–. Lo nuestro es la comida y muchos pensarían que por tratarse de algo vital, es obligado que te compren. Pero no. Con dinero en la bolsa te compras tres tacos y un refresco. Pero cuando no tienes: si te alcanza te comes uno en lo que llegas a tu casa a comer bien, nomás para aguantar el hambre. Y en estos días eso es lo que se ve más frecuentemente.

–¿Qué problemas enfrentas?

–Que la canasta básica ha subido de precio de manera impresionante. Nosotros vamos a aguantar los precios lo más posible, pues al no haber circulación de dinero, todos los negocios deben subir sus precios. Ya se sintió el gasolinazo y todavía esto va a subir más: la tortilla, el nopal. El aguacate. La carne, todo ha subido. Y ha subido tanto que una caja de melón que antes te costaba 100 pesos ahorita te cuesta 200. El limón, que andaba en 9 pesos ahorita te lo venden en 16, 18 pesos.

“Veo en México una desestabilidad total, porque todavía no pasa lo difícil. Los políticos se la pasan pelee y pelee; los partidos son los que no dejan que despegue el país. A ver, respóndeme: una de las partes más ilógicas y más absurdas de México, ¿cómo es posible que el hombre más rico del mundo sea mexicano, si somos un país de jodidos?

No se detiene José Luis:

–Antes se hablaba de 300 familias, hoy sólo se habla de Carlos Slim. Se acabaron a los demás: y la gente, el pueblo, pues ya está sintiendo el agua en el cuello. Lo que se escucha y ya es un rumor muy grande es que esto puede reventar en cualquier momento. Entre la gente del mercado sabemos que las cosas no están fáciles. Pero ya tuvimos PRI, PAN y ahora PRD y todos traicionan al pueblo. Ya no vamos a saber ni por quién votar. Y con los constantes aumentos a los precios, cada vez es más difícil sacar para vivir.

–Tres de bistec y dos campechanos. Ah, y un agua de limón.

–58, joven.

* * *

Siempre hay mucho que hacer en los mercados.

Pero ahora los vendedores disponen de más tiempo.

–También en algo tienen que ver las heladas –comenta doña Matilde, que vende nopales en el mercado de Jamaica–. Por eso los productos nos llegan más caros.

Ahí mismo, Omar Guzmán, un vendedor de frutas y legumbres, viene a abastecerse.

–Es cierto: el frío con el que amaneció el 2008 congeló las cosechas. Pero igual y para febrero y marzo que ya hay más mercado y más calor, bajan los precios.

–¿Qué fue lo que encontraste más caro?

–Todo. Todo ha subido. Algunas cosas un poquito, pero otras de plano ya no se puede. ¿Y qué haces? Pues comprar menos, llevar lo que te alcance y subirle los precios a tus productos. Yo vendo allá por Iztapalapa y pues ni modo, uno le va compensando.

–Los distribuidores no se apiadan: si compran a 10 no te lo pueden dar a ocho, así que, a medirle el agua a los camotes y a comprar donde te den más barato. Ora sí que hay que andarle busque y busque. Ojalá despegue este asunto. Nomás queda echarle ganas.

–Lo peor es que la gente humilde le dimos mucho apoyo al PRD y son ellos los que están acabando con el transporte, a las colonias les están quitando sus casas, a los vendedores ambulantes los están desalojando. Y somos quienes votamos por el PRD... ¿Que no nos vaya mejor en 2008?... Con que se mantenga el país como hasta ahorita, con eso estamos servidos. Y todos te van a decir lo mismo: un taxista, un empresario o un barrendero.

* * *

En este, el mercado Alamos, se respira una paz casi sepulcral. Son casi las siete de la tarde y los últimos locales están por cerrar.

No ha sido buena la venta del día.

No para la señora Guadalupe, que vende pollo y huevo.

–Joven, este año no arranca. La gente sí, sigue viniendo a comprar, pues la clientela es siempre la misma, pero el problema es que cada vez compran menos. Y eso no está bien, porque los niños cada día van a estar peor alimentados. Si yo como madre de familia veo que l más caro es el pollo y la carne, pues no los compro. Y llevo a la casa una dieta de puros frijoles, a once el kilo.

–¿A qué cree que se deba el aumento de los precios?

–A muchos factores, como las malas cosechas, o el aumento a los precios de las gasolinas y la tortilla, pero también otra de las cosas que nos pone en desventaja es que los centros comerciales están jugando a la mala contra los mercados populares. Nosotros tenemos que comprar de contado para vender de contado y si no tienes dinero para invertir no vendes.

“Y las grandes cadenas están aceptando que compres tu despensa con tarjeta de crédito y la puedes pagar hasta en 12 o 18 meses. Y así pues nomás nos friegan. Aquí tú me pagas y se acabó. Entre la gente pobre todo lo pagamos al contado.

* * *

¿Como amanecieron los mercados?

José Luis, cuyo negocio de tacos en el pasillo GH de la Central da de comer a cuando menos siete familias, advierte:

–Aquí uno va al día. Quien piense que ser comerciante en un mercado es una mina de oro, está equivocado.

En la Central de Abasto muchos locatarios están rematando, muchos están vendiendo y muchos han cerrando. Y sí: en los últimos pasillos las bodegas están prácticamente vacías.

“En 2008 hay cuando menos el 50 por ciento menos de gente. Y es que tenemos otro problema aquí: ¿a ver, en cuál mercado del mundo te cobran por venir a comprar y a vender tus productos. ¿En qué mercado pasa eso? ¿Cuándo tú has tenido la necesidad de pagar para ir a trabajar o de pagar para ir a comprar? ¿Y qué se hace con todo ese dinero? Son millones de pesos diarios que entran a la central. Y si te das cuenta, no ha sido remozada en muchos años, sigue igual que cuando nació. Y si alguna vez llegas a ver pintadito un lugar es porque cada locatario lo hace por su cuenta. Pero eso, por supuesto, eleva los precios a todos los productos. Y es cuento de nunca acabar...”

* * *

A uno de los que más le ha pegado el 2008 es a don Román, el cargador que paga 13 pesos diarios por el alquiler de su diablito. No porque el oro y la plata hayan alcanzado sus máximos históricos en Londres, sino porque, narra, existe una señora que cada semana hace sus compras y le paga por llevarlas hasta el carro hasta 100 pesos.

“Pero este año no ha venido ni una sola vez”.

17.1.08

Aristegui vista por Granados Chapa

La miope visión de Prisa

Pedro Díaz G.

(Texto sin edición).


–¿Cómo se debe leer la salida de Carmen Aristégui de la W?

–Como una decisión política tomada por Televisa y Prisa para favorecer su posición ante el gobierno, que no estaba ni remotamente satisfecho con el tipo de información que maneja Carmen Aristégui y al auditorio al que era capaz de llegar. Esa es la combinación.

“Porque hay otros programas, lo que dicen Ricardo Rocha o Javier Solórzano, por ejemplo, que tienen una semejanza temática y de enfoque con lo que dice Carmen, pero Carmen se había vuelto el centro de buena parte de la información radiofónica matutina por la importancia y el alcance de W.

“Es una estación muy escuchada, tiene una cadena, la cadena Rasa, de modo que es esa combinación: contenido poderoso y poderosa difusión lo que explica que particularmente Carmen se hubiera convertido en una espina para el gobierno Y a sabiendas de eso –no necesariamente por pedido de gobierno—los consorcios que son dueños de la W le hicieron un favor al gobierno dejando que terminara su contrato”.

–Luce como un cobro de facturas.

–Hay una combinación. Hay dos asuntos que lesionan directamente a Televisa, que ofendían a Televisa porque una de sus empleadas, para hablar con el léxico que manejan allí, estaba en contra de la casa: la Ley Televisa y la Reforma Constitucional en materia Electoral, con el añadido de que Carmen Aristégui se negó a ir al mitin que hicieron los concesionarios en el Senado en septiembre pasado, en donde algunos de los comunicadores y de los concesionarios se exhibieron muy tristemente.

“Carmen ni siquiera fue. De tal manera que ahí había una militancia de Televisa contra ella por su posición en esos dos temas, que son centrales para Televisa.

“Y luego otros muchos poderes: el Presidente de la República por el caso de Ernestina Ascencio, Marín y Nacif por la difusión de la cinta en que hablaron de Lydia Cacho, Norberto Rivera por la protección al pederasta Nicolás Aguilar... Casi cada asunto que tomaba en sus manos Carmen Aristégui era una urticaria en centros de poder que seguramente expusieron en más de una vez su incomodidad, su irritación ante los concesionarios por el trabajo de Carmen.

“No creo que nadie haya pedido ´quítenla´, pero estoy seguro que manifestaban a los concesionarios, y Televisa se lo manifestaba a sí misma, que había allí una zona de infección que en algún momento había que quitar”.

–Usted le ofreció su espacio en Radio UNAM.

–No estrictamente, porque no es un espacio sobre el que yo tenga control. Pero le dije que los micrófonos de Radio UNAM, en el espacio que me corresponde manejar, estaban a sus órdenes. Y estoy seguro que la Universidad le daría acogida a Carmen. Es una de las posibilidades que ella tendrá que explorar.

–Actúa Prisa con una doble cara; por un lado edita al El País en España, y por otro viene a contradecirse a México.

–Un periódico que ha venido evolucionando: entre más ha crecido el grupo Prisa, menos afilado es el periódico El País.

“Con frecuencia en los medios de información se plantea el dilema de mejorar las condiciones de la empresa o ejercer la responsabilidad ante el público. Y los medios suelen privilegiar lo primero: consolidar su posición como empresa olvidándose de que no son excluyentes, de que incluso son compatibles y hasta se beneficia la empresa atendiendo la responsabilidad.

“Pero una visión miope como la que mostró ahora Prisa la hace preferir la consolidación de la empresa fingiendo que la información incisiva y penetrante es contraria a sus metas; y ocurre al revés: buena información hace buenos negocios”.

–Este parece ser un cíclico un mal del periodismo. Llamémosle Gutiérrez Vivó, no sé, Jorge Saldaña...

–Sucedió a emeequis, también, por que resulta de una circunstancia semejante a la de Carmen Aristégui: hubo un interés empresarial contrario al interés periodístico.

–Y esto que refleja. ¿Que no hemos cambiado en nada?

–Y qué es así siempre. Desde hace unos meses se está planteando en The Wall Street Journal un dilema para los periodistas. Rupert Murdock, el magnate mayor de la prensa internacional, compró The Wall Street Journal. Y varios de los columnistas y reporteros se opusieron inmediatamente por no estar de acuerdo con que el periódico lo maneje un hombre que no tiene una conciencia periodística sino una conciencia empresarial.

“Otros están en alerta esperando ver cómo se maneja el periódico y se irán si prevalece, como suponen, como temen, el criterio empresarial sobre el criterio periodístico. Este es un mal universal: los dueños de los periódicos pueden mantener durante un tiempo la libertad empresarial, pero llega un momento en que la cancelan porque creen que así conviene a sus intereses, o porque así conviene a sus intereses”.

–Qué perspectivas nos quedan como periodistas y como audiencia.

–Muy amplias. El caso de Carmen era singular por su poder como comunicadora, un poder que nace de su sencillez, de su inteligencia, de su empatía con el público, y los alcances de W Radio. Pero hay otros espacios de menor alcance, y hay la posibilidad también de que se construyan nuevos espacios.

“Imagino que una empresa social como las que hicieron emeequis, o Proceso o La Jornada en su tiempo, pudiera tomar en arrendamiento una emisora. Por ejemplo, estoy imaginando, no sé si eso pueda ocurrir, sólo imagino: hay una FM que el grupo de la familia Vargas le alquiló durante más de un año a Gutiérrez Vivó. Ahora la convirtieron en estación grupera. Esa estación ha estado en el mercado, digamos.

“Podría plantearse a la familia Vargas que de nuevo le imprima vocación informativa a esa emisora de FM y la alquile. Un grupo social con poder económico, una sociedad anónima formada con más presencia, pudieran gestionar una estación donde tuviera espacio Carmen Aristégui y que fuera capaz de conseguir paulatinamente enlaces con otras emisoras. Por ejemplo, con las estaciones públicas.

“Ya ahora mismo Javier Solórzano hace un programa en la Red de Estaciones Educativas y Culturales. Algo semejante podría hacerse por la mañana: un programa que hiciera Carmen Aristégui pero que tuviera un enfoque también dirigido a la radiodifusión comercial.

“No se cierra el mundo, hay posibilidades. No serán iguales a las de W, como no lo fueron al principio ahí mismo porque lo que Carmen inició hace cinco años es distinto a lo que tenía hasta el viernes pasado. Construyó su propio espacio y puede construirlo de nuevo. Hay que recordar que Carmen salió del Grupo Imagen sin nada. Quedó a la intemperie y se repuso, es una mujer gallarda, una mujer digna, una mujer inteligente. Se reconstruyó en dimensión mayor de la que tenía en el Grupo Imagen. No está excluido que lo mismo ocurra ahora”.

–Inclusive en su columna menciona al badulaque que le impidió/

–Es Pedro Ferriz. Es un hombre que avergüenza a todos salvo a su papá.

–¿Qué daño se le hace a la sociedad con estas decisiones?

–Primero, se la deja sin explicación de lo que pasa. Es un defecto grave de los medios que tanto pugnan de dientes para afuera de la transparencia, que la ejercen buscando información en la Ley de Transparencia y son absolutamente opacos. Nunca dicen nada respecto de sus operaciones interiores.

“Muchas personas ignoran que Televisa y Prisa violan la Ley en el acuerdo que tienen para manejar la W. Tienen el 50 por ciento de acciones cada uno, y eso no se puede conforme a la Ley. Pero se justifican diciendo que Prisa tiene acciones neutras, que es una figura que permite la Ley de Inversión Extranjera y que consiste en que esas inversiones neutras no toman decisiones...

“Las decisiones las toman los españoles en la XEW... y que tomen decisiones a partir de acciones neutras es una violación a la Ley. Hay ahí otro aspecto que también será conveniente explorar: la presencia extranjera en México, que puede ser beneficiosa, como en el caso de la propia Carmen y su participación en CNN o lo iba a ser la participación de Telemundo en una operación que consistía en tomarle Canal 40 y que frustró Ricardo Salinas.

“Se le hace daño a la sociedad por la opacidad. Y porque hay una carencia de información, sobre todo en los estados, donde sólo se podía escuchar a Carmen Aristégui. Porque por los contenidos en la ciudad de México hay espacios alternos. Nacen en gran medida por las ansias de información de un sector del público. Pero aquellos de fuera no son atendidos por espacios como el de Ricardo Rocha o del Javier Solórzano porque no llegan, no tienen la amplitud que tenía Carmen Aristégui.

“De modo que se le daña a la sociedad porque se le niega, se le cancela la oportunidad cierto tipo de información que es útil para la toma de las decisiones ciudadanas”.

–Es ilógico pensar que no hay mano del gobierno.

–Es ilógico. Además, se sabía mucho que había incomodidad. Carmen Aristégui y el matrimonio Calderón fueron muy cercanos, eran muy amigos hasta hace 4 ó 5 años. Muy amigos, amigos familiarmente: se veían los fines de semana, los Calderón quieren mucho a Emilio, el hijo de Carmen. Había una relación familiar con los hijos de la pareja y el hijo de Carmen.

“Y en esa casa no se entiende que el desarrollo de los sucesos políticos les haya distanciado. Ellos esperarían, supongo, que Carmen fuera cercana al gobierno en función de esa amistad y ocultara los errores del gobierno y se adhiriera al punto de vista de Calderón en los asuntos cruciales en los que Carmen difirió.

“De modo que hay una clara incomodidad del gobierno que fue atendida por Televisa y Prisa. Ya Televisa había dado la señal de incomodidad con Carmen cuando canceló la señal de Sky argumentando un problema técnico que sus muy incompetentes operadores nunca pudieron resolver. Debe haber sido un problema que seguramente amerita estudios de la Nasa, porque no lo pudieron resolver nunca”.

–¿Hay injerencia del Partido de Acción Nacional?

–Injerencia no necesariamente. Pero había sectores del PAN muy incómodos. Carmen le ha dado mucho aliento a Santiago Creel, por ejemplo, en su reencarnación, después de haber sido muy severa con él como secretario de Gobernación y como precandidato a la presidencia.

“Ahora que Creel está tratando de recuperar la personalidad democrática que tuvo durante 1994 y 1996, ella ha sido muy atenta a esa evolución, de modo a que el sector al que representa Creel está en consonancia con el parecer informativo de Carmen. Pero hay otros sectores: Espino, por ejemplo, era un adversario: un hombre muy opuesto a la conducta informativa de Carmen”.

–Cómo serán las próximas semanas. ¿Se quedará en casa Aristégui?

–No. No creo. Supongo que tiene ya abiertas algunas posibilidades y el problema será evaluar cuál es la más eficaz. Y si no tiene ofertas ella muy pronto tendría que plantearse tomar una iniciativa que la regrese pronto al cuadrante. Es un asunto de urgencia: no puede darse el lujo de quedarse mucho tiempo en su casa.

“El jueves la Amedi, la Asociación Mexicana del Derecho a la Información, de la que ella es integrante, le va a ofrecer una comida. Es seguro que de ahí surjan propuestas, y se formule un plan de acción si no es que la propia Carmen no lo tiene ya”.

–Incluso hay una respuesta impresionante de la audiencia.

–De muchas maneras, de muchas naturalezas. Aún en periódicos que no son muy militantes, como El Universal, la correspondencia ha sido muy explícita y abundante. Eso indica ya la respuesta que tendría una iniciativa que tenga Carmen.

–En los medios se observa también un contraste: quienes la apoyan con mucho fervor y quienes la denostan.

–Han sido los menos. Ciro Gómez Leyva se siente lesionado como parte de Televisa el que se le atribuya a Televisa la salida de Carmen y escribió hace unos días un texto mala sangre. Pero en general el medio ha sido más solidario.