27.11.07

Salud, maestra...


Son personajes dignos de emularse. Son sinaloenses. Son de excelencia. Son ellos.


María Aurora Armienta Hernández

Pedro Díaz G.

El que un vaso de agua esté listo para beberse en cualquier hogar de México y contenga el mínimo de sustancias tóxicas, naturales o no, se debe, en gran parte, a sus investigaciones. Saber lo más acertadamente posible los grados de contaminación y cuáles son las sustancias dañinas, son algunos de los resultados que busca la investigadora sinaloense María Aurora Armienta, en beneficio del país y de la humanidad.

Nació en Culiacán, pero una vez internada en los caminos del conocimiento, se volvió universal. Y nunca fue difícil presagiar su futuro. Fue estudiante modelo, comenzó la carrera de ingeniería química en la Universidad de Sinaloa para concluirla en la Iberoamericana de la capital del país.

No sólo el cambio de aulas y de ambiente fueron obstáculos que pronto dejó atrás. María Aurora Armienta siempre se impuso nuevos retos. Al paso anterior inevitablemente sobrevenía otro, que le acercaba de manera avasallante a los libros, a las investigaciones, a la sabiduría. Por ello no sólo realizó su maestría en Química analítica en la UNAM, sino que recibió la Medalla Gabino Barreda como premio a la excelencia.

No son comunes las palabras que definen su labor. Pero mucho tienen que ver con su amor por el planeta, por México, pero sobre todo por Sinaloa, estado que la incluyó en 2006 como la primera mujer miembro del Colegio de Sinaloa.

Su área de investigación es la química ambiental del agua y los procesos geoquímicos asociados a la actividad volcánica.

Y no ha hecho poca cosa: sus resultados en geoquímica ambiental han permitido definir el origen y factores que influyen en la movilidad de especies inorgánicas, principalmente metales y metaloides tóxicos, y compuestos de nitrógeno en el ambiente.

Una de sus premisas es: Como no es suficiente con tener el agua, debemos saber con qué métodos aprovecharemos todo su potencial, sin deteriorar el ambiente del planeta.

Por ello, el grupo de científicos que representa como investigadora y responsable del laboratorio de Química Analítica en el Instituto de Geofísica de la UNAM, trabaja en el análisis de cómo sacar los mejores beneficios naturales, sin destruir el entorno.

Si alguien conoce el comportamiento del agua y los riesgos para el ser humano, es María Aurora Armienta.

Es doctora en geofísica (aguas subterráneas), y ahora miembro del Colegio de Sinaloa, selecto grupo integrado por distinguidos sinaloenses en diferentes ámbitos del conocimiento, como ciencias, artes y cultura; posee una obra científica que incluye 54 artículos publicados en revistas internacionales, 14 de divulgación, 16 en memorias, además de 16 capítulos en libros.

Es especialista en el programa Environmental Monitoring (Water Quality), de la agencia japonesa ambiental National Environmental Training Institute, desde 1990.

Gran parte de su tiempo lo dedica a los salones de clase, como profesora de postgrado en Ciencias de la Tierra, de la UNAM, desde 1992, donde ha impartido cursos cortos para la Comisión Nacional del Agua, la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Guerrero, la Universidad de Colima, la Universidad Autónoma de Yucatán, la Universidad de Freiberg, Alemania, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.

Y como uno de sus tópicos es la naturaleza, el agua y la salud, ella suele analizar los elementos dañinos que la contaminación natural provoca desde el mismo contacto del líquido con las rocas, debido a que estas tienen gran cantidad de elementos, y algunos de ellos no son benéficos para el ser humano.

Uno de sus principales objetivos es difundir entre la sociedad lo más avanzado y relevante del saber universal, del conocimiento científico, las innovaciones tecnológicas. La profesora Armienta viaja por todo el país tratando de conocer la contaminación hídrica con sustancias químicas en cada pequeña región.

Interesante es, su cotidianidad: para conocer el grado en el que se encuentra al agua, hace estudios, perfora pozos especiales para tomar muestras representativas del agua subterránea, realiza análisis químicos específicos para el elemento que desee determinar y para el agua en general. Y encuentra entonces cierta presencia, por ejemplo, de flúor en la naturaleza, sustancia que nos es indispensable, para evitar problemas en los huesos o caries dental... Pero si el porcentaje de flúor se incrementa sobre niveles permisibles, el ser humano puede sufrir de clorosis dental, manchas, caries, picaduras; y en los huesos provoca malformación, lo que podría derivar en no poderse sostener.

Armienta se dedica entonces a monitorear el agua, cuidando y analizando su calidad de una manera rutinaria y periódica; compara parámetros, hace estudios físico-químicos y da soluciones adecuadas, evalúa riesgos y propone alternativas.

Salud, por nuestro próximo vaso de agua potable, profesora.

María Aurora Armienta es una sinaloense de excelencia.

(Maestría en Química analítica en la UNAM, y Medalla Gabino Barreda como premio a la excelencia)


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