Pedro Díaz G.
A Cirilo Saucedo le ha sucedido de todo.
Cosas buenas: al paso de los años, se convirtió en lo que soñaba cuando era niño: es portero de un equipo de futbol.
Se acaba de casar el año pasado con la chica que conoció en un centro comercial en León, Guanajuato. El amor de su vida.
Su nombre, Cirilo, se ha difundido por todo el mundo, por sus recientes y admirables actuaciones; sobre todo después de que su equipo, Indios de Juárez, eliminó al campeón Toluca.
Está a tres partidos de convertirse en campeón del futbol mexicano.
Pero también ha pasado cosas innombrables.
Un día le encañonaron para robarle su auto.
Su ex equipo lo puso transferible.
Pero hay algo que nunca olvidará: esa mañana en la que amaneció decapitado.
* * *
Cirilo conduce su Audi A4 por una de las principales avenidas de Ciudad Juárez. Una camioneta lo rebasa, luego le impide el paso y, finalmente, de ella descienden varios individuos que, a punta de metralleta, lo despojan del vehículo.
El portero de Indios mira a su alrededor y distingue una patrulla de Seguridad Pública municipal. Le pide auxilio.
Los policías hacen como que lo atienden pero, en lugar de seguir a los asaltantes, en la primera esquina doblan en sentido contrario.
“Te da pavor. Porque no tienes manera de hacer nada: si me arranco, me dan un balazo; si me bajo, igual; si me llevan, lo mismo me pasa algo. Vives con miedo”, señala vía telefónica.
Eso no es todo.
Al presentarse ante la Procuraduría de Justicia del estado, para levantar su denuncia, queda atónito: no puede dejar de mirar un pizarrón de corcho atestado de fotografías de mujeres desaparecidas: son las muertas de Juárez.
--¿Qué haría yo si una de ellas fuese mi madre; o mi mujer?
Tirita. El escalofrío recorre su cuerpo.
Ya no tiene automóvil. Pero sigue vivo.
* * *
A Ciudad Juárez la patrullan diez mil militares y policías federales. El gobierno destituyó a la policía municipal, por estar vinculada a poderosas bandas de narcotraficantes.
Esta ciudad, sitiada debido al tráfico de drogas, los tiroteos en cada esquina y el hallazgo de ejecuciones o cabezas cercenadas, que se han vuelto historias cotidianas, vive una euforia futbolística.
Es gracias a las atajadas de Cirilo Saucedo y el tesón de un grupo de jóvenes que han tenido, en este 2009, uno de los años más difíciles: se han tenido que acostumbrar a desplazarse sin ostentación, y nadie está autorizado a comprarse vehículos de lujo; la mayor parte de la temporada estuvieron luchando por el no descenso a la Primera A y han debido sobrevivir en la ciudad más peligrosa del país.
Pese a todo, disputan las semifinales de la liguilla.
--¿A qué se debe?
El joven de 27 años, responde, con la voz plena de orgullo:
--La fórmula para estar aquí ha sido, por mucho, vencer al mido. Eso es lo primero. No ha sido sencillo vivir en una ciudad como esta. Mi esposa, en un principio, no quería trasladarse de León hacia acá; hasta que la convencí. Per, te imaginas, la mayor parte del tiempo te la pasas encerrado.
Después el éxito del equipo se debe a que como jugador estás mucho mejor aquí que en otros clubes, hoy yo estoy muy bien. En Indios me siento muy contento y sobre todo, muy agradecido con la gente, con la afición y con todos los que hay aportado su granito de arena para que yo milite en este equipo.
El domingo, ya lo viste, el ganarle a Toluca fue un premio al esfuerzo; esto se debe a que todos nos llevamos muy bien, dentro y fuera de la cancha. Creo que es uno de los secretos, o de las razones por las que estamos en la liguilla: es un gran grupo. No hay nadie a quien no le puedas hacer una broma; no existe nadie a quien le puedas exigir que dé todo en el terreno de juego.
Hay un compromiso verdadero de todos con todos. Nos llevamos como grandes amigos. Pero sobre todo, Indios es un club humilde, sin figuras. Y eso te beneficia, porque todos luchan por conseguir el gol.
Ha vivido un largo camino Cirilo Saucedo.
Empezó a jugar profesional en León, “el equipo de mis amores”. Ahí le dieron la oportunidad de incorporarse al futbol profesional.
“Ahí viví mis mejores momentos. Buenos y malos. Estuve en selecciones nacionales; han sido muchos años. Sí, he transcurrido por un largo y difícil camino. Pero la vida me lo ha recompensado: hoy estoy tan contento por la etapa que estamos viviendo… Que no podría describírtela. Es sensacional.
* * *
Cirilo Saucedo ha sufrido la angustia real. No la que aparece a diario en los periódicos.
Le robaron su Audi a mano armada, ha visto una narcomanta con imágenes de cuerpos decapitados y ha convivido en hoteles con decenas de militares.
A pesar de todo, el guardameta rechaza irse de esa ciudad porque está consciente del valor que tienen los Indios para la gente. No es un privilegio permanecer en un territorio en el que, tan sólo en 2008, se contabilizaron 1,653 ejecuciones.
Una de ellas: la suya.
¿Cómo? Se preguntará usted.
Sí: una mañana Cirilo Saucedo amaneció decapitado.
Bueno. Al menos esa fue la noticia que difundió un diario local.
“¿Te imaginas la paranoia mía, de mi esposa y de mi familia? Pero cuando entramos al campo, por algo somos profesionales, te olvidas de todo. Sí, se vive el miedo y todo eso en la semana, pero en el partido te olvidas, das tu mejor esfuerzo y te comprometes para que la gente salga feliz, para que tenga ese respiro que sólo les da el futbol profesional.
Algo que no olvida Saucedo es su primer entrenamiento con los Indios, escuadra que consumó su ascenso a la Primera División en mayo de 2008: día peculiar. Fue en un arenal donde las autoridades han encontrado cuerpos de las muertas de Juárez.
Después, acudió al gimnasio del centro comercial Las Misiones, y fue desalojado por una amenaza de bomba.
“Nos subimos a las camionetas y nos fuimos", recuerda. “Imagínate, llegué un viernes en la noche, y el sábado dije '¿qué hago aquí?, yo me voy”.
Pero se quedó.
Procura no salir de noche, permanece encerrado en casa, con su esposa.
“Un día me asaltan, me bajan de un carro y después tengo que ir a la policía federal a levantar el acta correspondiente. Cuando levanto el acta me doy cuenta de que dos paredes enormes están llenas de fotografías de mujeres desaparecidas sólo en el 2008".
Y cuenta otra de las historias atroces de esta zona fronteriza: Andrés Chitiva fue parte del plantel de Indios, pero huyó de Ciudad Juárez en noviembre de 2008 debido a la amenaza de secuestro a su hija.
“Tuvo que salir en un convoy de seguridad directamente de la escuela donde estudiaba su hija al aeropuerto, escoltada por soldados”.
Las fuerzas armadas, dice, son parte del paisaje.
“Sales del elevador y te encuentras con tipos con metralletas, atentos a que no vaya a haber un atentado”.
La violencia de la droga está tan extendida en Ciudad Juárez, que los propios aficionados al club se hacen llamar irónicamente “El Kártel” y el jugador revelación es Daniel Maleno Frías, un ex pandillero que entró a la correccional de menores y a la cárcel preventiva. Cumplió la mayoría de edad y se fui a los Estados Unidos a trabajar como ilegal.
Qué panorama, para desarrollarse como futbolista: varios de sus compañeros han recibido amenazas de secuestro o han sido víctimas de robos domiciliarios. Angustiados, transitan por las calles repletas de soldados, en sus nuevos autos austeros y, a la vuelta de la esquina, a veces son testigos de una que otra ejecución…
* * *
Indios de Juárez es el equipo más nuevo y de menor presupuesto del futbol mexicano de Primera División.
Es propiedad de Francisco Ibarra, un influyente empresario local que en 2005 compró la franquicia de Pachuca Juniors, filial del Pachuca en Primera A, que cambió el nombre del club a Indios, para pelear un lugar en la primera división.
En 2006, estuvo cerca de lograr el ascenso, al disputar la final del torneo Clausura 2006 con Querétaro, que posteriormente ascendió a la categoría de privilegio al vencer la final de la temporada. Y, en 2008, al ganar la final contra el León por un marcador global de 3-2, Indios logró el arribo a la máxima categoría.
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Tiene 27 años. Nació el 5 de enero de 1982.
Y narra uno de sus momentos más difíciles, en el terreno deportivo.
“Después de estar en Tigres un año y medio, me ponen transferible. Eso me dolió muchísimo. Gracias a Dios, Indios asciende y me presentan el proyecto para ver si me interesaba. Claro que me interesó: por la revancha deportiva.
“Porque cuando salgo de Tigres termino no jugando. Estuve año y medio y los últimos siete partidos del último torneo, no los juego con Tigres.
No lo olvida: acababa de llegar Manuel Lapuente y no le interesaba; fue él quien lo puso transferible.
“Todo el tiempo que estuve en Tigres había jugado y cumplido con las expectativas. Tan es así que me compran un torneo antes de que llegara Lapuente.
“Por eso quiero ser campeón. Por que se trata de una revancha. Nunca pensé que me desecharan de esa manera. Los directivos no saben cuánto daño le hacen al jugador, a la persona que vive tras el uniforme de futbolista.
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Ser jugador de los Indios de Ciudad Juárez implica no sólo luchar en el terreno de juego para permanecer en la Primera División; también hay que lidiar con la inseguridad, la violencia y el narcotráfico.
Al circular por la ciudad, los jugadores son frecuentemente detenidos por elementos del Ejército mexicano apostados en los diversos retenes militares. El hotel donde se concentran antes de los partidos en casa les toca compartirlo con los agentes federales que llegaron el año pasado para reforzar el Operativo Conjunto Juárez.
“Te acostumbras y lo platicas como si nada, pero en el momento en que te cruzas con gente armada dices: ‘No se te vaya a disparar’, o ‘apúntale para otro lado’…”
También han tenido que habituarse a no salir a la calle después de las nueve de la noche, a llamar por teléfono a sus familiares varias veces al día cuando están fuera de casa, a circular por distintas vías y no usar una ruta fija, a vivir cerca para prestarse apoyo en cualquier momento, a traer a mano los teléfonos de la policía, a que sus esposas no anden solas…
Pero la zozobra a veces los rebasa. Por eso el día que corrió la información de que “el portero de Indios fue ejecutado”, todos en el equipo se alarmaron.
“Un domingo como a las ocho de la noche vi. que tenía 20 llamadas perdidas. Eran de Eugui, Edwin Santibáñez, el Tripa Pérez, Humberto Hernández, Ramón Morales, de un directivo y hasta del dueño del Canal 44.
“Me alarmé.
“Empecé a llamarles, y todos me decían: ‘¿Qué te pasó?’ Y yo: ‘Nada, estoy en la casa’. ‘Es que nos dijeron que habían ejecutado al portero de los Indios’. Salió en la prensa.
“Ya habían hablado con los otros porteros y todos estaban bien, pero a mí, como no me encontraban, pensaron que sí me había pasado algo. Otras versiones decían que al portero de los Indios le habían cortado la cabeza. No sé cómo, pero alguien le dijo eso a la prensa; además de que acá pasa algo chistoso: cuando ejecutan a alguien, primero llega la prensa que la policía”, narra Cirilo Saucedo.
Desde que fue despojado de su auto, Saucedo se compró otro tan austero que ni aire acondicionado tiene. No comprende cómo es que a pesar de que vio su coche en la calle varias veces y pidió auxilio, los policías siempre le decían que quienes manejaban ese Audi, reportado como robado, estaban “en regla”.
“Encontramos el carro varias veces en algunos lugares. Llamaba a la policía y los dejaban ir. Denuncié, levanté el acta.
“Una vez un policía platicó con quien traía mi coche, y luego me dijo: ‘Ya me enseñó los papeles y todo está en regla’. Y yo digo: ¿Cómo que en regla, si es mío? Obvio, ellos tampoco se van a arriesgar por algo así, esa es la verdad.
“Después encontraron el auto con drogas y armas y hecho pedazos, todo chocado, y es hora de que el seguro tampoco me paga”.
Después del asalto, Cirilo dio instrucciones al personal que labora en su casa de no contestar los teléfonos.
“Cuando empezó a incrementarse la violencia me dio miedo; hubo como 200 muertos en un mes y había toque de queda. Ahí dije: si recibo cualquier tipo de amenaza, agarro mis cosas y me voy. No tengo necesidad de que a mi familia le pase nada”.
“Aquí no se tientan el corazón para hacer daño. Todos somos parte de la estadística. Acá todos conocemos a alguien al que le pasó algo. Hay varios jugadores que han vivido este tipo de cosas, pero no lo hacemos público por la misma seguridad.
“Sin embargo, también te puedo decir que el fenómeno no es exclusivo de Juárez ni de este equipo. Sé de otros compañeros que también han sido amenazados”.
Después del robo al arquero del equipo, la directiva de Indios reunió a todo el club con un grupo de elementos de la Policía Municipal para tranquilizarlos y explicarles cómo deben cuidarse: fijarse que no los sigan y espejear continuamente en busca de autos sospechosos…
“En el momento, ¿qué hacemos? En el periódico había salido que a los mismos policías les da miedo lo que pasa en la ciudad, y el Maleno (Daniel Frías) les dijo: ‘¿Si ustedes que están armados y saben de esto tienen miedo, creen que nosotros no? No tenemos ni un arma’. “Nos dijeron: ‘deben tranquilizarse’. Pues sí, como a usted no le pasó, ni es figura pública como uno que anda en todos lados y dando autógrafos…”
Qué duras declaraciones:
“Vivimos con ese temor porque le apostamos a nuestra suerte y salimos a la calle pidiendo que no pases por donde están balaceando a alguien y te toque una bala a ti”.
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Hoy están en semifinales del Clausura 2009, "viviendo un sueño, algo que nunca imaginamos", y convencidos de dejar fuera a los dos mejores del torneo, primero el Toluca y ahora al Pachuca.
Saucedo reflexiona:
“La realidad es que hay en Ciudad Juárez una inseguridad importante. El gobierno hace lo imposible por acabarla Hubo momentos muy apremiantes: en un mes hubo 300 muertos. Fue entonces cuando pasó el miedo por nuestras cabezas, llegamos a pensar que debíamos irnos, que no teníamos derecho a arriesgar a nuestras familias, o a nosotros mismos”, comenta Cirilo.
“Por fortuna hoy está más tranquilo que hace seis meses, aunque todavía hay problemas”.
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Cirilo Saucedo se ha convertido en uno de los héroes de Ciudad Juárez, pues gracias a sus intervenciones, el equipo, comandado por Héctor Hugo Eugui, está instalado en las semifinales del torneo Clausura 2009.
Deportivamente, siempre ha sido catalogado como muy bueno. Inclusive el América quiso llevárselo cuando militaba en los Dorados de Sinaloa, aunque él dijo "no", ya que su intención no era ser el suplente de Memo Ochoa.
Él quería ser más.
Deseaba consolidar su carrera.
Quería ser el mejor.
Así que las Águilas contrataron en su lugar a Armando Navarrete y Cirilo se fue al Veracruz, para posteriormente pasar a los Tigres, donde no fue suficientemente valorado.
Militó un año en el conjunto norteño antes de llegar a la frontera, donde muchos aseguraban que su carrera se iría a pique.
Su nombre poco a poco se alejó de una posible convocatoria a la Selección.
Poco a poco los reflectores se alejaban.
Cirilo se volvió uno más en la Primera División.
Su nombre poco aparecía en los diarios.
Se torno callado.
Se volvió discreto.
Sereno.
Así era Saucedo los últimos meses.
Ahora que ha explotado la efervescencia en el equipo juarense también él se ha convertido en blanco de los elogios.
Es el portero de moda.
Sueña con dar la vuelta olímpica.
Los Indios se ven como campeones. Como el mejor equipo de México. Su ilusión no tiene límites.
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Nombre completo: Cirilo Saucedo Nájera.
Fecha de nacimiento: 5 de enero de 1982.
Ciudad: Guanajuato.
Posición: Portero.
Altura: 1.88 metros.
Peso: 80 kilos.
Debut: 15 de agosto de 2004.
Club de debut en Primera División: Dorados de Sinaloa.
Clubes: León (Primera A) de 2001-2004. Dorados de Sinaloa (2004-2006). Veracruz (2006). Tigres (2007-2008). Indios de Ciudad Juárez 2008-al momento.
En la Selección:
Obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos con la Sub-23 en 2003.
Disputó con la Sub-23 el torneo preolímpico ese mismo año.
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¿Cómo es Cirilo Saucedo bajo el arco?
Lo responde el guanajuatense:
“Me considero un tipo sobrio, seguro, que a lo mejor no lo van a ver aventarse mucho o no les voy a parecer muy espectacular. Pero seguro sí. Creo que tengo un estilo europeo. Acá en México se usa mucho el estilo sudamericano, y ha habido grandes arqueros que han dejado escuela. Pero a la europea es más sobrios los arqueros están mejor colocados, pero son muy seguros.
Como yo.
¿Referentes?
“Sí, hay personas a las que admiro, el portero de Italia: Gianluigi Bufón, es extraordinario. Otro que ya se retiró: Peter Bolesław Schmeicher. El mejor del mundo.
“Son dos tipos espectaculares”
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Cirilo está casado desde diciembre con Susana Asencio.
“Ella es una muchacha de León, donde yo jugaba. La conocí en un centro comercial, la realidad es que siempre he sido muy abierto, entonces yo me acerque a conocerla. Me tardé como seis meses en que me aceptara una invitación a salir, después me la encontré en un evento.
“Nunca aceptó, ella modelaba y entonces me la encontré en una reunión a la que a mi me invitaron y ahí la volví a ver. ¿Salimos? Aceptó y anduvimos un tiempo, nos hicimos novios, yo me tuve que ir a jugar a Culiacán, siguió la relación, se fortaleció y ahora la culminamos con el matrimonio".
Ahora también podría ser campeón.
Para el futuro: quisiera tener tres hijas.
Y vive bien, en esta obligada época de austeridad.
“Esto es un sueño”, susurra.
Y Cirilo Saucedo ni siquiera intenta despertar.
K kosas cirilo animo en xolos se te ama y kiere graxias por todo lo k nos has dado viva xolos .y chinga su madre los tigrez por kuleros kisieran ahorita tener a cirilo .
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