29.5.09

Entrega total bajo la lluvia: Gooooya.




Por Pedro Díaz G.

Varias cosas me tienen fascinado: el que la lluvia haya aparecido desde antes del minuto uno. Cánticos y porras se desgranan con una singular emotividad.
El que apenas los primeros cuatro minutos de juego hayan sido los únicos en los que el visitante Pachuca se acercó con cierta peligrosidad al arco universitario.
Ver a Leandro en el terreno de juego.
Sentir la valentía de Palencia, ovacionado al abandonar el campo, ya en la segunda parte.
La pulcritud de la defensiva: hubo momentos en que, nulificado el ataque de los Tuzos, los acorralaron en su propia cancha.
El gol del paraguayo Dante López.
Los Goyas.
Los minutos de pressing sobre el rival: hasta cuatro defensas encima, bloqueando cualquier intento del visitante.
La emoción de la tribuna. Los lances para salir del aprieto, de Calero.
Y ver a los azul y oro, desplazarse, pavonéandose con el balón, en un terreno encharcado y con la lluvia reventando en cada rostro.
Me fascinó la entrega.
¿El marcador?
Cierto, insuficiente. Pero si esta noche los Pumas mostraron sagacidad, en Pachuca deberán ser inflexibles. El temple de la escuadra vertido esta noche, no debe faltar en el partido de vuelta.
Me fascinó la alegría de la gente.

* * *


No. No aparece Leandro Augusto en la alineación inicial.
No importa: ahí está de inicio el delantero Francisco Palencia.
Silba el árbitro Francisco Chacón su primera final.
Comenzamos.
Apenas al minuto cuatro, el "Chaco" Giménez se encarga de ejecutar el corner, pero el balón es desviado. La defensiva está atenta: conseguirán los Tuzos un segundo tiro de esquina. Christian Giménez vuelve a cobrar, y Pachuca consigue un tercer corner.
No más.
Poco a poco serán nulificados.
Antes de los diez minutos, Jehu Chiapas, de Pumas, ejecuta un potente disparo de media distancia y el balón roza el poste derecho. Miguel Calero se salva.
Y al minuto veinte, la jugada por la que valió el boleto:
Replegados los defensas tuzos a mitad de la cancha, Juan Francisco Palencia roba el balón en la media cancha para iniciar el ataque puma; Palencia avanza y abre a la derecha a la incorporación de David Toledo, quien se escapa a velocidad por el costado, que se percibe sólo, vació, enorme.
Atacan tres y defienden dos. Toledo se mete al área y dispara potente. El balón se estrella en las manos del arquero de Pachuca, pero el balón le cae a Palencia, quien intenta cabecear, la peina, y le cae como regalo bendito a Dante López.
No debe fallar el paraguayo.
Tiene todo el lado derecho de la portería para engolosinarse.
Miguel Calero está vencido.
El balón a la altura de la media luna, el remate preciso:
¡Gol!
Gol de Pumas.
No cesa la lluvia.
Mucho menos los cánticos en las tribunas.
El estadio de Ciudad Universitaria, es lo más parecido al paraíso.

* * *

El triunfo es suyo.
La perseverancia por presionar al rival por no dejarlo hacer, pronto rinde buenos dividendos.
La movilidad de los universitarios y el buen acompañamiento desdibuja a los Tuzos, habitualmente ordenados y bien armados en todas las zonas
El Tuca Ferretti está feliz.
Los Pumas merecían más, pero no pudieron concretar, al menos, dos claras oportunidades de gol.

* * *

Ir y venir de gente.
Se pintan de multitud los alrededores del estadio Olímpico Universitario.
Hay fiesta futbolística.
Se disputan los primeros 90 minutos de la final del Torneo Clausura 2009 entre Pumas y Pachuca.
Aficionados, policías, automóviles, caballos, banderas, colores azul y oro. Todo se mezcla.
Jóvenes, niños, oficinistas que aún llegan de traje, muchachos que escaparon a sus clases; sonrisas.
Ha sido un día muy caluroso, pero a la tarde refresca.
A la hora del encuentro sorprende la lluvia
Son cientos las banderas. De ambos clubes, por supuesto.
Gooooooya. Universidad.

* * *

Me atrevería a decir que ha sido el mejor juego de los Pumas; al menos la mejor primera mitad: concentrados, con orden. Y en contraste con sus últimos partidos, donde se mostraron opacos, y esperaban hasta los minutos finales para marcar el gol, esta vez el club Universidad enseñan la garra, el espíritu.
La primera parte transcurre con la posesión del balón para Pumas y con un tibio ataque de los Tuzos, que dan sus mejores jugadas en los primeros cinco minutos del encuentro. Después, más cerca están de recibir el segundo que de empatar.
Después del descanso, y con la necesidad de ir al frente, Enrique Meza decide hacer un cambio: sale José María Cárdenas y entra en su lugar Luis Montes, al poco tiempo ingresa en la delantera Edgar Benítez; en Pumas no hay movimientos.
La segunda mitad continua con la misma tendencia: Pumas genera las acciones de gol y Pachuca intenta sin éxito descontar el marcador.
Ismael Íñiguez deja escapar, al minuto 60, la posibilidad. Después de robar el balón a Mustaffa en su propio campo, Ismael avanza hasta el límite del área y manda un tiro cruzado que pasa rozando el poste derecho.
Pachuca inclina la balanza a su favor y genera algunas llegadas de gol que Damián Álvarez no sabe concretar.
Ante la insistencia de Pachuca, Ferreti decide mandar al campo a Leandro Augusto.
Providencial.
Estallan las porras. No se callan las voces. El apoyo es como nunca.
El regreso al terreno de juego hace estallar el buen ánimo de los aficionados universitarios.
Para los minutos finales los Pumas están cerca de aumentar el marcador. Tuca manda al campo a Martín Bravo, en sustitución de Palencia, sin embargo, no hay resultados favorables.
Ya no llueve.
Se ha ido, también la claridad con la que se desplazaron en los primeros minutos los felinos.
Pachuca adelanta líneas.
Aunque Pumas renuncia a rematar a su contrario, se acerca en varias ocasiones al área de Calero, la más clara en el minuto 70, cuando Dante López pierde la oportunidad de hacer su segundo gol: la manda fuera.
Pachuca crea peligro en algunas ocasiones, las dos más claras resueltas por el portero Sergio Bernal, quien despeja un disparo del argentino Damián Álvarez, al minuto 65 y deshace una ofensiva del paraguayo Edgar Benítez, al 74.
Sí, Pumas tiene cierta ventaja
Pero este domingo el campeonato se decidirá en Pachuca, donde los Tuzos sólo han perdido uno de sus últimos 18 encuentros.
Pumas mostró la mejor defensa del campeonato. Su prioridad: estar ordenado atrás, pero no debe renunciar al ataque.
La ventaja parece poca.
Pachuca y el Ojitos Meza, en su cancha, tienen el oficio.
Tesón temple. Carácter. Perseverancia y movilidad necesitarán imponer los jugadores universitarios.
Madera de campeón. Como la mostrada hoy, ante los cánticos universitarios en una noche de intensa lluvia.
Ondean las banderas. Suenan cláxons y cornetas.
Vibran los corazones pumas.
¡Cómo no te voy a querer!


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