16.10.08

10 retratos 10



¿Cómo es la vida familiar en las ciudades mexicanas de hoy? El reportero pasa a velocidad de metralleta por diez hogares y logra pintar un fresco que de tan aterrador, termina resultando estimulante.

Pedro Díaz G.


I. El tío Raúl siempre fue el más estricto en la familia.
Y también el más respetado.
Bastaba con que alguno de los parientes tuviera problemas con la educación de sus hijos para que, con un simple telefonazo, el tío Raúl pusiera en orden al hijo que ya no quería ir a la escuela.
Otra característica tuvo el tío, nacido, como sus ocho hermanos, en la provincia mexicana: su amor por la familia. Pero los avatares del destino los llevarían a casi todos a emigrar a la ciudad.
Y la familia, que entonces giraba únicamente alrededor de sus ancianos, se disgregó.
Cuando una de sus hermanas murió joven y dejó huérfanos a cinco de sus hijos, el tío Raúl tuvo la solución: cada uno de los hermanos se haría cargo de un niño.
Pasó el tiempo y los negocios del tío lo hicieron, además, un tiunfador. Siempre comentaba: los éxitos sólo se alcanzan con la unidad de la familia.
Por eso, cuando sus dos hijos crecieron, aquel pequeño que había adoptado casi dos décadas antes, tenía ya asegurado su futuro: una casa y un negocio fue el regalo de bodas.
Pero con el paso de los años el concepto de familia que tanto cuidaba el tío, se extinguía. Se le ocurrió entonces crear una tradición: cada 22 de octubre, en su casa, se reuniría "la parentela".
Y entonces cada año, desde hace casi diez, unas 300 personas se reúnen en el amplio jardín de la casa del tío, alrededor de una orquesta, con las mesas repletas de comida elaborada por cada familia y hacen un intento por conocerse.
Desde el micrófono, el tío da indicaciones: "Y ahora pase al frente toda la familia de la prima Sara...".
Y al frente pasan 30, 35 personas entre hijos, yernos, nietos, primos, primas, hermanas, y uno que otro colado.
Ante el sabor de la aromática barbacoa se cumple un rito.
El rito que el tío sintetiza así:
--Estamos aquí reunidos, m'ijo, porque la familia debe de ser lo más sagrado en el mundo. ¿Si no nos defendemos de la vida entre nosotros, quién nos va a defender?

II. En casa de los Bobadilla siempre hay gente.
Viven en la colonia Del Valle y un pequeño edificio de cuatro pisos es su patrimonio después de muchos años de trabajo.
Cada departamento ha sido asignado a uno de los hijos y este espacio se ha convertido en el sitio ideal para convivir con los amigos. Es como una fortaleza en donde todos se sienten seguros.
Todos los días hay visitas en la casa.
Y la armonía es tal que aquí han llegado a vivir amigos de los hijos, de los padres, e incluso amigos de los amigos.
Como cuando en una ocasión un amigo llegó acompañado:
--Doña, ¿qué cree?, me encontré en el Metro a este compañero. Es salvadoreño, está exiliado y vino huyendo de su país porque dice que allá lo quieren matar. ¿Cómo ve?
Y la respuesta fue, primero, una deliciosa comida compartida en la larga mesa de doce sillas --aunque los Bobadilla sólo son cinco-- y después una muestra más de su hospitalidad:
--Quédate aquí, hombre, no te apures.
El exilio puede durar meses sin que un solo signo de molestia se refleje en el rostro de quienes ya están acostumbrados a tener a alguien en casa.
Y así, por temporadas han desfilado por esas paredes poetas, escritores, pintores, vagos, comerciantes y todo tipo de gente.
Las visitas también son familia en esta casa en la que el mismo trato se da a quienes atienden los negocios del padre que a aquel personaje que ayuda en todo lo necesario para que el edificio funcione bien: o sea, repara, lava, acomoda y siempre está pendiente de alguna falla.
Las visitas son una institución familiar.
Han ocurrido, como en las mejores familias, situaciones que llevarían a la desintegración a otras: esos fantasmas que, advierten los sociólogos, son factores que acabarían con el vínculo familiar.
Cada día puede aparecer un nuevo personaje que, sin duda, se sentirá como en familia.

III. Papá ha vuelto a pegarle a mamá.
Ya no lo aguantamos. Pero mamá, paradójicamente, cada día lo quiere más.
Blanca, mi hermana, me ha contado que quiere matar a papá. Tomás, mi hermano, también.
Una vez se pelearon en una fiesta. El saldo: cuatro ojos morados, una mamá llorando y dos hijas tristes, sin ganas de hacer nada. Ni siquiera de salir a la calle por temor a que los vecinos nos señalaran.
Papá trabaja en una compañía electrónica. Y ese trabajo ha sido, desde que tengo uso de razón, un problema. Papá tiene que salir a provincia y eso mamá no lo soporta.
Cuando papá no está en casa --a veces por borracho--, mamá no come ni duerme. Yo le preguntó que por qué diablos es así. Y sólo me responde: "Mira, Eri, tengo miedo a quedarme sola. Y ustedes, tan chicos... Qué pasaría...".
Regresar del colegio nos incomoda: mamá tiene hinchados sus párpados de tanto llorar: le pegó papá.
Y aunque vivimos con la familia de mamá, nadie se mete en sus problemas. Una vez el abuelo se interpuso. No lo hubiera hecho: papá le rompió un brazo.
¿Qué será de nuestro futuro?
Papá ya no le pega a mamá, pero mamá quiere divorciarse de él.
Nosotros la apoyamos. Pero, curioso, en estos días se van de segunda luna de miel.
Creo que papá se dio cuenta de que muchos muchachos cortejaban a mamá cuando ella se iba a trabajar. Y ahora ya no trabaja ni sale de casa. Pero papá sigue con sus viajes y sus borracheras; mis hermanos con sus ideales: matar a papá. Y yo, aunque lo quiero mucho, prefiero que se vaya de casa a seguir soportando los traumas de una familia enfermiza. Por eso no me voy a casar. Creo que me puede suceder lo mismo.
Aunque papá ya no le pega, mamá lo evita. Casi no se hablan. Mis hermanos apenas y lo saludan. Yo aún lo beso en la mejilla.
Papá dice que hay que salvar a la familia, pero cuando hace sus estupideces, como golpearnos, se mete a su cuarto, no le habla a nadie, no come y sólo mira televisión; ¡ah!, y en la madrugada se sale y se va gritando que nosotros no lo queremos. ¿Tú crees que salvemos a mi familia?

IV. "Un día hubo una fiesta...", así comenzó la historia el tío Domingo.
"Allí se conocieron los abuelos, y gracias a esa fiesta es que todos estamos aquí reunidos...", y se fue, trastabillando de borracho, a dormir.
Aquí, en un terreno de Mixcoac, se han construido varias casas con servicios comunes. Viven casi 30 familiares y pequeños núcleos se han formado.
A la familia la sostiene una férrea figura: la de la abuela cuya edad marcha de la mano con el siglo. Y el día de su cumpleaños todos festejan alrededor del pilar que dio vida a la familia.
¿Qué festejan?
La unión familiar que, estrictamente, sólo se da durante el tiempo en que dure la fiesta. Porque fuera de esos momentos, la vida es un infierno: los pequeños grupos discuten, compiten y pelean entre ellos mismos. Sólo se dirigen la palabra cuando hay que pagar el gas, el agua o cuando algo afecta a la vivienda común.
En una ocasión el juez de la delegación tuvo que escuchar la cantaleta de una de las tías que acusaba a su sobrina: "Me dijo pendeja cuando salía del baño... quiero que la metan a la cárcel".
--Está bien, la vamos a multar --le dijo. Y cuando la mujer salió del juzgado de lo familiar, el juez comentó a la demandada: "No te preocupes, creo que tu tía está loca. Ya vete a tu casa".
Y sí, así le dicen todos a esa tía: la Loca. A otra le dicen la Chueca porque cuando se embarazó, para que nadie se diera cuenta anduvo fajada y, tras nueve meses de martirio la cadera se le fue de lado.
Los pleitos han originado, eso sí, que cada nucleo familiar busque la forma de defenderse de aquellos con quienes les tocó vivir.
Eternas discusiones como el saber a quién le ha sonreído más la vida, si a aquel primo que, maestro de filosofía, apenas sobrevive con el sueldo de sus clases o al otro que no estudió y a quien económicamente le va bien como editor de programas en la televisión.
--Yo soy más chingón que tú, pues aunque no tengo dinero, soy más inteligente.
--Pero la inteligencia no te da de comer, cabrón...
Discusiones que muchas veces, casi llegan a los golpes.
Como el terreno en donde viven ha sido dividido por órdenes de la abuela, una preocupación tiene esta familia: ¿qué pasará cuando ella muera?

V. Los Ballesteros andan mal, dicen sus vecinos de la colonia Arenal, allá por el aeropuerto. Ellos tienen un rito extraño, tan extraño como ellos mismos.
La gente normal, dicen los vecinos, escuchamos música en nuestras grabadoras y los más, noticieros. Pero los Ballesteros se reúnen, todos, los fines de semana frente a ese zaguán lleno de moho para festejar y ovacionar a su equipo favorito: la Chivas.
No es que escuchen cada semana los partidos de futbol del Guadalajara. No. Ellos grabaron la semifinal de 1983 entre las Chivas y las ya Aguilas del América. Y escuchan, a todo volumen, cómo su equipo venció al de Coapa por tres goles a cero. Han grabado, desde entonces, cada clásico para escucharlo una y otra vez en familia.
Rito que congrega desde el abuelo hasta al más pequeño de los nietos.
Rito que tiene cerveza, papas, pulque, bisteces, dulces, mamilas... y golpes.
Porque nadie, absolutamente nadie, puede contradecirlos.
Y si alguien, por ignorancia, lo hace, recibirá una tremenda paliza que lo enviará, mínimo, una semana al hospital.
Y presumen:
--Ayer me pelié con un hijo de la chingada. Hubiera visto, le azoté la cabeza contra una coladera.... Y a otro le pegué con un boxer que tenemos... ¿Ta' chido, no?
Son 30 los que habitan en esa casucha.
El abuelo-padre-jefe-trabajador-borracho es electrisista. Todos han llevado la misma escuela:
La mamá: mujer delgada de voz chillona. Ella dice, "nunca pude controlar a mis hijos... Son unos demonios... Pero así los quiero y a pesar de todo son buenos hijos...".
Silvia, hija mayor: se casó a los 17 años y tiene 3 hijos. Lava ropa ajena. Su esposo, no trabaja.
La chiquis: ella mejoró el récord: abandonó su hogar a los 15 y tiene cuatro hijas. Su marido, en la cárcel.
Javier: Un hombre desquiciado: su deseo diario es pelearse con la demás gente.
El Pelón: vive de lo que se esposa logra juntar con sus padres. No tienen hijos.
Francisco: pertenecía a la judicial. Pero se robó a una mujer. Y está huyendo. Dicen vivir felices.
El Mane: sólo terminó la secundaria. Es un alcohólico en potencia.
El Coco: mira el declive de su familia. Piensa irse a Estados Unidos.
Los sobrinos: son 10 o 12. Unos próximos a casarse, otros a seguir robando, algunos a estudiar y los más a jugar futbol en la calle.
Los nietos, peligrosos: les pegan a los demás niños. No les gusta convidar.
El abuelo:
"Esta familia es retebonita. Me ha costado mucho sacarlos adelante, como usted lo puede ver".

VI. El Chispiro, dicen, es la base de su familia.
Y en esa familia no hay nombres, puros apodos.
Allá por Santa Martha Acatitla el Chispiro, o sea José Luis, mantiene a cerca de 35 miembros.
El es amo y señor de los deshuesaderos de Ermita Iztapalapa.
Sobrinos, hermanos, padres, primos, tíos y demás son empleados directos de José Luis.
A todos, alguna vez, les han llegado los agentes.
Los padres de José Luis emigraron de Puebla y pronto vieron en progreso de su hijo mayor: el Chispiro tenía ya un local en Ermita Iztapalapa.
Y también pronto, los demás hijos se casaron, abandonaron y se volvieron a casar.
José Luis tiene cinco hijos. Dos de ellos, los más chicos --"y los que me salieron retelistos"-- le ayudan a desmantelar los autos. Otros dos, las mujeres, van a la escuela. Y el último, medio afeminado, está traumado porque José Luis le pega constantemente: "Yo no quiero maricones en mi casa".
Los hermanos de José Luis: uno, el Chaparro, en Estados Unidos: lo busca la justicia; otra, la Toña, acaba de levantar una demanda en contra de su esposo por abandono de hogar; la Rosi, atiende una refaccionaria junto con su esposo el Guajolote y sus hijos El Toño y el Huguín, aunque estos dos últimos se dedican más a acompañar a José Luis; el Gato, hace sus bisssnes en la Buenos Aires junto con sus tres hijos, los Gatitos; y la Luisina, tiene una hija enferma: su esposo, el Callo, es un adicto a las drogas.
La casa: está en una esquina. Sus paredes son rosas y sin ventanas: tienen unos plásticos todos "hechos bola" que apenas y mitigan el frío.
La casa por dentro: sucia, como ella sola. Pero con muebles lujosos y un sótano que abarca todo el terreno donde el Chispiro guarda autos completos; destartalados, por supuesto.
Cuando los agentes han llegado a su hogar, la familia se vuelve una sola: "Entren, hijos de la chingada, entren y verán lo que les pasa... ¡Guajolote, tráite la pistola!..".
Es una familia de guerra.
Y una guerra es la que tienen con otra familia: la de enfrente.
Cada vez que un miembro de una arroja una mirada contra alguien de la otra, agárrense vecinos, porque la batalla, con pistolas y palos, empezará.
El Chispiro:
"No tenemos una familia normal, lo sabemos, pero ái la llevamos, ¿no?...".

VII. Imagínese, joven, lo que significa la unión familiar en mis condiciones.
Yo creo que si mis demás hijos y mi esposa no nos vinieran a ver ya estaríamos muertos. Cuando entré aquí, hace casi dos años, dije: ahora sí ya se amoló la familia. Y es que, creo, el error fue llegar a vivir a aquella colonia: San Miguel Teotongo, ¿la conoce? Está allá por la cárcel de Santa Martha. Colonia cabrona, muy peligrosa. Pero ya ve, uno siempre piensa en superarse, ¿no? y es que mi esposa y yo ya estábamos cansados de vivir en casa de mis suegros, allá por la Ejército de Oriente. Un día le dije a mi vieja: sábes qué, me ofrecen un terrenito en una colonia prole, ¿cómo ves? A ella hasta se le iluminaron los ojos. Yo creo que ya le urgía que los hijos de sus hermanas dejaran de molestar a los nuestros. Así que ahorramos un poquito y dimos el enganche. La colonia, a simple vista, era como una más de las colonias pobres de la ciudad, así que luego luego comenzamos a construir. Fueron mis cuates los que me dijeron: "Oye, ahí donde vives está grueso, a poco no". Y la verdad yo ni cuenta me daba. Hasta que sí, comencé a notar que algo no caminaba bien allí. Muchas pandillas, muchos jovencitos drogándose. Imagínese, en las escuelas del rumbo, ya sean primarias o secundarias, hay una señora que sale a vender con su carrito del mandado y unas cajas de cartón. Los niños nomás la ven y le hacen bola para comprarle. Yo, que la veía casi todos los días por las calles de tierra de la colonia, ya hasta la saludaba. Hasta que un vale me dijo: ¿sabes qué vende la ruca?: activo. ¿Activo? le pregunté yo medio ingenuo, y me explicó que eso es una especie de thiner o algo así que embrutece a los chamacos. Peor que el resistol cinco mil, peor que el flexo. Como la colonia está en un cerro, un día subió a surtir a la tiendita un camión de refrescos y que apedrean a los choferes y todos salieron de sus casas a robarse lo que encontraran del camión. Hubo dos cosas que me alertaron: una vez, regresando de la chamba vi que en un lote baldío estaban violando a una chamaca. Me acerqué y nomás oí el cartucho de la pistola y una voz: "Ni lo intentes, viejito, llégale...". Y pues la verdad, para qué me quedaba. En otra ocasión mi chavo, el más pequeño, llegó de la secundaria como intoxicado. Algo que comió, pensé. Pero no: sus cuates en la escuela ya lo habían comenzado a drogar. Por eso, yo que siempre pensaba en la familia, empecé a ahorrar para irnos cuanto antes de ahí. No nos dio tiempo. Mi otro hijo, Raúl, se fue a una fiesta, y regresó, muy tarde, corriendo. Lo perseguían como 15 pandilleros. Hubo un alboroto y sucedió: de quién sabe dónde mi hijo sacó un cuchillo y mató a uno de ellos: el Ranas. Como mi hijo huyó a mi me detuvieron, me juzgaron y me procesaron: los testigos dicen que fui yo. A los pocos meses a él también lo agarraron, pero le echan siete muertos. Yo voy a estar aquí 11 años, él todavía no sabe. Lo bueno de todo esto es que mi esposa comprende. Nos ha prometido esperar a que salgamos. Ojalá y cuando esto suceda podamos recomponer a la familia.

VIII. Creo que el declive empezó cuando murió papá.
Porque en ese entonces éramos una familia unida, sin broncas. Ora sí como quien dice, una familia normal.
Somos 9 hermanos, seis ya casados y todos con un par de hijos.
Cada ocho días, cuando vivía papá, nos reuniámos en casa, a platicar nuestros problemas, a festejar el nuevo negocio de papá --bienes raíces, taxis, tintorería-- o el cumpleaños de fulanito. Y los domingos, a desayunar e irnos la mayor parte del día a donde cayera.
--Somos una familia y siempre lo tenemos que ser...--, solía decir papá.
Pero un día el cáncer lo mató.
Y algo, algo sucedió con nosotros.
Mi hermano mayor, Beto, tomó las riendas junto con mamá. Y para empezar nos cambiamos de casa. Fuimos a parar a Villa Coapa.
Pero Beto fue más allá: continuó los negocios de mi padre y ahora, válgame las expresiones, es rico, poderoso y mamón. Nadie lo soporta. Con decirles que en la casa donde vivíamos --ya en Villa Coapa-- era de él y nos echó a la calle que dizque para hacer unas oficinas. Ni que se estuviera muriendo de hambre.
La segunda hermana, Leticia, prefirió irse a vivir a Mérida y sólo la vemos en Navidad.
El siguiente: Germán, visita más a la familia de su esposa que a nosotros. No lo culpamos. El siempre fue así, pero cuando estaba papá... ¡ah qué tiempos aquellos!
El otro: Pepe, acaba de contraer nupcias. Debo confesar que él nos levantó el ánimo muchas veces... ¿por qué se casó?
La otra: Miriam, salió embarazada. Su pareja la apoyó. Y aunque dicen vivir felices, hace poco tuvieron problemas: Luis, su marido, la engañaba con otra. Pero en fin, sabemos que mi hermana está loca... Ahora vivimos en su departamento.
La otra: Sonia, se casó con un hombre 10 años mayor que ella. Le ha ido de la fregada; su situación financiera no es acogedora... Si viviera papá ya los habría ayudado.
La otra: Martha. Iba a casarse, pero su novio la dejó de un derepente. Creo que eso le afectó y ahora, creemos, se va a quedar a vestir santos. Siempre anda con mamá. Parece su lazarillo.
El otro: Oscar. ¡Uff! qué puedo decir de él. Que es mentiroso, que es un alcóholico, que tiene una novia que le pega, que le teme a que un día su novia lo deje por otro, que cuando habla por teléfono con su novia sólo es para pelearse y Oscar se pega en la pared, que no estudia, que dizque trabaja, que nunca está en la casa, que fuma mariguana, que ha estado varias veces en el hospital, que quiere mucho a los sobrinos, que le ha jurado y perjurado a mamá no volver a tomar, que está loco...
Y yo: Luis. No me puedo autocriticar porque ocultaría muchas cosas. Pero puedes ver que soy güevon, medio pasguato para hacer las cosas, que me han hablado mis tres novias, que mis cuates me hablan para que chupemos el viernes entrante, que me gusta el futbol, que le voy a los Pumas, que me choca vivir en este departamento con 8 miembros, que odio a Beto y que deseo que papá viviera.

IX. Nunca nos ha gustado contar nuestras cosas.
Pero te lo digo a ti, porque eres mi novio.
¿Te acuerdas cuando Andrea fue secuestrada por su novio?
¡Qué barbaridad!
Bueno, pues toda la colonia, la 20 de Noviembre, ya corría el chisme:
--Que la violó... Que se fueron porque su papá no quería que se casaran... Que ella ya no aguntaba a su papá...
Ya sabes, puros chismes.
La verdad es que ese mono se la llevó a fuerza. Andrea nos contó. Papá quería matar a aquel tipo. Mamá se derrumbó moralmente. Mis otras dos hermanas, asustadas. Y yo, preocupada. Sabes que Andrea y yo siempre hemos sido muy unidas.
Creo, desde ese entonces, fuimos una familia.
Antes papá no nos dejaba salir. Ahora ya hasta Texcoco nos vamos y no hay problema.
Antes papá nos pegaba. Hoy prefiere salir a caminar cuando está enojado con nosotras.
Antes papá no admitía novios en la casa. Hoy, ya entraste tú. Y te fue bien.
Y cosas así por el estilo.
Pero lo único que no ha cambiado es la preferencia de papá por nuestra hermana mayor. Si ella dice que es verde, es verde y ni quien alegue.
También las relaciones prematrimoniales en casa están prohibidas. Yo creo que es normal, pero mis papás, educados a la antigüita, no lo ven así. Así que si saben lo de nosotros, imagínate.
Nunca hablamos de los problemas familiares, ni si tenemos o no dinero, ni de que tenemos una casa con alberca ni que somos de Arandas ni que tenemos un tío al que lo engaña su mujer ni nada.
Aquí en la colonia todo mundo es chismoso. Nosotros nos abstenemos. Verás que casi a nadie le hablamos aquí. Papá nos dice que le gente es muy traicionera y que es mejor solucionar nuestros problemas nosotros mismos.
Espero que tú nunca me traiciones...

X. Siempre los veo preocupados. Siempre están pensando la manera de odiar más a papá. Sí, estoy hablando de mis hermanos. Mis padres llevan un rencor aún peor que el de ellos. Alex y Jorge, mis brothers, cargan consigo un profundo complejo de Edipo, mamitis pues. Es tan enfermizo que contagian a toda la familia. En síntesis, las relaciones en esta casa son un inentendible círculo vicioso: mamá se queja de las infidelidades de papá, que las hay; papá se queja de la incomprensión de todo mundo, más de su esposa; Alex vive enamorado de sus dos novias y de la protección de mamá; Jorge vive idiotizado de la misma admiración por mamá, y yo soy sólo para ellos un pinche egoísta, ingrato que no los pela cuando tienen sus problemas de familia. Pero, en esta casa es más sano aislarse de esas relaciones sadomasoquistas que formar parte de ellas, y es lo que mi familia no entiende de ese modo. Papá es alcohólico y eso de plano ha dañado mucho a mis hermanos y a mamá, creo que de ahí parte todo este círculo vicioso, pero si a eso le agregan el masoquismo de mi madre y el de mis brothers, ¡imagínense! Pero en fin, este es un sencillo cuadro de una familia que no debe de ser así. Ninguna familia debe de ser así. Deveras que vivo soñando con una familia normal, deveras creo que puede existir, pero sólo con tesón y una buena educación desde la raíz se podrá lograr. Creo que si todos nos sentáramos a platicar y ayudarnos mutuamente podríamos lograrlo. Pero también en esos mismos sueños diurnos, me doy cuenta que es demasiado tarde, estamos tan dentro del problema y carecemos tanto de voluntad que todo suena a eso: un sueño. Finalmente, cuando me doy por vencido por luchar por una familia normal, me pregunto: bueno, ¿y quién la tiene, Dios mío...? Hace años recibí atención psicoanalítica, mi doctor me sacó de esas broncas familiares, y no pienso regresar a ellas. No es que yo esté bien y mi familia loca. Lo que sucede es que todos estamos neuróticos de diferente forma. Mis hermanos, por ejemplo, acusan a mi padre de los vicios que ellos mismos tienen. Y yo, honestamente vivo harto de sus constantes quejas. Lo peor es que todos creen darse cuenta de los errores sólo del que está a su lado o en frente. La verdad, la que más me enferma es mi madre. Por otra parte, estos cuatro miembros de familia son un profundo misterio cuando de hablar con la verdad se trata, todos mienten, mienten, mienten, como si el de al lado fuese su peor enemigo, y eso me enferma todavía más. Ah, pero yo soy el malo por no apoyarlos en estas broncas de familia, honestamente por mi salud mental nunca lo haría. Agrégenle a esto las parejas de mis hermanos, tan mentirosas e infieles, colmilludas y enfermas como ellos, la hija de mi hermano mayor, Jorge, que apenas tiene cuatro años, también contribuye, con sus acciones caprichosas, a arrojarle más leña al fuego. Pero, en fin, esta es una familia que no debe de ser así, todos deberíamos ser normales. Pero me consuelo: Jesúcristo, ¿quiénes lo son?



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6.10.08

Aguas blancas


Revista Mañana
Julio-agosto, 1995

2.10.08

No te los pierdas, somos emeequis

1.10.08

Neza: estampas postmodernas




En unas cuantas décadas un grupo de familias al oriente de la capital del país logró lo que parecía imposible: doblegar a la naturaleza. Ni un árbol pintaba de verde el ocre panorama de los linderos del Lago de Texcoco; ahí, una nueva comunidad se estableció para enfrentar a las adversidades, y el éxodo de provincia entonces tuvo rumbo fijo: Ciudad Nezahualcóyotl. Donde ayer fueron lodazales, tolvaneras; carencias y abandono, hoy es un punto fijo en la mirada de los inversionistas, y motivo de orgullo para quienes allí crecieron. La Nueva Ciudad Neza, lo que hay que ver

 

Por Pedro Díaz G.

eldiazg@gmail.com


-- I --

 

En 1940 a todo ese terrenal se le asociaba únicamente a sus inmensas lagunas de lodo. Pero a algunos temerarios, y, por supuesto, muy necesitados hombres, la parte olvidada del valle pronto les llamó la atención en su aventura de la provincia a la ciudad capital.

Venían con familias enteras de Oaxaca, Michoacán, Jalisco, del mismo estado de México, atraídos por la transparente región en la que todos se esperanzaban: iniciaba el éxodo inagotable. 

Y no lo dudaron: ante el alto costo de la vida en las muy diversas colonias de la ciudad de México, se les ocurrió que quizás podrían dar una lucha que nadie antes creyó posible, y vencer a la naturaleza.

Porque eran los linderos del lago de Texcoco cada año más desecados; porque en época de lluvias se convertían en lodazales; porque la urbanización no miraba hacia allá y por supuesto no había un solo servicio. Ni un watt que iluminara las penumbras; ni una gota de agua potable para saciar la sed.

Pero lo hicieron. 

Se establecieron en la zona Oriente de la Ciudad de México. Y crearon esas primeras seis o siete casas en los llanos que con el paso de los años se llamarían colonia las Virgencitas.

Empezamos a poblar Neza debido, principalmente, al alto costo de la vida en la capital, y las pocas oportunidades que había. Así, estos terrenos federales fueron enajenados fraudulentamente por particulares y vendidos como predios al contado o en pagos. Las mujeres cargaban las cubetas con agua y lavaban la ropa en aquellos charcos que se formaban al lado de la única llave de agua, un sitio al que llamábamos Lavadero El Lodazal.

Es la voz de Ana María Rodríguez, niña entonces.

Cuenta de los primeros tiempos, de esos en los que sus padres tenían que aliarse con el resto de la comunidad para el ritual de supervivencia, que incluía robarse la luz de las colonias vecinas.

Dice don Roberto Rodríguez, su padre:

Pasaban los cables unas tres colonias allá adelante, y entre mis hijos y los vecinos y los hijos de los vecinos poníamos dos, tres palos, sí, palos, porque no llegaban ni a postes ni muchos menos a polines, y por ahí nos traíamos la luz hasta cada casa.

Caminábamos muchos kilómetros. De eso se trataba: te ibas un día a buscar la luz a otras colonias, cuando la encontrabas, entre varias familias nos organizábamos y así, una traía un poste, otra traía otro. Juntabas 15 ó 20 postes y entonces comprabas tu cable y ora sí, a robarte tu luz. Para los postes te cooperabas, pero cada quien traía su cable. Y lo peor: a los pocos días ¡te los robaban! Imagínate pues, qué chinga. Y pues a volver a comprar todo de nuevo. Te robaban aquellos que ni a polines llegaban. Más gruesa está la pata de una mesa que aquellos postes de luz…

Y luego, si amanecías sin luz, a comprar todo: desde el palo hasta el cable. Y volver a empezar nuevamente. Después, ya cuando nos pusieron la luz, todo cambió.

Cada día había más casas. De cartón, sí, y se caían cuando llovía: los techos se venían abajo y el agua entraba y cubría hasta arriba de las rodillas. Pero cada día había más casas.

         Las historias se multiplicaron.

Ciudad Nezahualcóyotl crecía, a pesar de las carencias.

Fue en los años cuarenta cuando se crearon las primeras juntas de mejoramiento moral, cívico y material para resolver la falta de servicios. En 1945 se construyó el bordo de Xochiaca y el túnel de Tequixquiac. Llegaron más habitantes, y se fundaron las primeras colonias: Juárez, México, el Sol y el Barrio de Juárez, Pantitlán y San Juan.

Para 1950 había unos dos mil habitantes; y en cuatro años, al celebrar la Navidad de 1954, aumentaron a 40 mil.

Pero se carecía de casi todo.

 


--II—

 

Ana María Rodríguez recuerda mucho los años de oscuridad. Cuando las 13 colonias con que contaba Ciudad Neza obligaron al gobierno a crear el Comité de Fraccionamientos Urbanos del Distrito de Texcoco y se autorizaron, en 1956, los primeros: Valle de los Reyes, Evolución y Agua Azul.

Qué vértigo: en 1959 eran ya 33 colonias.

Ana María:

Fuimos priístas muchos años, como la gran mayoría de la República, y Neza no salía. Estábamos en el abandono. Era un terregal, las calles, muchas muchas muchas, casi todas estaban sin pavimentar. Y de esto te hablo de hace unos 15 años, no hace tanto. Poco a poco la gente se fue uniendo y las calles se pavimentaron, pero fue gracias a la gente.

Cuando era yo niña había una callecita a la que le decíamos la carretera, era la avenida Dolores. Pero qué. Ni a calle llegaba. Era una triste callecita que te sacaba a la avenida Zaragoza, la única con pavimento.

Así, organizándose y poniendo una parte las familias y otra el ayuntamiento fue que se salió adelante. Por ejemplo, mi mamá anduvo recolectando firmas y ya cuando todo se armó tuvimos en la casa el cemento para echar las banquetas. Eso también le costó a la gente. No como en otras zonas donde agarran y te pavimentan hasta sin que se los pidas.

De nosotros ni quien se acordara.

De veras, en esa época no había nada.

Nada.  

Los necenses, en su mayoría, somos originarios de Oaxaca. Ya han muerto allí nuestros abuelos, crecieron nuestros padres, hermanos, hijos y nietos. Pero la gente llegó también de Guerrero, del estado de México, de Puebla: todo agrícola marginado terminaba en las pantanosas calles de Nezayork.

El gobernador Gustavo Baz (1959-1963) autorizó los fraccionamientos de las colonias Metropolitana, Modelo, Xochitenco, Nezahualcóyotl, San Mateíto y Reforma. Comenzó a llegar el correo y los carteros cruzaban las veredas en bicicleta. Las calles tomaban forma y, a la llegada de los materiales de construcción, un enjambre de cables cruzaría desordenadamente la ciudad para dotarla de energía eléctrica sobre aquellos mal colocados palos que, además, con cualquier ventisca a cada rato se caían.

En los años sesenta un programa del PRI puso como prioridad al municipio: “Neza es primero”. Y así, tras la regularización de los terrenos debido a la presión de los pobladores, las cosas comenzaron a cambiar.

Carlos Hank González (1969-1975) dotó de agua potable,  alcantarillado, luz y pavimento a algunas calles. Y para detener la alta densidad demográfica, el 15 de mayo de 1973, Luis Echeverría creó el Fideicomiso Irrevocable Translativo de Dominio sobre Bienes de Nezahualcóyotl, para evitar el indiscriminado tráfico de lotes.

Nacieron en 1974 el vivero municipal, el Colegio de la Comunidad de Nezahualcóyotl, el edificio de la Cruz Roja; el hospital del ISSSTE; el hospital del Centro Piloto de la Procuraduría; la clínica del Seguro Social Tipo A, 26 pozos y un gran tanque de agua potable.

El pavimento era el mayor problema en Neza, porque pasaron muchos años sin que cambiara el panorama de pura tierra. Todas las calles eran terracería y, en sus épocas, lodazales. Carencia de asfalto, falta de árboles, ninguno, pero ningún árbol; esa era un área súper árida. Y el salitre…

Ese fue otro problema. Mi papá, para cuando construyó la casa, nos pidió que juntáramos todas las bolsas de la leche Conasupo, y has de cuenta que entre el cimiento y la dala, una cadena de cemento cubierta de concreto, esa es la dala, entre esa cadena y las piedras, mi papá puso bolsas y bolsas de la Conasupo para evitar, según él, que se subiera el salitre a la casa.

Te fijas: a falta de dinero había el ingenio de cada padre de familia.

Y no sé si le funcionó, pero tantos años después la casa no presenta nadita de deterioro.

Ya para 1980 había 58 colonias, y todas tenían alumbrado público. Se construyeron mercados y rastros; 365 aulas para escuelas con capacidad para 45 mil alumnos, la Casa Municipal de Cultura, la Escuela Municipal de Arte, el Museo Arqueológico e Histórico y cuatro bibliotecas. Brotó una unidad deportiva sobre el relleno sanitario en el bordo…

Entre 1983-1985 y con la autorización de los fraccionamientos Plazas, Bosques de Aragón y Rey Nezahualcóyotl, el área urbana se incrementó en 250 hectáreas. Crecía Neza. Y nada la detenía. Para principios de los noventa, las cifras eran reveladoras: 7,524 negocios de manufactura; 40 de construcción; 23,869 de comercio y 13,513 de servicios.

Ignacio Pichardo Pagaza dotó de más servicios al millón 256 mil 115 habitantes. Se construyó la Ciudad Deportiva y se creó la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl. Terminando el siglo XX Neza tenía una población absoluta de 1,233.868 habitantes.

Ahora es el PRD el encargado del crecimiento en Neza. Ya no se va la luz en la ciudad que vivió en tinieblas. Hoy su alumbrado público es de primer mundo: sus faroles de energía solar le permiten estar iluminada durante las noches, sin falla. La oscuridad total ya no existe…

 

--III—

 

Para unos son fierros viejos que terminarán oxidándose; insuficiente para la promoción de la cultura. Para otros no.

Sebastián tiene 16 esculturas monumentales en Japón, 2 en China; Islandia, Dublín y Francia tienen la suya; otras en toda América Latina, a excepción de Ecuador Perú y Bolivia; en Centroamérica, sólo en Belice. En México en más de 15 ciudades; en Estados Unidos: San Antonio, Dallas, Denver, Nuevo México, Washington, Nueva York; en Canadá: Montreal, Vancouver...

         Pero el de Neza es el más descomunal de sus proyectos. El Coyote, en la glorieta de Adolfo López Mateos y avenida Pantitlán, mede 40 metros, es colosal y costó alrededor de 4.5 millones de pesos.

De la obra habla su creador, Sebastián.

--…Es una especie de esfinge. Nace con ese espíritu.

         El escultor que encontró en la geometría y las matemáticas el camino hacia el arte, dice:

 “Es un orgullo personal. Es una satisfacción tremenda, porque es un esfuerzo que poca gente sabe lo que hay detrás: uno es el esfuerzo económico, político, social, el conseguir los apoyos. Y otro el esfuerzo físico. El real, de trabajo, de entrega de un gran equipo. No es sólo un escultor el que lo está haciendo, sino son muchos trabajadores que van todos los días, y a quienes les cuesta, porque no es un trabajo ligero, es un trabajo fuerte y se necesitan muchas manos. Entonces la satisfacción de verlo terminado es extraordinaria, es increíble. Es como decir: valió la pena el esfuerzo, y uno piensa que ya va a haber una obra más que se suma a las monumentales de Sebastián en casi todo el mundo”.

        

* * *

 

Para su edificación el municipio absorbió la primera parte del costo y después, vía ayuntamiento y Fundación Sebastián, se han vendido réplicas de la obra. Cuatro distintas. Desde la de 25 centímetros hasta la de 1.5 metros.

         Y ya hasta Gerardo Flores, un compositor, escribió la canción El Coyote de Neza. Gusta o disgusta, pues no falta quien diga que a las autoridades les parece cultura colocar un montón de fierros en la avenida principal.

Sebastián habla de su idea de los monumentos como puntos de veneración.

--Para eso está funcionando la escultura, para darle identidad a toda la ciudad Nezahualcóyotl. Otra cosa extraordinaria es que Neza es un territorio plano que tiene tres o cuatro niveles, máximo. Entonces todos los habitantes si suben al techo de sus casas podrán ver en el centro de su ciudad la obra monumental, que sobresale. Eso es como religioso, como místico, como esfinge; como egipcio. Tiene todo ese sentido de tradición y de apropiarse de una imagen que represente a la comunidad. La gente de Neza está construyendo al Coyote con ese espíritu con el que en Egipto se erigieron las pirámides.

--Pero si Neza fue un municipio relegado, escondido, deplorado, cómo es que ahora se planea un cambio tan radical.

--…Yo creo que eso ha cambiado profundamente; que el orgullo de la gente de Neza por transformar la imagen de su ciudad, y además que lo han logrado, han modificado incluso el panorama urbano hasta de la ciudad de México. Es un ejemplo de superación, del espíritu de sus pobladores. Y yo lo he vivido. Cuando se dio la propuesta de realizar la escultura y se convocó, todos, desde el más humilde hasta el más rico, vino a apoyarla. Y por eso se hicieron piezas en cuatro tamaños. Porque todo mundo según sus posibilidades compró la suya para apoyar a El Coyote. Y eso nunca lo había visto, con ninguna otra obra en el mundo: que todos estuvieran tan de acuerdo, verdaderamente me impresionó.

De municipio lumpen a lo más espectacular, Sebastián narra su romance con Neza.

         --…Cuando yo fui por primera vez, hace ya muchos años, apenas estaba este mito, este estigma feo de que si uno entraba allí, ya no salía. Esa vez, me acuerdo, sí, era dantesco el panorama. Porque como no había pavimento, se levantaba el polvo con el aire y no se veía nada en varios metros a la redonda.

Pero ya no.

--No. Ahora uno camina sin problemas, ya en mi segunda o tercera ida a Neza, cuando vi todo, ya sin el polvo que había antes, y que se podía ver de un lado al otro. Vaya. ¡Y las construcciones!, ¡cómo estaban! Y con buenos materiales, incluso. Ya no era el recuerdo aquél de las láminas y de materiales pobres, sino que ahora todo está en tabique. Bien. Está construido. Ves el cambio y ves el esfuerzo y ves lo que han ganado. Es el logro de conquistar una tierra. Pero en grande, porque todo está pavimentado. Y se puede circular pues aquí hay un urbanismo de los mejores, muy lógico.

Estaa parte del hocico la vuelve impresionante. Es como en El Caballito cuando llegas por detrás, por la crin, pero aquí está más volado. Los coches pasan por debajo, y el efecto es colosal.

También podría llamarse Museo de Sitio Cabeza de Coyote porque en su interior alberga una exposición con la historia y las raíces de Neza. En el centro, en otra escultura de tamaño real, sobre un pequeño pedestal, el Rey Poeta, Nezahualcóyotl, da la bienvenida.

         Hace dos años y medio, las autoridades locales pidieron a Sebastián un presupuesto, y accedió a un costo por debajo de sus tarifas internacionales, que rondan alrededor de los 25 mil dólares por metro de escultura. Esto ni lo rechaza ni lo confirma. Él, dice, hoy no habla de números.

 

 

--IV—

 

No es totalmente seguro que en Neza nació la moda de pintarrajear las paredes. No. Se dio por toda la ciudad. 


Pero aquí, como se trataba de transformar el panorama, cualquier lata con pintura servía para el objetivo.

¿Tolvaneras?, ¿inundaciones?, ¿lodo?, ¿falta de servicios públicos?, ¿inseguridad?, ¿enfermedades? Todas las miserias. Pero no se doblegó Ciudad Neza.

De aquel viejo Palacio Municipal, única construcción en cuadras a la redonda en la década de los sesenta, de un sólo piso, nada quedó sino fotografías de los valientes aventureros de la época. Hoy en su lugar el nuevo ayuntamiento es un homenaje a las Bellas Artes. No sólo por las exposiciones que se montan, sino por su propia esencia.

Estatuas de bronce de Cuauhtémoc y Cuitláhuac dan la bienvenida. Resguardan a otra del guerrero poeta Nezahualcóyotl. Son pequeñas construcciones piramidales y rodean su explanada. En su interior se ubican algunas oficinas.

Pero lo verdaderamente admirable es su fachada: desde hace algunos años el ayuntamiento mostró otro signo de progreso, identidad y tolerancia, pues permitió a los mejores graffiteros del barrio para que se adueñaran de cada pared del ayuntamiento.

         Se logró entonces el encuentro de la autoridad con uno de los gestos más frecuentes de la irreverencia social: el graffiti.

                  De eso se encargaron las nuevas generaciones. Los chavos banda de Neza se transformaron en artistas, y dejaron atrás esas historias de grupos que peleaban por las noches, en la búsqueda de ganarse territorio y respeto. Por eso ser de Neza es un orgullo. Se ha trabajado para fortalecer la educación, la cultura, la economía, el comercio, la industria, la seguridad social. Unir a la sociedad ha sido el éxito.

Sumar a los excluidos.

        Ana María Rodríguez:

Yo llegué cuando tenía como cinco años. Mi mamá se aventó a poblar aquí, con tres hijos. Antes vivíamos por la Pensíl, que fue donde yo nací, en Lago Elmar. Mi mamá y mi papá, que son de Irapuato, se regresaron para allá y allá nacieron mis primeros dos hermanos. Pero la lana no alcanzaba y volvieron a la ciudad. A la Pensil, otra vez. Pero después papá se encontró a un tío, hermano de él, que vivía en Neza. Vénte conmigo a la casa, le dijo. Y allá fuimos.

En el terreno hizo un cuarto para nosotros. Eran en total tres cuartos de puros tabiques, pero pegados con lodo. Con láminas de cartón. Éramos papá, mamá, Pedro, Sergio y yo, en uno sólo. Ya después mi papá hizo dos cuartos más, la recamara y la cocina. Y con el tiempo tuvo en total diez hijos. Los otros siete sí nacieron en Neza.

Al principio vivíamos las dos familias, en forma independiente, pero después mi tío, que trabajaba en Dina en Ciudad Sahagún, se fue para allá, donde además vivía mi abuelito. Mis papás quisieron seguirlos, pero no hubo empleo allá y con el tiempo ese terreno que primero era de mi tío, pasó a ser de mi papá. Se lo compró y nos quedamos aquí.

Pero era un vil llano que se inundaba completamente, y nosotros, chamacos latosos, jugábamos ahí, entre la tierra, felices. Y duraba días el lodazal… Y si seguía lloviendo, pues más. Los papás que se iban a trabajar ponían tabiques para llegar a “la carretera”, una callecita que era la única pavimentada del rumbo de Las Virgencitas.          Fue en los años ochenta cuando las paredes comenzaron a pintarse de colores.

Cientos de jóvenes se apoderaron de los espacios. Plumón, aerosol o piedra en mano, rayaron para reafirmar su espíritu creativo, sus ganas de existir. Dice Ana:

Graffitear nos equiparaba con muchas ciudades del mundo. Por eso las fachadas de casas, muros de avenida, puentes, banquetas, anuncios espectaculares. Todo nos sirvió como lienzo para rayar lo que sea: en alguna esquina con aerosol un jeroglífico, en el pesero con plumón, a bordo del Metro con piedra de esmeril sobre el cristal; la escuela con colores y líneas. De noche, murales clandestinos en las cornisas o en un anuncio espectacular… La ciudad era nuestro lienzo.

Pero en Neza, mientras el boom de la banda estaba en su apogeo, nació la versión local del graffiti. Cuna de este muralismo anónimo están Miguel Ángel Rodríguez, Lupus, fundador de un grupo de graffiteros, el Neza Arte Nel, donde participan jóvenes artistas plásticos de los barrios pobres.

La pintura llegó lo mismo al Palacio Municipal, o al Faro de Oriente, la Línea del Metro. O a cualquier barda, acera, cortina, auto abandonado, local ambulante… 

       Hoy Neza es el lugar más importante del graffiti legal y existe una tradición muralista. Entre sus mejores artistas también se puede enumerar a Tacho, el Diego Rivera local, o a Alfredo Arcos. Y a muchos más.

Para el mundo de los artistas que le dan una mano de pintura a la realidad, el graffiti mexicano es ejemplo de cómo los globalizados usamos la globalización cultural para hacernos visibles. Somos el ruido anónimo que irrumpe en el discurso del poder, la rebeldía estética de una generación.

El Graffiti en Neza es identidad, color, vida, reclamo y subsistencia.

          

 

--V—

 

Pocos recordarán cómo inició la educación en Neza: las maestras daban clases a grandes grupos de niños en salones construidos con viejos maderos, con paredes y techo de cartón y asbesto. Y cuando hacía mucho aire, o cuándo llovía, todo aquello se devastaba y a erigirlo de nuevo. Una y otra y otra vez.

Pero eso es pasado. En el presente las cosas simplemente se realizan. Como el florecimiento de la Universidad La Salle, campus Ciudad Nezahualcóyotl.

La noticia la difundió el Obispo de la Diócesis de Nezahualcóyotl, Carlos Garfias, en septiembre de 2004, al anunciar el inicio de las obras de construcción de la Universidad La Salle, en Neza.

         El 13 de junio de 2003 el presidente Vicente Fox decretó en el Diario Oficial de la Federación que el gobierno federal había donado a La Salle 70 mil metros cuadrados de terreno. Para el mismo fin, el gobernador Arturo Montiel Rojas publicó el 22 de julio de 2003 un decreto que donaría a los lasallistas otros 73 mil metros cuadrados.

         Las casi 15 hectáreas se encuentran en la esquina de las avenidas Adolfo López Mateos y Bordo de Xochiaca, en la colonia Benito Juárez, justo frente al penal estatal Neza-Bordo.

         En agosto de 2005 abrió sus puertas una de las instituciones educativas de mayor costo, poder y trascendencia en el país. Y el panorama del Bordo de Xochiaca comenzó un cambio de la recolección de basura, a la modernidad.

         No fue fácil. Corría el riesgo de no realizarse, pues el predio estaba en litigio. Pero una vez finiquitado el asunto de las tierras, la zona fue vigilada por policías municipales para evitar nuevas invasiones. Los gobiernos federal y estatal donaron los terrenos, mientras que el municipal apoyó con el equipamiento de servicios públicos e infraestructura urbana y a los desarrolladores se les proporcionó maquinaria municipal y del Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento. El ayuntamiento otorgó la licencia de construcción a cambio de colegiaturas bajas, similares a las de la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl.

         La Salle se comenzó a edificar, en su primera etapa, en noviembre de 2005 en un terreno de 15 hectáreas que formaron parte del basurero Neza-Bordo y tuvo una inversión de 13 millones 500 mil dólares.

         En el predio, el ayuntamiento invirtió 10 millones de pesos para evacuar las aguas negras, instalando un conector que envía el caudal residual al drenaje profundo y así evitar inundaciones.

        La verdad crecer en Neza significó una infancia muy bonita, porque mi papá era muy delicado con sus hijos y, por ejemplo, aunque casi todo mundo traía zapatos de plástico por las inundaciones y los terregales, a nosotros nunca en su vida nos compró de plástico, siempre de piel. Pero se les ocurre un día a mis hermanos que querían a fuerzas unas botas de plástico, como las de los demás, que se metían al agua y no se mojaban. Y les compra sus botas de hule. Noombre, en un ratito se les cocieron los pies. “En mi vida les vuelvo a comprar zapatos de plástico”, dijo. Éramos muy pobrecitos pero nos dábamos nuestros lujos, y con tantos hijos, pues ni te cuento.

La oferta académica de La Salle va dirigida a quienes suspendieron sus estudios por distintos motivos y tengan el deseo de seguir, iniciar o culminar su bachillerato, cursar una carrera técnica o graduarse en alguna licenciatura.

         Tres áreas: ciencias sociales, administrativas e ingenierías. Con colegiaturas entre los mil y dos mil pesos mensuales, inició clases el 7 de agosto de 2006 con sus primeros 500 estudiantes.

         El proyecto educativo de características únicas en América Latina, por estar dirigido a jóvenes de escasos recursos, pretende recibir en total a unos 10 mil alumnos.

         Además del negocio que representa la educación, La Salle abrió sus puertas queriendo disminuir el rezago educativo, la baja integración comunitaria, la marginación y la violencia en el municipio. El modelo académico del campus Neza otorga becas mensuales o anuales, desde preparatoria hasta licenciatura, del 50 por ciento.

 

 

--VI—

 

Muchos alborotos ha causado la librería: como cuando El Quijote de la Mancha fue el personaje a conmemorar, a 400 años de escrita la obra de Cervantes.

A nadie extrañó. La cultura aquí arraigó desde mucho antes. Por ejemplo, el 16 de julio de 1998, se organizó una donación de libros auspiciada por el ayuntamiento, y se juntaron más de 85 mil ejemplares, que se repartieron por varias bibliotecas. De antes hasta ahora han surgido innumerables grupos culturales que ayudaron al progreso de Ciudad Nezahualcóyotl.

El territorio fue puros lodazales y malafama. Hoy las calles se erigen en simetría perfecta y Neza ha sido catalogada como una ciudad bien planeada, con un buen trazo.  En medio de bocinazos y frenadas, y con colores pastel en sus paredes, El Castillito es ahora refugio de los niños, quienes, encantados, no paran de jugar en las resbaladillas.

El Castillito fue primero un salón de fiestas, antes de convertirse en la sexta librería en la historia de Neza, en mayo de 1995, con el nombre de Elena Poniatowska. Hoy la gente acude a leer y comprar libros allí, donde antes fue nido de vagos, en el camellón de la avenida Chimalhuacán.

Tras las tardes de festejos infantiles, se volvió cancha de futbol rápido; viejo e inservible, pasaría más de diez años en el abandono.

Sus 240 metros cuadrados hoy albergan a más de diez mil libros, y tiene sala de ventas, de lectura o salones en donde se imparten talleres literarios.

Haciendo cuentas, nosotros llegamos como en el 63. Fuimos, en el área de donde estábamos, apenas la quinta o sexta familia. Era un llano tan grande, tan terregoso y tan enlodado que hasta allá, donde acababa tu vista, se alcanzaba apenas a ver la casa del vecino.

Y con el crecimiento de Neza pasaba algo muy chistoso. Ya cuando iba yo en secundaria, ya ves que tus compañeros luego van a visitarte a tu casa y se están un rato; pues algunos iban y veían la casa tan solita que pensaban que yo vivía en una esquina. Años después regresaban y buscaban mi casa en la esquina, pero no: yo vivo a media calle, pero en ese entonces no había nada; nada nada. Por eso la confusión.

Todo cambió en Ciudad Neza, al paso de los meses.

Hoy se cuenta con otro modelo a seguir: El Palmar, colorido mercado al alcance de su firma

         El Palmar: abarrotes, aseo personal y del hogar, vinos y licores, cigarrillos y cosméticos, productos frescos: frutas y verduras, lácteos, carnes frías, congelados; carnicería, pollo fresco, panadería y repostería, el mundo de la casa: ropa hogar y artículos para la vida; tecnología digital y audio, electrodomésticos, surtido básico de juguetería, deportes, fiestas, papelería y ferretería, cafetería, todo, al alcance de su firma.

         La propuesta fue de la dirección de Desarrollo Económico de Neza: en este mercado del municipio antes desdeñado, los puestos de verdura, carne, zapatos y muchos otros productos cuentan con terminales electrónicas desde el pasado diciembre.

         ¿Una terminal electrónica para recibir tarjetas de crédito o débito en pagos de bienes expendidos por su zapatería, en el pollo, en los pescados? Por supuesto. Como uno de los municipios con mayor movimiento en tarjetas bancarias, en todo el país, Neza requería incorporarse. Y así, en los últimos meses los locatarios han aumentado sus ganancias en un 15 por ciento.

         Alguno, inclusive, nunca había hecho una venta tan grande, hace unos días: un joven le pagó 700 pesos de mercancía vía pago electrónico.

         Resultados: mucha gente paga ahora con las distintas tarjetas bancarias, pues 25 por ciento de la población cuenta con este servicio.

Ana Rodríguez:

Todos los hermanos fuimos sus albañiles. Sí, a mi papá le dio por construir su casa y entonces un día llegaba y “me dijeron que así se hace”. Y así mismo nos ponía a levantar paredes, a echar el colado para los techos. Fue como construimos la casa. Un compadre suyo era albañil y se lo llevaba a trabajar. Regresaba bien contento. Ya sabía hacer más cosas. Y ándenle, chamacos, a darle. Eso te hace que valores lo que tienes, para mí ahora la casa tiene un gran valor, pero más que económico un valor estimativo, porque me acuerdo cómo me pelaba las manos cuando subía los tabiques, cuando se los acarreaba a mi papá.

Mi mamá era la que paleaba la mezcla, pues era la más fuerte. Las jodas que se ponía. La casa para nosotros, los mayores, tiene un gran valor emotivo. Un significado. Yo lo hice y me costó. Y verla rodeada de todo. Poco a poco fue mejorando la colonia: primero escuelas, luego tiendas de abarrotes, calles, iglesias y mercados.

El Palmar: se trata de un programa piloto para que las amas de casa puedan pagar con tarjeta de crédito o débito sus compras en mercados populares, impulsado por la Secretaría de Desarrollo Económico del estado de México. Pronto se vislumbra su aplicación en otros 10 mercados del valle de México y de Toluca.

         Se reciben todas las tarjetas de crédito, a excepción de American Express y Master Card. Y fue el Banco Azteca la institución que ofreció los mejores planes, por lo que con el consorcio se lleva a cabo el programa piloto: Azteca no les cobra comisión, pero los otros bancos cargan al locatario un 2.8 por ciento del total de la venta.

         Es El Palmar el mercado al alcance de su firma.

Pero para que hubiera todo esto en Neza había que organizarte para ir a solicitarlo. Si no lo exigías nadie te hacía caso. Y podías pasarte la vida en el abandono. Yo me comprometo a dar la mitad de los materiales, les decías a las autoridades. Y a estar en la construcción. A involucrarme. Por ejemplo, la construcción de escuelas, de mercados, la pavimentación de las calles. Todo mundo decía que era un vil llano, un terregal y pensaban que la gente era de lo peor. Pero no. En Neza la gente es muy trabajadora. Se va a trabajar en las mañanas, regresa, le ha echado ganas y ahora viven en una zona si no muy fina, sí en una que ha prosperado mucho.

Nada qué ver con el Neza de hace 20 años. No hay calles sin pavimentar. Tantito se debe al esfuerzo de la gente por prosperar, y la verdad la verdad al gobierno que dejó de ser ser priísta y ahora es perredista. Eso te ha ayudado a que ya no haya calles sin pavimentar, a que haya mejor alumbrado y avenidas más bonitas. Es rara la calle a la que le falte la luz afuera, el alumbrado público, muy bien. Vigilancia si la hay. No hay fábricas, la mayor parte es vivienda. Neza, no tengo duda, es un buen lugar para vivir…

 

--VII—

 

Siempre fue recurrente abrir pulquerías, bares y loncherías. La Feria de las Flores, Las Manos Quietas, El Regreso del Paraíso, La Puerta del Sol, La Selva, El Sabor de la Noche,  No que no… antropología social de las altas horas.

         Pero hoy en Neza se come de todo. Se puede acompañar una baguette de carnes frías, con papas crisscut, de corte crujiente, ver una película en una de las ocho super-salas de cine; comprar la despensa en Chedraui, o en la Cómer, y terminar con un postre en el restaurante Apetizzers, al final de la avenida Sor Juana.

O, para paladares normales, el mercado a dos cuadras ofrece patitas, mollejas y pescuezos de pollo, rostizados, con salsa valentina.

La zona del estadio, antes una de las más alejadas del municipio, fue de las últimas en vivir el desarrollo. Pero hoy se levanta asombroso el complejo Cinépolis, la Comercial Mexicana y el Chedraui, monstruos de cemento bañados por el aire acondicionado y el lujo de sus acabados.

A cambio de un pedazo de terreno y ciertas concesiones, los dueños del dinero construyeron, a las espaldas del complejo Plaza Neza, un centro de salud que atiende a los habitantes de las colonias más cercanas a la zona.

El desarrollo de Neza se debió, en gran parte, a los negocios vinculados a la industria del vestido. Telares y refacciones para máquinas de coser de las fábricas cercanas, fueron detonantes para que el panorama de hoy sea tan próspero.

El PRI controló los grupos de comerciantes, pequeños industriales y colonos, sobre todo en la manipulación de conciencias para las campañas políticas. Fue en 1997 cuando en Neza se dio la llegada al poder de militantes de las organizaciones sociales que en un principio no militaban en el PRD, de hecho el comité municipal era pequeño y con poca influencia, además de que no tenía una infraestructura electoral. Pero la alianza de las organizaciones sociales hizo posible el triunfo en las urnas. Cierto que el partido oficial, PRI, se desatendió de su responsabilidad de ofrecer servicios urbanos, lo que ha cambiado, de alguna manera, con la llegada al poder del PRD.
       No ha sido fácil para el PRD el superar los vicios y las formas. Se ha incurrido en errores de clientelismo y en la lucha por espacios de poder; las organizaciones están desgastadas. Pero Neza se mueve y su transformación no termina. Donde antes nada hubo hoy todo lo hay. Si tierra y lodo, hoy lujos y centelleantes luces de neón; si desabasto en el pasado, hoy grandes centros comerciales que se multiplican. Hamburguesas provenientes del otro lado de la frontera, negocios con nombres en inglés, calles sin baches. Neza es progreso, medio siglo después de su nacimiento.

Algunas cifras:

En Ciudad Neza, de acuerdo con el Conteo de Población y Vivienda del año 2000, efectuado por el Inegi, existían en el municipio un total de 1,224,924 habitantes, 592,747 hombres y 632,177 mujeres; esto representaba el 48% del sexo masculino y el 52% del sexo femenino.

Construidas 728 escuelas: 132 son de preescolar; 406 de primaria; 136 de secundaria; 9 de profesional medio y 45 de bachillerato. Inegi reporta que en el 2000 existían en el municipio 282,206 viviendas en las cuales en promedio habitan 4.34 personas en cada una.
       Pero acaso lo más importante: en lo que se refiere a servicios públicos, en el municipio la cobertura de los principales servicios públicos es, de agua potable: 99.56%, drenaje: 99.43% y energía eléctrica: 99.88%.
       Es el municipio que más pizzas consume en todo el país, en servicio a domicilio. Ultrasonido y radiodiagnóstico, laboratorios clínicos, ópticas, ferreterías, zapaterías, centros de idiomas, vidrios, renta de mesas, sillas, carpas, lonas, mantelería, equipos de computo.

En Neza todo lo hay, pero nada había.

 

 

--VIII—

 

Mucho se escucha de la inseguridad en Neza. De delincuencia, que existe, incluso dentro de las propias corporaciones policiacas. 

Pero eso también ha cambiado: ahora tienen trabajo de sobra los policías, pero además, ya leen.

       Por ello son famosos en el mundo entero, sobre todo desde hace un año y medio. No porque apenas hace unas semanas capturaron a cinco policías municipales de San Martín de las Pirámides que al parecer quemaron en un paraje del municipio de Nopaltepec a un detenido, tras un fallido intento de extorsión.

         No por la captura de un grupo de robacoches gracias a una denuncia ciudadana: ocho integrantes de una banda incluido un policía preventivo del Distrito Federal, quien intentó el soborno, dejarán de hurtar vehículos que eran llevados a Veracruz, para venderlos.

         No por su cárcel modelo, donde los internos no permanecerán más allá de tres años, antes de ser liberados: un centro de readaptación con capacidad máxima para 350 internos, en donde se les asignará trabajo y se impartirá educación, deporte, recreación y talleres de cómputo, de forma obligatoria.

         No. Mucho trabajo hay en el municipio, pero lo que de verdad tiene a la policía de Neza en los diarios del mundo entero, es lo que realizan en sus tiempos libres, leer.

         Se publicó en el periódico inglés The Guardian: “El Departamento de Policía de Ciudad Neza tiene un programa de literatura semiobligatorio que incluye lectura, discusión y escritura. De no tomarlo no se podrá ascender. La idea de Literatura Siempre Alerta es que personas con mayor cultura pueden ser mejores policías. Este programa sigue un enfoque bastante práctico que relaciona las lecturas con la situación mundial, nacional y local y con las actividades diarias de los policías”.

        Neza es municipio modelo en el mundo, en este sentido. Las corporaciones policíacas se convirtieron en parte del experimento que inserta la cultura en el policía para darle nuevas armas para ser un mejor policía.

         La prueba experimental inició a principios de 2005 leyendo y escribiendo en clases. Un promedio de mil 200 oficiales fueron capturados por los libros; no es una cifra desdeñable en un país en donde sólo el 28 por ciento por encima de los 15 años lee más de dos libros al año, y un 40 por ciento jamás ha abierto las páginas literarias.         

         Nada mal si se toma en cuenta que de los mil 200 policías, apenas cincuenta llegaron a nivel de estudios secundarios.

         La idea ha sido inclusive halagada por la Scotland Yard. Este programa de dimensión cultural obliga además a que los policías aprendan y jueguen ajedrez, y se les convence para que terminen todos sus estudios. La idea es hacer hombres más sensibles a las necesidades de su comunidad.

         Dentro del proyecto se les ha llevado obras de teatro, presentaciones de libros, exposiciones y se planea realizar talleres de pintura y de cine.

No lee cualquier cosa, la policía. Primero, los temas acordes a la sensibilidad de los agentes. Cuentos que giran en torno a la justicia, para iniciar. Y después, la reescritura en clave policial de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, y la lectura de textos como “A sangre fría”, de Truman Capote, “El valle del terror”, de Arthur Conan Doyle, y “Cuarteles de invierno”, del argentino Osvaldo Soriano.

Pero, además, como parte del programa, en mayo de 2006 los policías jugaron un torneo de futbol, dividido en 32 equipos y con una organización similar a la del mundial de Alemania. Pero cada país estaba representado por una obra literaria: así, por ejemplo, el equipo de Francia se llamó “Los Miserables”; el de España, “La Mancha”, el de Argentina, “Rayuela” y el de México, “Comala”. Y para dar un toque de originalidad, cada jugador llevó en su espalda el nombre de un escritor de quien conocería vida y obra. A unos días de disputarse el Mundial de Futbol en Alemania, un cuerpo de Seguridad Pública destinó sus horas libres a conocer la obra de talentosos escritores. La final: Australia contra Holanda. El campeón: Australia.

         El lenguaje como nueva arma contra los ignorantes delincuentes.

 

 

--IX—

 

Tuvo el municipio terrenos que eran una verdadera joya. Una zona desde siempre la mejor, por su cercanía con el Distrito Federal, lejos de donde por mucho tiempo imperó la ley de la selva.

         Se trata de Bosques de Aragón: administrativamente pertenece al Municipio de Nezahualcóyotl, pero está separado por el aeropuerto Benito Juárez.

         Y si Neza ya cuenta con todos los servicios, incluso alumbrado, pavimentación, hospitales, universidades, preparatorias, zoológico, metro, helicóptero de policía, y muchas cosas más, Bosques de Aragón es la zona consentida:

         Dice Antonio Ramírez, quien creció en la colonia El Sol :

Ha cambiado mucho mi Neza, pero aún le falta mucho para ser atractiva, Acaso de repente, cuando empiecen sorpresivamente a construir rascacielos por aquel lado de la ciudad, quizás entonces se convierta en bonita. Porque por ahora, para muchos, ha dejado de ser horrible, para convertirse simplemente en fea. Yo ni caso les hago.

Nezahualcóyotl colinda con los municipios Ecatepec, Texcoco, Chimalhuacán, La Paz y Atenco del Estado de México y con las delegaciones Iztacalco, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero e Iztapalapa del Distrito Federal.

         Es la zona más densamente poblada del país, puesto que las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero son las número uno y dos en población del Distrito Federal; mientras Ecatepec y Nezahualcóyotl son los municipios que ocupan el primero y segundo lugar del estado de México, concentrando 5 millones 857 mil 254 millones de habitantes y un 32.9 de la población metropolitana.

Circulan por el municipio aproximadamente 40 rutas distintas del transporte público de pasajeros.

Tiene una traza urbana de las mejor realizadas en la entidad, su planeación está constituida por un esquema de pequeños cuadrados en la zona centro y uno de grandes ejes en la zona norte.

Además de su palacio municipal, Neza cuenta con ocho Oficinas Receptoras de Rentas, la Unidad de Servicios Administrativos de la Zona Norte, el Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, las instalaciones del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, ocho Oficialías del Registro Civil, cinco Oficialías Conciliadoras y Calificadoras, un Centro de Servicios Administrativos estatal, la zona industrial, un Centro antirrábico, dos Catedrales e importantes instalaciones de diversas iglesias distintas a la católica; seis centros comerciales, varias docena de salas de cine, una diversidad de restaurantes y todo tipo de sucursales bancarias. Existe también el Centro de Readaptación Social, el Colegio de Policía, tres Sectores de Tránsito, una delegación de la Agencia Federal de Investigaciones, oficinas del Servicio Postal Mexicano, del Instituto Federal Electoral, una sucursal de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y dos sucursales de Teléfonos de México.

Antonio:

Neza ha mejorado bastante, particularmente apacible es la zona de Bosques de Aragón, relativamente tranquila, limpia y con muy buena infraestructura vial entre lo que es el Bosque de Aragón y la ENEP; aunque es parte del municipio de Nezahualcóyotl, esta zona, precisamente por gozar de una mejor calidad de vida a diferencia de Ciudad Neza, alguna vez quiso conformarse como otro municipio, pero no se logró. Inclusive para reafirmar su pertenencia al municipio se le cambió de nombre a la actual estación de Nezahualcóyotl que antes se llamaba Continentes, e incluso se colocó una estatua conmemorando al Rey Poeta.

         Desde su planeación, con áreas verdes, casas dúplex, andadores y jardines, tuvo Bosques de Aragón un trato preferencial. Creció y se desarrolló sobre todo gracias a la construcción del metro en las zonas aledañas a la Avenida Central, ese fue un detonante local, al que siguieron la Plaza Aragón, un enorme centro comercial, altamente demandado por la población.

         Una Hummer roja da vuelta en la esquina. Las bocinas de los autos rompen la calma con su estridencia sabatina. Una nueva cultura de aburguesamiento se vive en esta zona, donde las calles tienen nombres tan evocadores como los Bosques de Holanda.

Sí, en pleno municipio de Nezahalcóyotl.

         Neza se convertiría en municipio el 3 de abril de 1963, en honor del Gran Señor o tlatoani Nezahualcóyotl Acolmiztli de Tezcoco.

Hoy, 45 años después, todo en Neza es posible.

         Un parpadeo en la historia y Neza se ha conquistado a sí misma.

 

 

--X—

 

Neza es gigantesca.

Y más lo será con las inversiones del señor Carlos Slim.

El 30 de marzo de 2006 los pobladores dijeron adiós a los nauseabundos aromas del basurero; adiós a la inmundicia acumulada durante cuatro décadas, mezcla de viscosidad y podredumbre. Adiós a los basureros del Bordo de Xochiaca.

         Porque las autoridades anunciaron la creación de otra urbe, pero ésta totalmente comercial y de servicios, que transformará aún más nuestras condiciones de vida. Ha sido dinámico el crecimiento en la zona y ahora que se unieron los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada, se tiene un objetivo común: Ciudad Jardín Bicentenario, cuyos primeros planes hablaban de que estaría lista este 2008, pero abrirá totalmente hasta 2010.

El proyecto ahora son planos y maquetas. El tiradero se convertirá en zonas verdes, con áreas deportivas, un centro comercial, un hospital de especialidades, una universidad intercontinental y otros servicios. Liverpool, Palacio, Sears, Sanborns, Mix Up, Sam’s Club, Sport City, Italiannis, y muchas negociaciones más confirmaron y ya hacen planes para su instalación.

Su nombre, Ciudad Jardín Bicentenario, por ser esta la generación protagonista de los 200 años de la Independencia de México.

Los urbanistas hablan de traducir un pasivo ambiental en un activo económico: basura por bienestar. Para ello, un grupo de empresas se han asociado en la idea de fundar esta nueva ciudad dentro de otra.

Corporación Inmobiliaria Integral e IDEAL, empresa de Carlos Slim, creará Ciudad Jardín Bicentenario como un ejemplo urbanístico y ecológico. De sus 110 hectáreas, 67 se convertirán en un complejo deportivo y 43 más se destinarán a equipamientos comerciales y de servicio.

Generará al menos cinco mil empleos directos al inicio y 3 mil 500 una vez concluido.

Adiós a doce millones de toneladas de desperdicios.

¿Podría alguien imaginar que ahí, donde los pies se hundían hasta la rodilla en medio de malolientes toneladas de basura, donde las moscas revoloteaban locas hasta saciarse de putrefacción, hubiese, alguna vez, un panorama más agradable?

Varios son los interesados en esta obra, en el desarrollo de una región a la que pocas esperanzas se le dio en el pasado y hoy resurge con toda la fuerza del dinero. IDEAL es apenas uno de los principales inversionistas con una aportación de 150 millones de dólares.

Las horas-hombre-arquitectura-diseño-planeación-y-tramitología, se vuelven una realidad que avanza semana con semana. Ya se habla de una fase inicial para el centro deportivo, donde habrá una alberca semiolímpica, canchas de usos múltiples, de futbol soccer y americano, andadores de 12 kilómetros, canchas de tenis, ciclopista de dos kilómetros, áreas de juegos infantiles, un helipuerto de seguridad pública municipal.

La fase dos incluirá un centro comercial y de servicios en un área de 430,000 metros cuadrados. Además, se establecerá una Universidad Tecnológica, una torre de especialidades con consultorios médicos, y un espacio de usos múltiples, lo que implica volver a la realidad: reubicar, por ejemplo, al tianguis de automóviles que por años se apoderó de las orillas de Bordo de Xochiaca.

Al término de 2006 hay buenas nuevas: inicia la construcción, en 30 hectáreas de la franja del Bordo, de una planta recicladora de desperdicios para resolver el problema de las 1,200 toneladas diarias que absorvían los tiraderos Neza 1 y Neza 2. Costo calculado: 65 millones de pesos, que serán desembolsados por las empresas que erigen Ciudad Jardín Bicentenario.    

Las maquetas van quedando atrás. Los planos son minuciosamente atendidos. La Planta de Procesamiento y Recuperación Integral de Residuos Sólidos podrá disponer de mil 500 toneladas de desperdicios cada día. Serán transformados en composta y otros materiales que serán comercializados, y los ingresos se destinarán a la contratación de nuevos empleados.

Son alrededor de 600 las personas que, en dos turnos, hacen crecer la planta procesadora que empezará a funcionar el próximo junio. A paso veloz, miles de trabajadores más se suman al proyecto. Avanza la construcción. A principios de 2006 clausuraron los tiraderos Neza II y III, ubicados en la avenida Bordo de Xochiaca, entre Sor Juana Inés de la Cruz y Vicente Villada, y luego el Neza I, en la avenida Nezahualcóyotl y hoy el panorama empieza a cambiar en el rumbo.

La ciudad Nezahualcóyotl ha crecido. En unos meses está por parir a la nueva Ciudad Jardín Bicentenario: repercusión urbana, social, y ecológica.    

Ana María Rodríguez:

Yo soy admiradora de Neza, amo a Neza y se me hace una ciudad muy próspera. La mayoría es comerciante y gente que trabaja y sus hijos se han hecho ahí. Si tu ves Neza, está muy bien construida. Cada colonia tiene todos los servicios: mercado, iglesia, primaria y secundaria.

Tu no caminas mucho para ir a cualquier lugar. La casa de mamá está a dos cuadras del mercado, a tres una primaria, a tres una secundaria. Iglesias… Los servicios urbanos se planearon muy bien. En ese sentido Neza está bien planeada. Desde que nació, inició bien.

A mí me sorprende ahora que si te vas a las orillas, ya están empezando a poblar, pero empiezan a poblar no gente como la gente que llegamos a Neza hace algunos años, con casitas de tabiques sobrepuestos, no, ahora llegan a poblar a dónde sea y luego luego empiezan con casas bien construídas. Ahora sí llegan muy bien. Ya se ven casas nuevas con elegantes acabados. Vaya que los tiempos cambian.

Es una tierra poco a poco conquistada. Hubo que luchar contra tolvaneras, contra lodazales, contra todos los inconvenientes. Pero ha valido la pena. Ha dicho adiós la inmundicia, la purulencia y el hedor.

Aquí estamos.

Bienvenidos al Nuevo Neza.



* Por si deseas ver algunas fotografías.



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