1.1.09

El deporte en México: 1943


Pedro Díaz G.

1943

6 de marzo:

Y ¡aaaaaaaaaarrrancaaaaaan!

Vuelan los corceles por la pista.

Y el multimillonario neoyorquino Ben Smith, ambula todo orgullo por jardines pasillos y salones de una obra que patrocinó y que hoy reúne a la familia política y deportiva del país: el Hipódromo de las Américas.

Sonríe el jefe del Ejecutivo, Manuel Avila Camacho, pues de todos conocida es su afición a los deportes ecuestres. Le acompaña el presidente costarricense, Rafael Angel Calderón, en visita oficial y juntos cortan el listón en terrenos aledaños a las Lomas de Chapultepec.

Se desgañitan los espectadores.

Corren las apuestas.

* * * * *

1943.

Soñador, Salvador Lutteroth desea hacer grande su imperio deportivo.

Y sorprende a los capitalinos cuando anuncia que habrá un nuevo entretenimiento en la ciudad. El empresario jalisciense, muy apegado a la lucha libre, decide edificar un templo para su deporte.

Y así, erige en pleno centro de la ciudad, la arena Coliseo, que abre sus puertas el primero de mayo y se convierte, de inmediato, en catedral para la práctica de dos de los deportes más populares: el boxeo y la lucha libre.

Es difícil, muy difícil el desarrollo en tiempos de guerra.

Construir un edificio, y otro y otro. Pero se hace. Aunque el crecimiento obligue a esfuerzos extras.

Como los vividos por Lutteroth, quien hace cinco años, detuvo su automóvil frente a un pequeño solar. "Ahí construiré el local que he soñado", prometió.

Y ahora, que cumple, el local de soñó posee un aforo de 10 mil espectadores y su función primera tiene, en el cartel, un duelo entre Tarzán López, campeón mundial de peso medio, y El Santo, monarca nacional medio y welter, retador al título de López.

Perú 77 es la dirección.

Y llega cada vez más gente. Paga su boleto de dos o tres pesos mientras el empresario ultima detalles y atiende a los invitados de honor, como el regente capitalino, Javier Rojo Gómez, encargado de la declaratoria inaugural; o como el coronel Landry, presidente de la Asociación Nacional de Lucha de los Estados Unidos. También están aquí Salvador Esperón y Fernando Colín quienes, se recuerda, fueron los protagonistas de "la primera pelea de postín entre boxers nacionales". Se toma en cuenta, también, a Enrique Ugartechea, así como a Rosendo Arnáiz, precursor del deporte. No falta, por supuesto, Baldomero Romero, a quien, se dice, se debe el resurgimiento del boxeo en México. Como tampoco pueden estar ausentes Patricio Martínez "el primer ídolo que tuvo la afición", así como los boxeadores Alfredo Gaona y Rodolfo Casanova. Anuncian su presencia Leoncio Ochoa "viejo deportista" y René Chambón "precursor del boxeo".

No falta quien recuerde las penurias del empresario: debió hacer enormes sacrificios económicos para proporcionar lo necesario a los arquitectos Bullman y Orozco. Don Salvador salió de apremios y concluyó la obra, al sacarse la lotería y liquidar así sus adeudos más apremiantes.

Concebido para ser el primer local estable que se construye para deportes bajo techo, y con ciertas similitudes con el Olympic Auditorium, el nuevo local luce espléndido para dar cabida a los entusiastas aficionados a la lucha libre, quienes son testigos de cómo Carlos Tarzán López vence en dos caídas a El Santo.

Aseguran las crónicas que aproximadamente once mil espectadores llenaron la Coliseo, sorprendidos por la magnificencia de lugar.

Perú 77, es la dirección.

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1943.

¿Es para las mujeres la práctica deportiva?

No.

Así se discute y así se reglamenta.

Con las riendas del deporte en las manos, el general Reyes Iduñate representa a México, en junio de 1943, en el Primer Congreso Panamericano de Educación Física, en Río de Janeiro.

Participa activamente. Expone aspectos que le parecen de suma importancia, como la difusión de las finalidades de la Educación Física o el programa mexicano para el deporte masivo y en las escuelas primarias del país.

A su regreso, explica acuerdos:

--...Existen en Brasil departamentos médicos especializados para examinar personas que van a dedicarse a algún deporte, a fin de evitar que su capacidad física desarrolle un esfuerzo mayor que el que su naturaleza les permite".

Informa el general que en el congreso se aprobó, por unanimidad, una ponencia mexicana para que el basquetbol femenil se rija por reglas propias y no por las utilizadas por los varones.

Pero, en contraste:

Se produjo la postura, casi generalizada, de hacer desaparecer el atletismo para las mujeres: se argumentó que para ello había que tomar en cuenta "los caracteres morfo-fisio-psicológicos en la mujer y su función natural de la maternidad. Sobre la enseñanza de la Educación Física debe ser evitada cuando aparezcan en la niña las características de la mujer..."

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1943.

México, a un paso de la guerra

El 4 de septiembre, otra tragedia marítima enluta al país: descansa en el fondo del mar el Amatlán y perecen cinco marinos más.

Consecuencias.

Otro tipo de lucha, espectacular y atrayente de las grandes masas, es la que se genera en los locales de lucha libre. Algunos diarios reproducen a menudo la fotografía de un hombre que los simboliza: duro el rostro, fiero, de mentón afilado y ojos que irradian odio, pelo cortísimo y orejas sumamente maltratadas. Se trata del que anuncian como el ex villista Pancho Charro Aguayo.

Son los años vigorosos de Puma Balderrama, Mike Durán, Firpo Segura, Black Guzmán, Octavio Gaona y Ché Fernández, entre otros gladiadores.

Y es, precisamente, el Charro Aguayo, quien decide incorporar una nueva moda a su deporte: sale enmascarado con una capucha realizada por un zapatero guanajuatense, Antonio Martínez, a quien le pide confeccione "una especie de máscara similar a la del luchador estadounidense Ciclón McLaine".

Máscara, la primera, confeccionada en piel de cabra.

* * * * *

Noviembre 1943.

Sostiene el general Reyes Iduñate que es excelente su idea: traer desde distintas partes de la República, el Fuego de la Unidad Nacional, y se encarga de hacerla realidad para el Desfile Deportivo.

Participan 25 mil personas. Y la llama viene lo mismo desde Chetumal que desde Hermosillo, y es traída con innumerables penalidades, en relevos que atraviesan selva, desierto, sierra y regiones inhóspitas.

Al llegar a México, 32 antorchas se funden en un solo haz, en ceremonia que se realiza en la Plaza de la Constitución. Diez mil voces entonan el Himno Nacional y ya se considera: culmina así la carrera de relevos más grande del mundo.

Mientras caen las bombas, el deporte sigue su marcha.

El 11 de diciembre Juan Zurita vence a Enrique Cardoso y se le nombra el mejor peleador forjado totalmente en México.

En futbol Isidro Lángara, del España, es el campeón goleador. Y una incógnita queda en aficionado a los toros: ¿Armillita o Silverio Pérez?

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