Pedro Díaz G. II y última.
El lío de Caster Semenya, se volvió internacional.
--Por ello mismo --revela el doctor Rafael Ornelas, jefe de los servicios médicos del CDOM--, porque se trata de una figura de nivel mundial, debemos respetarla. Hizo algo que a todos nos sorprendió, en Berlín. Esa explosividad en los 800 metros libres es única. Y si, llama la atención.
--Inclusive organismos internacionales atraerán el caso, porque existe también un alto grado de discriminación.
--Por eso debemos esperar. Porque ya las Federación Internacional mandó la realización de pruebas específicas a la atleta sudafricana y hasta que no se revele lo contrario, ella es una mujer.
Punto.
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En Ciudad del Cabo, la ministra sudafricana del Interior deseó que se brinde un recibimiento triunfal a Caster Semenya, campeona del mundo de 800 metros en Berlín y marcada por una polémica sobre su sexo, y pidió a la gente que respalde a la corredora.
"Caster tiene el apoyo de la nación sudafricana contra los ataques que ha sufrido", declaró Nkosazana Dlamani Zuma en un comunicado.
"Para nosotros, Caster es simplemente campeona del mundo, la mejor corredora de 800 metros del mundo y tiene que ser recibida (el martes) como una heroína", añadió, precisando que había conversado por teléfono con la joven campeona.
"Todos nosotros, los sudafricanos, y especialmente las mujeres, tenemos que reunirnos alrededor de Caster y rechazar con todo desprecio las insinuaciones sobre su sexo", insistió la ministra.
La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ha encargado a un comité de expertos que investiguen si Semenya es hombre o mujer, por sus rasgos poco femeninos y la polémica suscitada al respecto.
Los resultados de los tests practicados por ginecólogos, endocrinos y psicólogos tardarán semanas en conocerse.
Semenya, originaria de un pueblo de la provincia de Limpopo (norte), llegó incluso a plantearse no acudir a recoger su medalla de oro el miércoles, como protesta por las insinuaciones.
En la final, se había impuesto en un minuto, 55 segundos y 45 centésimas, con cinco metros y más de dos segundos de ventaja sobre la keniana Janeth Jepkosgei y la británica Jennifer Meadows.
El portavoz del Congreso Nacional Africano (ANC), el partido en el poder, Floyd Shivambu, declaró el domingo a la AFP que su organización, aliada con grupos de mujeres y jóvenes, preparaba un recibimiento triunfal a Semenya en el aeropuerto.
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La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ordenó una investigación para determinar la filtración del control de sexo que fue realizado a la atleta sudafricana Caster Semenya, oro en los 800m del Mundial que concluyó en Berlín.
"Lamento que se haya vulnerado la confidencialidad. Fue un hecho desafortunado y ordené la realización de una investigación interna", anunció el senegalés Lamine Diack, presidente de la IAAF.
La IAAF había ordenado los controles tres semanas antes del inicio del Mundial y el tema sólo salió a la luz tras la victoria de Semenya, de 18 años, sospechada no sólo por el aspecto masculino de la sudafricana, sino también por su gran evolución. "La IAAF se vio obligada a tener que confirmar que se había realizado un control de género. Quiero asegurar que de ahora en más los procedimientos se realizarán con las medidas de seguridad más severas para que esto no vuelva a ocurrir", subrayó Diack.
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Su portentoso físico y la forma de imponerse a sus rivales sobre el tartán han puesto en el punto de mira a la sudafricana Caster Semenya, campeona de los 800 metros en los Mundiales de Berlín. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ha sometido a la corredora a un “procedimiento extremadamente complicado” para verificar su sexo, en palabras de su portavoz Nick Davies. Esta prueba, según ha trascendido, es un análisis del SRY o gen de la masculinidad. Es sencillo, una mujer no tiene que tenerlo.
El ADN de los seres humanos se agrupa en 22 pares de cromosomas autosómicos y un par sexual. Este último, en términos estrictamente genéticos, determina el sexo de cada persona: los varones tienen un par XY y las mujeres uno XX. Sin embargo, hay casos en los que dos más dos no son cuatro.
El embrión humano es sexualmente ambiguo hasta la octava semana de gestación. En ese momento, un gen determina si el feto continúa desarrollándose hacia lo femenino o si, por el contrario, debe masculinizarse. El gen SRY (del inglés Sex-determing Region Y), situado en uno de los brazos del cromosoma Y, es el encargado de enviar las señales oportunas para que las células germinales de un embrión se diferencien para dar origen a los órganos genitales masculinos. En su ausencia, este proceso no ocurre y el feto se feminizará.
Por eso hay mujeres cuyos cromosomas sexuales son XY (los del varón) pero que crecen como tales porque carecen del gen SRY o porque éste está alterado. La producción de testosterona en estas féminas (la hormona masculina por excelencia) “puede ser inferior incluso a la de las XX”, ha explicado a elmundo.es Carmen Ayuso, Subdirectora de Investigación y especialista en genética de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid). Estas mujeres carecen de ovarios y suelen tener características sexuales secundarias poco desarrolladas (pecho, redistribución de la grasa, etc.).
Otra alteración que cursa con un antagonismo entre el sexo cromosómico y el aspecto externo es el síndrome de Morris o de feminización testicular, una forma común de pseudohermafroditismo. “Se trata de personas XY que poseen el gen SRY pero cuya testosterona no tiene ningún efecto sobre su organismo, debido a una alteración de los receptores de esta hormona, y por eso no se han masculinizado”, señala Ayuso. Son mujeres a todos los afectos, pero una exploración más detallada revelará que junto con unos genitales externos femeninos existen unos testículos que no han llegado a descender completamente y se encuentran alojados en la cavidad abdominal o en las ingles.
Descartada por la propia IAAF la opción del dopaje, culpable de sonados escándalos en décadas pasadas, cabe la posibilidad de que el cuerpo de Semenya produzca motu proprio una gran cantidad de hormonas masculinas. “Es un trastorno bastante frecuente, llamado síndrome adrenogenital, en el que una excesiva cantidad de andrógenos dotará a la chica de algunas características varoniles”, indica esta experta. Se trata pues de mujeres con rasgos masculinos.
Con el oro luciendo ya en el cuello de la joven atleta sudafricana, la federación ha anunciado que los resultados de los análisis tardarán en llegar al menos dos semanas. Mientras, sus entrenadores, familiares y los representantes del atletismo sudafricano defienden que es una "chica de oro".
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Es cierto que el problema tiene diferentes aristas.
Por un lado, enumera el doctor Ornelas, está el fenómeno puramente deportivo: ella, Cater Semenya, ha corrido toda su vida como mujer, en competencias escolares, nacionales o internacionales. Nada se lo ha impedido. Es dueña de sus marcas. Si el resultado fuese negativo, perdería todo lo que ha ganado y estaríamos ante uno de los casos más extraños en la historia del deporte.
Pero no hay que olvidar el problema legal, insiste el galeno.
No sabemos qué cantidad de demandas podría meter Caster Semenya en contra de todos los organismos que están cayendo en dudas y, por lo mismo, en descalificaciones.
No queda sino esperar los resultados.
Y respetar el desarrollo deportivo de esta chica, que ha sorprendido a todos por igual. Y que es mujer, hasta que se demuestre lo contrario.
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