22.1.10

Confirman deceso de mexicana en Haití

Sunshine, sending mail: "Help Haití"

Pedro Díaz G.

María Antonieta Castillo Santa María regresará a México en los próximos días. Es otra de las pérdidas de connacionales en Haití.

Su sobrina, Marcela Cruz Castillo, confirmó que la ONU se comunicó con ellos para informarles que habían encontrado el cuerpo de la funcionaria mexicana que hasta hace unas horas estaba en la lista de desaparecidos.

Sin embargo, pese al empeño que las autoridades de la cancillería y del gobierno de México han puesto en la búsqueda de connacionales durante y después del terremoto en Haití, ni enterados estaban de esta información.

Y si lo estaban, no tuvieron el cuidado de llamar a la familia para actualizarles sobre el caso y así resarcir una serie de errores que se vinieron cometiendo con los Castillo.

“Nos informaron de la ONU, ayer, que mi tía había muerto. Que ya encontraron su cuerpo, que ya fue identificada y que en unos días saldrá repatriada para México. Pero no sabemos cuándo. Las autoridades no nos han dicho nada nuevo. Inclusive hoy en la mañana mi primo les llamó para ponerlos al tanto, porque ellos ni siquiera han sido como para hablarnos”.

--¿Saben cuándo regresará el cuerpo de doña María Antonieta?

--No. Todavía no sabemos ni para cuándo. No ha habido ninguna comunicación de la cancillería. Lo que sabemos es que los trámites y todo lo que venga ahora será coordinado por las Naciones Unidas, al parecer ellos se van a encargar del traslado del cuerpo. Pero yo me pregunto, qué, el gobierno mexicano no está al tanto de lo que hace la ONU, porque se supone que trabajan coordinados…

Las almas estarán en busca del consuelo.

Con la certeza de que María Antonieta Castillo ya no está, la familia Castillo espera una reacción favorable por parte del gobierno.

María Antonieta Castillo Santa María, trabajaba con Gerard Le Chevalier, otro de los casos en los que la diplomacia mexicana ha cometido algunas torpezas.

* * *

La esperanza se mantuvo todo el tiempo.

Hasta que la misma Naciones Unidas publicó en su página de Internet la lista de víctimas fatales de su misión en Haití.

Los Castillo, en ese lapso entre conocer el paradero de María Antonieta, y saber que había perecido al colapsarse el edificio de la ONU, emitieron un comunicado en el que exigían al gobierno mexicano más seriedad en el caso.

Y es que lo que les sucedió es como para no creerse.

Escribieron hace un par de días:

“María Antonieta Castillo Santa María, miembro del staff de MINUSTAH (misión de estabilización de Naciones Unidas en Haití) tiene 58 años, trabaja en el país caribeño desde hace poco mas de 4 años y según la información de Naciones Unidas sigue en calidad de desaparecida.

“Al respecto, en su familia seguimos si noticias acerca de ella. Existe una persona en Nueva York encargada exclusivamente de informarnos cualquier tipo de nueva o resolver dudas de cualquier índole en relación con Toña, como nosotros le decimos.

“Sin embargo, a una semana y un día del suceso, seguimos en la inopia. Las autoridades mexicanas en aquellos lares y en su vinculación con Relaciones Exteriores, lejos de constituir una ayuda no han hecho otra cosa más que irresponsablemente malinformarnos por comando de la cancillería a través del licenciado Guillermo Ismael Cetina Rivera, Jefe del Departamento de protección de la SRE, nos fue transmitido vía telefónica el jueves pasado que mi tía se encontraba bajo custodia de la embajada; que tendría una reunión con el embajador y que vendría en un avión a México, apenas tuvieran la oportunidad de mandarla. Si es que claro, ella estuviera de acuerdo...

“En ese momento crítico, a dos días del terremoto, además de el alivio y la emoción que se sintió entre familiares y amigos (en la red social facebook se puede notar con mayor evidencia no sólo los cambios sino la gente involucrada) evidentemente los esfuerzos de localización y búsqueda bajaron a la mitad, pues como nos habían dicho, era sólo cuestión de tiempo para tenerla con nosotros sana y salva...

“La irresponsabilidad llegó al colmo el viernes por la mañana que después de una segunda llamada nos daban instrucciones de parte de la cancillería pidiéndonos una persona de contacto y que proporcionáramos datos de un vehículo y la persona que fuera a ir por ella al aeropuerto...

“La angustia había cambiado de ‘saber si está viva’ a ‘hasta no abrazarla no estaré tranquila@’... Y entonces fue que vino la llamada del viernes. De hecho, la llamada era para confirmar que ya venía en camino el avión...

“(De verdad no sé a donde llega la irresponsabilidad o la estupidez de la gente); quien llamó fue una señorita de apellido Cruz o De la Cruz... pero en la misma llamada de confirmación pidió se le permitiera un momento y dijo: ‘Verificando… no, no viene en el avión y sigue desparecida. Y colgó...

“Minutos más tarde localizamos al licenciado Cetina que confirmó la ‘información’ y ofreció una disculpa... ni un compromiso de búsqueda, ni una alternativa, ni una explicación…

“Por increíble que parezca una simple y pueril disculpa…

“No ese, ni al siguiente, tres días después, el lunes 18, aparece el embajador de México en Haití frente a cámaras con todo el desparpajo que le ha caracterizado diciendo que los únicos 27 (que hoy resulta que son 58) mexicanos que seguían desaparecidos todos pertenecían a familias mexicano-haitianas...

“Unas horas después, diciendo que había dos funcionarias de Naciones Unidas mexicanas desaparecidas, pero que los nombres eran una incógnita... confirmando sin conocimiento de causa o fuente fidedigna la muerte de Gerard Lechevallier (jefe directo de mi tía, además de gran amigo suyo) y me pregunto, ¿qué de verdad tiene en estos momentos tanta labor diplomática como para informarse?

“La ONU está desde hace tanto en el país caribeño y; ¿la embajada no tiene conocimiento de sus connacionales trabajando en la misión de Naciones Unidas?

“Contamos con el apoyo de Naciones Unidas o al menos es lo que nos dicen, hemos aportado lo que sabemos por rumores y datos recabados en redes sociales y seguimos sin noticias, es simplemente desesperante la incertidumbre, evidentemente la esperanza es lo último que muere y creemos que puede estar a salvo pero a medida que pasa el tiempo por más positivos que intentemos ser y fuertes que queramos permanecer los pensamientos ahogan y las plegarias no son suficientes...

“Toña nunca se casó, ni tuvo hijos, pero ha sabido dar amor a todo el que ha cruzado por su vida... sus sobrinos tenemos tendida una red principalmente en facebook que es donde más información hemos recopilado junto con sus amigos alrededor del mundo.

“Además de Naciones Unidas trabajó para el Servicio Exterior mexicano y lo único que pedimos es un compromiso de parte de las autoridades que se cumpla cabalmente... y por eso recurrimos a los medios de comunicación, la denuncia social y las acciones civiles podrán venir después, hoy sólo nos atañe una consigna: ¡encuentren a Toña!, se los rogamos...

“Atentamente:

“Familia Castillo

“A través de Rafael García Castillo (sobrino de María Antonieta)”

* * *

La Secretaría de Relaciones Exteriores se disculpó por los errores de comunicación que ha tenido con familiares de mexicanos que no han sido localizados y se encontraban en Haití cuando ocurrió el terremoto. “La SRE lamenta los errores de comunicación que ha tenido en este difícil contexto”, indicó la cancillería.

* * *

Ese mismo día 18 la ONU (http://www.un.org/en/peacekeeping/missions/minustah/memoriam.shtml) hacía oficial la partida de esta mexicana, bajo los escombros de una catástrofe inimaginable.

En una carta de miembros de la ONU, USG Le Roy y USG Malcorram, confirmaban los nombres de las víctimas fatales del staff en Haití.

“(18 de enero de 2010)

“Con profundo pesar en el corazón hoy les confirmamos la pérdida de más amigos y colegas.

“Nuestras más profundas simpatías a las familias de nuestros amigos.

“(...) Muchos de ustedes nos han preguntado acerca de servicios religiosos en memoria de nuestros queridos colegas. Sabemos que, en tiempos como estos, es importante estar juntos y recordarlos, rendirles tributo como pago a lo que nos dieron.

Un servicio memorial para todos nuestros colegas caídos esta siendo organizado para las próximas semanas, después de que obtengamos información detallada del tamaño de nuestra pérdida.

“(…) La fecha de los servicios en memoria de nuestros colegas será compartido con ustedes lo más pronto posible”.

“A continuación, la lista de nuestros compañeros de MINUSTAH, colegas que, junto con toda la gente que murió en Haití, siempre estarán presentes en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones”

Confirmed UN Fatalities:

Mr. Hédi Annabi (Tunisia)

Special Representative of the Secretary-General and Head of Mission

Mr. Luiz Carlos da Costa (Brazil)

Principal Deputy Special Representative of the Secretary-General

Mr. Doug Coates (Canada)

Acting UN Police Commissioner

Mr. Guido Galli (Italy)

Senior Political Affairs Officer

Mr. Karimou Ide (Niger)

Security Officer

Ms. Andrea Loi Valenzuela (Chile)

Human Rights Officer

Ms. Lisa Mbele-Mbong (USA)

Human Rights Officer

Mr. Frederick Wooldridge (United Kingdom)

Political Affairs Officer

Mr. Guillaume Siemienski (Canada)

Political Affairs Officer

Ms. Ericka Chambers Norman (USA)

Board of Inquiry Officer

Mr. Jerome Yap (Philippines)

Personal Assistant to the Principal Deputy Special Representative of the Secretary-General

Ms. Renée Carrier (Canada)

Personal Assistant to the Special Representative of the Secretary-General

Mr. Andrew Grene (USA)

Special Assistant to the Special Representative of the Secretary-General

Ms Simone Rita Trudo (France)

Personal Assistant to Principal Deputy Special Representative of the Secretary-General

Mr. Watanga Lwango (Democratic Republic of Congo)

Audit Assistant

Ms. Mirna Patricia Rodas Arreola (Guatemala)

Secretary

Mr. Marc Plum (France)

Chief Electoral Assistance Section

Mr. Satnam Singh (India)

IT Technician/International Contractor (Trigyn Technologies Inc.)

Mr. Mesonne Antoine (Haiti)

Security Guard

Mr. Hebert Moise (Haiti)

Driver

Ms. Alexandra Duguay (Canada)

Public Information Assistant

Mr. Jan Hausotter (Germany)

Political Affairs Officer

Mr. James Coates (Canada)

Administrative Assistant

Ms. Maria Antonieta Castillo Santa Maria (Mexico)

Administrative Assistant

Ms. Dede Yebovi Fadairo (Nigeria)

Associate Report Writing Officer

* * *

La esperanza se extinguió.

Quedan los recuerdos. Y viene el duelo, que la familia sabrá sortear íntimamente; su sobrina, Marcela Cruz, y toda la familia, siguen a la espera de noticias.

María Antonieta volverá a México. No saben cuándo.

Su cuerpo debería ser recibido con honores.

21.1.10

Recomiendan ONGs no adoptar niños haitianos

Kikí


Pedro Díaz G.

La tragedia en Haití les ha despertado emociones diferentes.

Ver a un niño en el desamparo no distingue fronteras, parte el corazón a todos.

Por ello, en muchos países, sobre todo europeos, el mismo Estados Unidos, se ha acelerado en las últimas horas el proceso de ubicación de los menores en desgracia, que no es más sino la adopción.

En México no se han autorizado, a pesar de las ya numerosas solicitudes que llegan a la embajada de Haití y de la cada vez más abierta intención de adoptar a uno o varios de estos pequeños.

Qué ironía: el futuro les pintaría mejor a todos estos menores que lo han perdido todo.

En otros países, al menos en el imaginario colectivo, tendrían mucho mayor posibilidad de desarrollarse que en el Haití ahora casi inexistente. Calculan que Puerto Príncipe volverá a erigirse en 25 años. Demasiado tarde para una generación… o más.

¿Arrebato de solidaridad, de ternura?; cuidado

¿Ha caído en la tentación de adoptar a un pequeño en Haití?

No crea que el futuro sería color de rosa.

Lo advierten los especialistas a nivel internacional:

Organizaciones en defensa de la infancia pidieron hoy jueves que se evite por todos los medios las adopciones internacionales de niños de Haití.

En las últimas horas se ha registrado, dijeron, un enorme aumento de las peticiones de adopción, que ya se cuentan por miles, según informa el presidente de la Federación de Asociaciones de Adopción Internacional , Miguel Góngora.

Es el momento de cooperar. No de adoptar, enfatiza. Aunque pueda resultar contradictorio, lo mejor para los niños es permanecer en la isla.

En esta afirmación coincide el director de la Plataforma de Infancia, Ángel Hernández, quien cree que para los menores es más traumático sacarles del país, que mantenerlos en zonas seguras dentro de su entorno.

Precisamente, crear zonas seguras --en estos momentos ya existen diez en la isla, pero se prevé que lleguen a setenta en las próximas semanas-- es una de las prioridades de Unicef y Save the Children, donde pueden protegerles, darle apoyo psicológico, médico y, sobre todo, llevar un registro para intentar ponerles en contacto con sus familiares.

El Coordinador de Emergencias de Save the Children, Boris Aristín, definió estos lugares como espacios delimitados, con una construcción muy simple, en sitios que no fueron afectados por el terremoto, y que en caso de réplica no corren peligro. Allí se reparte comida y se realizan actividades de carácter lúdico y educativo para intentar normalizar la infancia de las víctimas.

Adoptar a un niño en shock

Un pequeño que ha sufrido acontecimientos de esta magnitud, y llevarlo a un país, que en muchos casos, no conoce ni el idioma, puede suponer un doble shock para el menor, una situación doblemente traumática.

Además, se corre el riesgo de adoptar, y que su familia haitiana le esté buscando, pero aún no le haya encontrado, por lo que en esa ocasión ese niño no volverá a saber de su familia biológica.

Los esfuerzos se tienen que centrar en elaborar un registro de niños y adultos y sus relaciones entre ellos; es esencial poner en contacto a las dos partes para establecer procesos de reagrupación familiar. Si no se encuentran los padres, hay que buscar a familiares indirectos, vecinos, conocidos. Además, es necesario realizar una evaluación rápida y sobre todo proveerles de alojamiento, comida, apoyo psicológico, medico y educación.

Las mafias, un peligro real

Otro peligro al que se atienen los niños afectados son las mafias, que aprovechan este tipo de situaciones para reclutarles y utilizarles con fines sexuales, de explotación.

Llevarse a niños, sin permiso, y más teniendo en cuenta que no se pueden tramitar adopciones en aquellos países de desastre natural o conflicto bélico, es un secuestro, concluye Góngora.

Por ello, pide que se lleve un control exhaustivo de los niños para que no se desplacen, si no es estrictamente necesario.

Ángel Hernández exorta a la sociedad a que no se olvide de Haití dentro de unos años, y que la solidaridad no se limite al momento actual. Y que aconseja a las personas interesadas en adoptar que no desistan, porque es si en términos generales, la adopción es un proceso a largo plazo, en Haití se alargará aún más, porque hay que volver a poner en marcha el sistema.

Un futuro fuera de lo planeado

Sea como sea, los pequeños siguen llegando por decenas a diversas naciones. No en México. No todavía.

Pero esta imagen sucedió en Holanda hace apenas unas horas:

En los brazos de su nueva mamá, Jersen Silvester Eefting, de 4 años, observaba con los ojos bien abiertos cada detalle del vestíbulo de un hotel después de un vuelo de once horas que lo sacó de la destrucción de Haití para traerlo a un nuevo hogar en Holanda.

“Me siento estupendo”', comentó Roel Eefting mientras tomaba un video de su flamante hijito adoptivo a quien recién había conocido minutos antes.

Jersen es uno de 123 niños, de dos meses a 7 años, que fueron trasladados al sur de Holanda.

Llegaron en un vuelo contratado por el gobierno holandés y dos agencias de adopción para transportar a niños adoptivos haitianos a una nueva vida en Holanda y Luxemburgo.

Catorce de los 106 estaban destinados a Luxemburgo al cuidado de las autoridades de adopción en ese país, dijo la cancillería holandesa.

Envueltos en mantas para protegerlos del frío del invierno, los pequeños llegaron caminando o fueron transportados en brazos desde el Boeing 767 hasta un autobús que los llevó a la terminal de la base aérea militar de Eindhoven.

Allí sostuvieron su primer emocional encuentro privado con sus nuevas familias. Un niño saludó con la mano a los periodistas y dijo una palabra que pareció ser ``Dag'', ``hola'' en holandés. Otro tenía medias a rayas pero no zapatos. Al borde de la pista se veían bultos de nieve.

Ninguno de los niños resultó herido en el terremoto de la semana pasada en el país caribeño. Pero Macky Schouten, titular de la

Fundación Holandesa de Adopción, dijo que fue difícil transportarlos desde sus orfanatos en Haití hasta el atestado aeropuerto de Puerto Príncipe.

“Tuvieron que llegar desde casas diferentes en una situación muy peligrosa'', dijo.

Los niños fueron acompañados en el vuelo por médicos y sicólogos expertos en estrés postraumático, dijo Schouten.

Los pequeños durmieron durante gran parte del viaje. Después, a dos horas y media de su llegada a Eindhoven, se despertaron, recibieron una comida y una bebida, y empezaron a hacer lo que hacen los niños en todo el mundo.

“El avión era un amplio corralito de juegos”, comentó la titular de la agencia.

El terremoto podría haber matado a unas 200 mil personas y dejó miles de huérfanos. Esa situación ha provocado una catarata de consultas de todo el mundo acerca de cómo adoptar a un niño haitiano. Antes del sismo, la nación caribeña ya tenía unos 380 mil huérfanos en necesidad de un hogar.

Hacia todas las geografías

Esta misma semana, 54 huérfanos llegaron a la ciudad de Pittsburgh, en Estados Unidos, en una misión que involucró a funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional. Los huérfanos recibirán atención médica y serán colocados en casas colectivas hasta que se complete su adopción.

La vida detenida

En estos momentos cientos de menores haitianos vagan por las calles, sin cuidados, heridos, buscando a sus familiares. Fuera, sin reconocer fronteras, hay también cientos de familias dispuestas a desoír los consejos y empeñarse en la adopción de un pequeño de Haití; hoy en desgracia.

Muchas naciones les han abierto las puertas.

Otras no. Todavía.

19.1.10

Bombardero planeaba exponer el título en febrero


Pedro Díaz G.

“Voy a levantarme”.

Así lo dijo el campeón aquella tarde de diciembre en la que, achacoso, dejó el deporte a un lado, en las vísperas de Navidad y decidió internarse en un hospital.

Cómo no: la respiración se le volvió un ejercicio extremo.

El aire no le alcanzaba. Los pulmones y todo el empeño eran inútiles.

¿Qué le sucedía a este joven pugilista mexicano, todo un guerrero sobre el ring, poseedor del campeonato nacional supermosca?

El cáncer lo masacraba por dentro.

Irónico: Daniel “Chato” Noriega, su próximo rival, ese que buscaba arrebatarle el título nacional supermosca este febrero, entrenaba a todo vapor; Marco Antonio Hernández se fue apagando en una cama de hospital.

Los Hernández dijeron adiós a las fiestas navideñas.

Su promotor, Fausto García, el 22 de diciembre ingresó al púgil al hospital “María José”.

La neumonía fue lo de menos: el verdadero rival de Marco Antonio era cáncer en los pulmones.

Últimos rounds.

El campeón perdía la pelea…

* **

Apenas 15 días antes bajó del cuadrilátero con la mano victoriosa. Eduardo García cayó vencido el 5 de diciembre. Y él, el Bombardero, seguía siendo el monarca nacional. Su manager, Julio Gamboa, concedió días de descanso.

La pelea, es cierto, fue fugaz: nueve minutos.

Suficientes como para considerarlos los más intensos que tendría.

Porque la enfermedad fue avasallante: una vez al bajar del cuadrilátero, los pulmones de Marco Antonio Hernández ya no le dieron tregua: apenas poco más de una semana más tarde, estaría postrado en una sala de terapia intensiva

Pasó días sedado, entubado, resistiendo a las agresivas y entrometidas quimioterapias.

Primero fueron las molestias en los riñones.

Mal tino y desdén médico: algunos doctores le predijeron cálculos o problemas gastrointestinales. Hasta ahí, nadie le recetó unos análisis.

Lo que siguió es digno de no olvidarse: acudió el Bombardero a un Hospital público, pero no había personal de guardia.

Nadie lo atendió. Entonces, su promotor, Fausto Daniel García, decidió llevarlo de urgencia a una institución privada en la colonia Roma.

Diagnóstico: los pulmones sufrían de metástasis, producto de un cáncer en el testículo derecho.

Fueron de quimioterapias y tratamientos; un paro respiratorio complicaría aún más su estado.

Para recibir una atención más especializada, el pasado sábado 16 de enero fue trasladado al Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”.

De poco sirvió: la madrugada de este lunes perdió la vida.

* * *

Todavía se mantuvieron las esperanzas durante el fin de semana.

El doctor Fausto Daniel García, de la empresa Boxeo de Gala, quien representaba al "Bombardero", explicaba el sábado que la neumonía aparecía en la totalidad de ambos pulmones; que su estado era reportado como grave; que al medio día del domingo, tuvo mejoría pero que no salía de la gravedad.

Voy a levantarme, prometió.

No.

Tenía 24 años.

Se leerá que el boxeo mexicano ha perdido a una de sus más brillantes promesas. Se le recordará como un guerrero.

Su cuerpo está siendo velado en la colonia Martín Carrera, hasta donde se dan cita boxeadores, managers y autoridades del boxeo capitalino, nacional e internacional.

“Bombardero” murió siendo doble campeón. En diciembre de 2008 conquistó el campeonato Nacional supermosca, del que realizó cuatro defensas; y en septiembre de 2009 se convirtió en monarca de Centroamérica.

En su última aparición sobre un cuadrilátero, derrotó al regiomontano Bruce García, el pasado 5 de diciembre.

Le sobrevive su esposa Brenda, quien presenta un embarazo de 9 meses; su padre Marco Antonio Hernández, su madre Rita María Uribe, su hermano Eduardo.

* * *

El legado de un campeón:

Marco Antonio “Bombardero” Hernández disputó 25 peleas profesionales, ganó en 19; de ellas, 11 por la vía del nocaut, sufrió 5 derrotas y compartió un empate.

El Bombardero prometió levantarse, pero un cáncer fulminante se lo impidió.

Donde las esperanzas se acaban


Pedro Díaz G.

•Sigue la Cobertura Especial

La tragedia es narrada por diversos medios; a varias voces.

Haití ha llamado la atención del mundo. Se extingue.

Cientos de periodistas, voluntarios o soldados han llegado al área devastada. Y desde ahí cuentan al mundo sus vivencias. Pasan las horas del día intentando reconstruir un país que no existe más. Y uno de los medios más inmediatos para narrarlo es el blog, esa bitácora personal en la que cada uno va llenando de historias desgarradoras sus días en la isla del Caribe.

Hagamos una visita a los más íntimos momentos de quienes se desplazaron hasta Haití para devolver algo de esperanza a un pueblo que lo ha perdido todo.

Fernando Prados, un médico español, cuenta:

Puerto Príncipe (día 5). Ya tenemos todo el material médico para poder trabajar y hasta para asearnos. El problema sigue siendo el combustible. De hecho, cuando hemos vuelto al Hospital Universitario de La Paz esta mañana, el generador estaba apagado y los quirófanos no funcionaban. Por suerte, la AECI nos ha conseguido más y seguimos haciendo operaciones y operaciones.

Por lo menos ya no tenemos que echar mano de cartones y tablas, tenemos vendas, escayolas, medicinas...

Cada vez viene más gente para que los atendamos. A veces vienen ya con curas hechas en otros puestos sanitarios e incluso con informes, bueno, escritos a mano, cada uno en un idioma diciendo qué patología sufren. No sabemos de dónde salen, pero suponemos que los derivan aquí porque somos de los pocos que podemos hacer operaciones quirúrgicas y tratar patologías graves.

Aunque no tenemos sensación de inseguridad, no queremos romper las medidas de la ONU y siempre vamos acompañados. Esto dificulta muchas veces el ir a buscar enfermos a la calle porque pasa mucho tiempo desde que lo solicitas hasta que te dan la escolta.

El problema que surge ahora es dar el alta a los pacientes porque casi nadie tiene una casa a dónde ir ni gente que les acompañe. El otro día apareció un niño que alguien había dejado en la puerta y no sabíamos si tenía padres, si estaban muertos, desaparecidos... No sabíamos nada de nada. Lo atendimos claro.

En estos casos nos están ayudando unas monjas españolas que ya estaban trabajando en Haití y conocen la cultura y la ciudad. Hacen una labor encomiable buscando a algún amigo o familiar que pueda hacerse cargo de los enfermos que, por ejemplo, han sufrido una amputación pero ya están bien y tienen que dejar sitio para otros. En Madrid llamaríamos al Samur Social pero aquí confiamos en ellas.

La gente ya no tiene esperanzas de encontrar a gente con vida. Están enterradas junto a los edificios, a sus pertenencias y a sus familiares y amigos. Ahora todos están más centrados en la atención sanitaria, pero no obsesionados con las epidemias porque, por suerte, es época seca y no hay muchos mosquitos.

Sabemos de este peligro porque cuando hay una catástrofe desaparecen las medidas de control que tienen estos países que ya sufren alguna epidemia (la higiene es peor, la alimentación es escasa) y puede haber brotes, pero no hemos atendido a nadie con diarrea ni fiebre y no tiene por qué producirse.

No quiero terminar este blog sin contar lo felices que nos sentimos ayer con el nacimiento de José María. Fue un momento en que todos los que trabajamos aquí sin descanso pudimos sonreír con fundamento. ¡Cuánta felicidad trae un niño tan pequeño! Fue una alegría inmensa. El resto son complicaciones graves que tratas de arreglar pero que siguen siendo dramas hagas lo que hagas.

Por la noche, en el campamento del aeropuerto, tratamos de comentar cómo nos ha ido el día. La verdad es que cuando llegamos sólo tenemos energía para lavarnos un poco, ponernos ropa limpia, cenar un poco y dormir. Estamos tan cansados que no oímos ni el ruido de los aviones gigantes, ni el de los generadores.

Antonio Rodríguez Nogales es bombero. En su más reciente entrada, hace una propuesta:

Hora de hacer balance

Final de las labores de rescate. Los perros andan algo perdidos, siguen con su instinto de localizar a personas con vida. Su activación continúa al seguir viendo edificios derruidos. Pero ya no hay esperanzas, sólo algún milagro que en las próximas horas pueda darse. Nosotros estamos más relajados, la adrenalina desciende y notamos el cansancio acumulado. Sin ducharnos y sin descansar en un lugar decente, ahora ya pensamos en el regreso y en esperar el siguiente relevo de Bomberos Unidos.

Vienen de camino 9 miembros de nuestra unidad médica y mañana llegan otros tres más con una planta de potabilización. Hora de ir haciendo balance. Más de una veintena de personas rescatadas, tanto de forma autónoma como interactuando con otros equipos.

Las imágenes se atropellan ahora en la cabeza, pero hay una que no nos quitamos de encima: el recuerdo de la frase que nos dedicó la propietaria del hotel Montana cuando, tras trece horas de trabajo, pudimos extraerla: "Os llevaba esperando toda mi vida".

De esa experiencia, narró:

Salvamos a la copropietaria del hotel Montana

Sábado 16 de enero. 6:00 horas: Tras reconocer la población de Jacmel y no encontrar vestigios de vida, nos desplazamos de nuevo a la zona del hotel Montana. Allí, en las inmediaciones, localizamos a otras tres personas con vida. Se encuentran a varios metros de profundidad por lo que iniciamos las labores de desescombro con sumo cuidado para no provocar desplazamientos o derrumbes. Tratamos de abrir un canal.

Domingo, 17 de enero

Tras 13 horas de arduo trabajo de desescombro, logramos rescatar a una de las personas sepultadas, la cual se encuentra confinada en un hueco de vida sin prácticamente oxígeno, procedemos a estabilizarla. Está consciente pero con lesiones de diversa consideración que no la impiden identificarse y agradecer el trabajo realizado. Se trata de la copropietaria del Hotel Montana, de 63 años de edad. Una vida más. Exhaustos. Pero esa vida nos da ánimos.

El equipo sigue con fuerza.

En su testimonio desde Haití, Anthony Ayma, coordinador de un organismo llamado Concert Action, evalúa:

Hemos retrocedido 60 años

Se trata de un verdadero desastre. Inimaginable. Indescriptible. Los edificios públicos han sido destruidos. El número de casas destruidas y dañadas que he visto en las grandes arterias es muy importante. Hemos retrocedido 60 años. La recuperación será dura. Numerosas personas no pueden ser socorridas ya que se encuentran bajo los escombros, y los hospitales no pueden hacer frente a la afluencia de las victimas. El gobierno está desbordado.

Existe un esfuerzo de reorganización orientado hacía la acción, tanto por parte de las autoridades como de la sociedad civil. Pero los medios son mínimos y la improvisación domina. Una vez pasados los momentos de estupor irán aumentando considerablemente las esperas y las necesidades en los barrios: gestión de los cadáveres, problemas de salud, acceso a los refugios, al agua potable y a los alimentos… Hasta hoy, la población ha sido abandonada. Están solos. Tememos un fuerte aumento de la inseguridad y de las escenas de pillaje en los próximos días.

Mientras acabo esta carta, me informan que Jude Paul, unos de nuestros chóferes, ha muerto en la avenida Poupelard (estaba volviendo de la 8e sección). Les dejo. Hasta pronto”.

Pedro Piqueras escribe en primera persona desde Haití:

Es conmovedor leer vuestros comentarios en este blog. Leer y sentir esa preocupación por la suerte de miles y miles de niños haitianos; aquellos que se han quedado solos, aquellos que han perdido a su familia sepultada bajo un amasijo de escombros como consecuencia de este absurdo terremoto, de esta fuerza maligna de la naturaleza que nuevamente castiga, sin piedad, a los más frágiles.

Hay niños que miran, que sienten como cualquier niño, como cualquiera de los nuestros, y cuyo futuro es ciertamente oscuro por su maldita suerte ahora y por el país tan complicado en el que han venido a nacer.

Es verdad, deambulan por las calles, por los campos de refugio – algunos llorando sin cesar – y aprendiendo a sobrevivir, que es la única y gran enseñanza que reciben los desposeídos. No puedo imaginar el día a día de estos pequeños. Supongo – quisiera creer – que otros haitianos, aún en su miserable pobreza, no les dejarán morir en cualquier esquina.

Pero todo es incierto en este país, el más pobre de América; una especie de cuña africana en el caribe dominado antes por mafias esclavistas y ahora por el desorden más absoluto, por la magia y el vudú.

Sólo podemos, quienes aquí estamos, dejar constancia, alertar de esta debacle humanitaria. De este nuevo drama y que, quienes tienen poder para ello, pongan en marcha la maquinaria que acabe con esta odiosa situación.

En Haití el futuro es hostil, duro, a la contra para todos. Hoy, Puerto Príncipe es una ciudad sin ley ni orden, sin luz ni teléfono, con calles por las que tres millones de personas intentan conjurar el miedo y encontrar algo para comer. Una capital enferma que sólo espera pasar al día siguiente y que acaben los temblores de tierra. Un territorio miserable, maloliente ahora, además, en el que todavía hay muertos esparcidos en cualquier acera.

Dentro de unos días, Haití no será la primera noticia en los medios de comunicación y regresaremos a lo nuestro. Cuando ya no haya supervivientes para rescatar, volveremos a hablarles del precio de la vivienda, del IPC, del último asalto en ese larguísimo combate entre Zapatero y Rajoy y el Barça y el Real Madrid seguirán luchando por encabezar la Liga de fútbol. Y aquí, tan lejos, en el mundo del caos y el desorden, en este país tan terriblemente golpeado por las violentas entrañas de la tierra, los pobres serán más pobres y los niños vagarán en ese aprendizaje, en ese desafío tan simple y tan complicado aquí, pasar al día siguiente, sobrevivir. Esto es un horror. Según Naciones Unidas, la mayor tragedia jamás vista. Damos constancia de ello. De este castigo tan cruel, tan inmerecido, tan absurdo.

Y finalmente, crónicas desde Haití, de un “vagamundo”, Fran Sevilla, un joven que en 1983 se decidió a ser un Reportero con mayúsculas. Lo es. Escribió:

Dentro de las tragedias generales siempre hay tragedias particulares, con rostro propio, cuya suma configura aquellas otras. Y esas tragedias particulares son, una a una, las que permiten calibrar la dimensión de lo sucedido, de lo que sigue sucediendo en Haití.

La he contado en RNE y en TVE, y ahora la escribo. Un grupo de bomberos españoles se ha enfrentado a una de esas tremendas tragedias particulares. Habían localizado con vida, cinco días después del terremoto, a una niña de unos 14 ó 15 años. Estaba bajo los escombros, atrapada entre el hormigón y el cadáver de su madre.

Los bomberos accedieron hasta ella después de desescombrar y limpiar los restos que había sobre la niña. Hicieron una especie de túnel paralelo para sacar el cadáver de la madre y liberar después a la muchacha. Pero en ese momento se escucharon algunos disparos. Los cascos azules de la ONU que los escoltaban les dijeron que había que retirarse, que podía haber problemas de seguridad. Y les obligaron a replegarse a su base, dejando abandonada a esa niña. ¿Pueden imaginarse la angustia, la rabia, la frustración que sintieron?

Seis días después del terremoto todavía se rescatan algunas personas, todavía algunas aguantan, apegadas a la vida. Un lector de este blog sugería hace unos días que apostemos por la vida. Y bueno, esa debe ser la apuesta, sin duda, aunque resulte difícil no dejarse llevar por la desesperanza.

Para esa apuesta por la vida hay que estar al lado de Haití, de su gente, de quienes se han salvado pero lo han perdido todo. En varios barrios de Puerto Príncipe he leído ya letreros en los que los habitantes han escrito “Necesitamos ayuda”. Y verdaderamente la necesitan.

Y la ayuda todavía no está llegando. Supongo que resulta muy difícil organizar una operación humanitaria de tanta envergadura como debe ser la de atender a la población haitiana que lo necesita en estos momentos. En un país donde las instituciones no existen o están como desaparecidas, en un país donde la miseria de hoy llueve sobre la miseria de ayer, nada es fácil. Pero uno escucha hablar sobre la ayuda humanitaria que se está prometiendo a Haití y cuando camina por las calles de Puerto Príncipe no ve que nadie reparta nada. Y uno tiene la sensación de que hay algo que falla, de que las cosas no se hacen con la celeridad necesaria, de que se habla y se promete mucho pero se hace bastante menos.

Miles y miles de haitianos dependen hoy, más que nunca antes, del exterior para sobrevivir. No podemos dejarlos abandonados. ¿Qué podemos hacer? Cada cuál, desde donde esté, puede ponerse en contacto con ONG,s, con instituciones, con las muchas organizaciones que pueden aportar ayuda y preguntar de qué manera se puede colaborar. Creo que esa es la mejor vía para apostar hoy por la vida en Haití.

Fran se sentó ante su computadora hace unos minutos; se lee en su más reciente post:

Hoy le he preguntado a Billy cómo podíamos conseguir un casco para mí. Billy es el propietario y conductor de la moto que contraté al poco de llegar a Puerto Príncipe para moverme por la ciudad. El tráfico es caótico, se forman enormes atascos en puntos concretos porque hay zonas donde aún los escombros dificultan el paso. La mejor manera de moverse con cierta rapidez es en moto.

Durante todos estos días he viajado sin casco. Cuando por fin pude ducharme por primera vez desde mi llegada, cuatro días después, el agua salió literalmente negra porque mi pelo había recogido todo el polvo y toda la suciedad posibles. El casco ahora me protege algo. Pero la razón fundamental de haberle pedido a Billy que me ayudara a conseguirlo es para intentar pasar algo más desapercibido. Es así de crudo y real por más que me duela. En los últimos días, en algunos de los barrios por los que nos metemos, sobre todo en el centro y zonas aledañas, ya me han amenazado, ya he notado que hay gente que me mira con hostilidad. No les culpo, soy un blanco, se supone que debo llevar dinero u objetos de valor y además, después de una semana de frustración y desesperación, los ánimos están bastante exaltados. El propio Billy reconoce sentirse más tranquilo si no se ve a quien lleva en la moto.

Hoy hemos estado en distintos lugares. El primero, al que me dirijo en primer lugar todas las mañanas, es el centro de Puerto Príncipe, en los alrededores del Palacio Presidencial y de la Catedral. La primera sorpresa ha sido el aterrizaje de helicópteros estadounidenses en el jardín Palacio, donde se han establecido algunos soldados.

La zona del centro está terriblemente devastada. Allí es donde se están registrando la mayoría de los saqueos, fundamentalmente de comercios y almacenes derruidos. Hay una evidente tensión. Los incidentes se suceden, algunos incluso con disparos de la policía, aunque por lo que he visto hasta ahora, son disparos al aire, más de intimidación que con intención de alcanzar a alguien.

A diario hago un par de recorridos de unas tres horas cada uno; uno por la mañana y otro por la tarde. Quiero ver cómo evoluciona la situación en las distintas zonas e ir visitando determinados lugares.

El objetivo de los recorridos de hoy era tratar de confirmar si se está repartiendo ayuda humanitaria, básicamente agua y alimentos que resultan ya imprescindibles. Yo, desde luego, no lo he visto. En ninguna parte y he recorrido un montón de zonas. Tengo la sensación de que el supuesto reparto de ayuda, que habría empezado ayer y que hoy se habría intensificado, no es tal. Tampoco he visto a los soldados estadounidenses llevando ayuda ni patrullando las calles, aunque se ha vendido como si ya todo estuviera solucionado: la carencia de alimentos y agua y la falta de seguridad. Los soldados no van a patrullar las calles, según han dejado claro sus mandos. Así que parece que lo de reforzar la seguridad en Puerto Príncipe no está entre sus objetivos. Pero bueno, quizás es mejor así, si no daría la sensación de una ocupación. Quizás lo sea de una manera indirecta, o más bien por una vía indirecta.

Retomo: no hay reparto de ayuda humanitaria de forma masiva, ni siquiera significativa. Se trata de un reparto muy limitado. Uno de los responsables de ese reparto me ha reconocido que no van a llevarlo al centro de la ciudad. “Sería suicida llevar ayuda al centro”, me ha asegurado.

La devastación está en casi todas las zonas por las que me muevo. Por la tarde he estado en uno de los barrios teóricamente menos afectados por el terremoto. Se llama La Saline. Es un lugar mísero donde las casas no se han caído simplemente porque no existen. Los tugurios en los que habita la gente en ese barrio están hechos con planchas de hojalata y con cartones. Las aguas fecales están por todas partes, llenas de basura y de detritus. Los cerdos se mueven a sus anchas entre la mierda, comiendo porquería, los niños corretean por los mismos sitios. Es un lugar donde a uno se le encoge el alma. Los habitantes de La Saline ya eran extremadamente pobres antes del terremoto y lo van a seguir siendo después. Nada parece haber cambiado sus vidas porque viven en la misma miseria que antes. Una miseria a la que, por desgracia, se van a ver abocados muchos miles más de hatianos después de que la tierra temblara hace justo una semana como queriendo destruirlo todo.

Mi cuerpo contiene hoy dos cansancios: el cansancio físico de la dura jornada y el cansancio emocional de tanta desesperanza.

11.1.10

Juárez, al ritmo de la bala: 104 ejecuciones en 2010

Max y Abbey

Juárez, al ritmo de la bala: 104 ejecuciones en 2010

Pedro Díaz G.

Los viejos cronistas dirían que la plaza está caliente.

Hoy mismo, el comandante Jesús Garcés sufrió un atentado.

Pero Ciudad Juárez lleva varios años así; al menos dos consecutivos como la ciudad con más decesos violentos en todo el mundo.

La doble bicampeona del asesinato no deja de sorprender.

Esta mañana se contabilizó el muerto 104 en esta región de Chihuahua. Y la preocupación crece. El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal alerta sobre el incremento en el número de homicidios y advierte su preocupación porque el número se establezca en un promedio de 11 asesinatos por día.

Once cada 24 horas. Uno cada dos.

O sea que los números nunca serán precisos.

Mientras usted lea estas líneas alguien dejará de respirar; con el Jesús en la boca y las balas destrozándole la vida; el dolor convertido en sinónimo de muerte blasfemando inútilmente contra la impunidad.

De salvar Ciudad Juárez se trata. Por ello, el presidente del Consejo Ciudadano, José Antonio Ortega, advirtió de lo complicado del tema.

Ciudad Juárez cuenta con una tasa de 191 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, lo que la ubicó por segundo año consecutivo como la más violenta del mundo, seguida por San Pedro Sula, Honduras.

Lo más importante es quizás, que el número de homicidios creció en un tiempo muy corto: entre 2007 y 2009 aumentó más de 80 por ciento.

La plaza está caliente repetirán los cronistas del futuro.



* * *



En efecto, Ciudad Juárez es más peligrosa e insegura del mundo. Sin embargo, en cuanto a la distribución del presupuesto federal para el rubro de seguridad, ocupa el sitio 13 en los estados de la República.

Ciento cuatro muertes violentas.

Pero no es todo.

En Ciudad Juárez se incendian negocios.

Se rafaguean automóviles.

Se amedrenta a quien se niegue a pagar las cuotas.

Apenas ayer quemaron la primera de las tiendas de conveniencia en la zona.

Y ahora, nueva estrategia: empezaron a cobrar "cuotas a domicilio".

Esto, apenas un aviso al resto de la población, a aquellos que se imaginaron que, por no tener empresas, dinero, negocios o lujos, estaban salvados del crimen organizado.

No.

Juárez arde.

Históricamente violenta, ahora pesa sobre ella además de los homicidios a mujeres, la violencia del narcotráfico.

No es raro ver letreros pidiendo ayuda divina por toda la ciudad.

* * *

Pequeño recuento:

Los cuatro hombres ejecutados a medias copas en el interior de un bar de la zona centro fueron los que sumaron la centena de cadáveres de este Año Nuevo que se desgasta rápido.

Esto, de acuerdo con información oficial de la Fiscalía estatal.

Pero no estarán solos en la morgue. Sólo ayer 14 personas fueron asesinadas vinculadas con el crimen organizado.

Los cuatro del bar se fueron en segundos.

Departían cuando fueron atacadas por un grupo armado.

El único identificado es Víctor Romero Ruiz.

Chavalo. 22 años.

Tres hombres más serían acribillados con armas largas por otro grupo de sicarios en una vivienda al sur de la ciudad.

Eran Jesús Martínez Chávez, de 30 años, Jose Andrés del Campo y Martín Félix Valdez, de 28 y 38 años respectivamente.

Hay más. Dos jóvenes fueron abatidos a tiros por hombres que les dispararon desde un vehículo en marcha.

Los asesinatos se produjeron en cinco ataques ocurridos durante la tarde de ayer y la madrugada de hoy. La mayoría, tiroteados.

El sábado tuvo también su masacre: cuatro acribillados por un comando sobre la avenida Tecnológico, frente a Plaza Juárez Mall.

Las víctimas viajaban en una camioneta pick color arena; la cosieron a balazos, provocando que el vehículo quedara sobre el camellón y provocara, además, caos en el flujo vehicular y en los nervios crispados de los testigos.

Un muerto, dos heridos, y dos milagrosamente ilesos.

* * *

El atentado nuestro de cada día.

La Secretaría de Seguridad Pública Estatal informa que alrededor de las 8:10 de la mañana de hoy, el comandante Operativo de Cipol y uno de sus escoltas sufrieron un atentado con armas de fuego cuando circulaban a bordo de una unidad oficial, a la altura de la Vialidad Ch-P y calle Samaniego.

Tras estos hechos, varias unidades de Cipol repelieron la agresión de donde resultó fallecido el agente Ricardo Ramos Galván y lesionado el comandante Jesús Garcés, esto, luego de un enfrentamiento que duró alrededor de 15 minutos.

De acuerdo al reporte policial, los autores de este atentado viajaban a bordo de una camioneta Cherokee color azul marino, blindada, al parecer modelo 2001, sin placas de circulación, así como en una camioneta de la marca Tahoe de color gris, también de modelo reciente y sin placas de circulación.

Durante el ataque y defensa, participaron otras personas con armas de fuego que viajaban a bordo de dos vehículos, uno de la marca Jetta y otro de la marca Lancer, ambos en color gris.

Murieron dos criminales y, sorpresa: vestían uniformes tácticos, con cascos, chalecos antibalas y armamento de policía.

El comandante Garcés estaba amenazado.

“Ya lo habían intentado ejecutar en Ciudad Juárez, debido a la detención de cabecillas criminales", informó Saúl Hernández Ruiz, director de Cipol.

"Son gajes del oficio", aseveró en la rueda de prensa ofrecida esta mañana.

José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano, exhorta al gobierno federal para atender el llamado de los juarenses.

La plaza está caliente.