30.11.07

Navidad en Veracruz


En esa misma ocasión el tema era jarocho, venía diciembre. Había que mandar la información. Es esta. Con mis eternos saludos...



Cantos a La Rama y adiós a El Viejo

  • Bellas tradiciones navideñas arraigadas en el ánimo de la gente
  • La oportunidad de vibrar con una de las fiestas más simbólicas del año
  • Reunión de cantos, aromas y sabores alrededor del Niño Dios

Pedro Díaz G.

Dos de las más arraigadas tradiciones de fin de año en el Estado de Veracruz, son la de la Rama y El Viejo. Festividades que reúnen formas y costumbres con cantos, bailes, la representación teatral y la caracterización de personajes.

Se dice que en las ramas, originadas en la zona rural, convergen elementos indígenas, españoles y afrocubanos. Los indígenas realizaban una festividad que coincidía con las fiestas decembrinas, llevando una rama llamada versúchil, que representaba la renovación de la naturaleza. Ya con influencia española se agregaron piezas musicales al ritmo de panderetas, sonajas y guitarras; los coros, claves y cantos llamados “aguinaldos”, son de origen afrocubano.

Veracruz vibra con las fiestas del ánimo y el espíritu. El 16 de diciembre, al iniciar oficialmente las posadas, comienza también una de las tradiciones que los niños jamás olvidarán: los cánticos nocturnos a la rama, cuyos antecedentes más lejanos se encuentran en la época colonial, cuando los misioneros españoles difundieron el cristianismo utilizando en las festividades religiosas hachones, velas de cera, faroles con armadura de metal o de madera, y que en la Nueva España se sustituyeron con varas de la flor del maguey.

La tradición de la rama fue evolucionando arraigándose en la región del Sotavento, reapareciendo en el Puerto de Veracruz a principios del siglo XX, y en Jalapa durante los años treinta. En Veracruz sólo se veían por las calles las ramas que recibían las familias tlacotalpeñas o alvaradeñas que vivían en el Puerto.

En Alvarado las ramas se hacían sobre la flor del maguey que se da en las arenas de los médanos costeros, y se adornaban con naranjas y limas ahuecadas y con unas ventanitas que dejaban salir la luz de las velas acomodadas en el interior.

También se vestía de luz y color al portal del niño Jesús, con cadenas de papel y tejocotes. El escenario ambulante recorría entonces la población casa por casa, entregando una rama en cada hogar y amenizando el ritual con coplas y villancicos.

En Xalapa la rama, de cualquier árbol, se adorna con dulces, figuras de papel de china, estrellitas plateadas o doradas. Se reúnen varios niños –o adolescentes o adultos- para salir con la rama adornada a cantar de casa en casa canciones relacionadas con el nacimiento de Jesús, acompañados con panderetas, guitarras y sonajas.

La ocasión para cantar

Es en este andar de casa en casa, cuando se solicita el “aguinaldo” en dinero o en especie: guayabas, naranjas, tejocotes, cañas o juguetes, la rama tiene sus versos tradicionales:

“Buenas noches decimos señores,

la rama les viene a cantar;

les viene a cantar sus honores,

¡A ver qué les puede usted dar!

“Naranjas y limas

limas y limones

más linda es la Virgen

que todas las flores.

“En un portalito

de cal y de arena

nació Jesucristo

por la Nochebuena.

“Denme mi aguinaldo

si me lo han de dar

la noche es muy corta

y tenemos que andar”.

(Al terminar estos versos los niños esperan a que el dueño de la casa abra la puerta y les dé el aguinaldo. Al recibirlo, se cantan los versos de despedida):

“Ya se va la rama

muy agradecida

porque en esta casa

fue bien recibida.

(Además de esa letra principal, hay algunas rimas adicionales que se cantan como despedida, y que cambian según los niños que portan la rama reciban o no aguinaldo por parte de los habitantes de la casa visitada):

“Ya se va la rama

con patas de alambre

porque en esta casa

se mueren de hambre”.

Sentido adiós a “El Viejo”

Por lo que se refiere a la tradición de “El Viejo”, los cronistas afirman que nació en el Puerto de Veracruz, junto a la petición del “aguinaldo”, cuando el líder de cargadores de los muelles M. A. Bovril, gestó una protesta el 24 de diciembre de 1875, acompañado por un grupo de jornaleros que molestaban a las familias del rumbo del patio Panamericano, mientras éstas celebraban la fiesta de Nochebuena.

Con latas, cencerros y tapaderas metálicas hicieron un gran escándalo por el barrio, hasta que Bovril fue detenido por la policía y multado con doce pesos. Él formaba parte de una de las modestas cuadrillas de trabajadores de los muelles, que jamás recibían los beneficios de otros empleados, quienes cada diciembre contaban con pequeñas cantidades en efectivo o ropa vieja que desechaban los patrones.

Al siguiente año Bovril repitió la manifestación incrementando los jornaleros, cubanos, jarochos y mulatos, quienes, ante la amenaza del escándalo, lograban recibir de sus patrones alguna botella de licor y alimento. Así, cada año aumentaba el número de jornaleros que se reunía para conseguir aguinaldos por cuenta de los patrones; algunos, aunque escaso, ya lo otorgaban; otros se resistían, pero cedían ante la presión de sus empleados.

La petición de aguinaldos en la Navidad se hizo costumbre pero ya sin violencia, siempre se hacía del trabajador al patrón de manera alegre y graciosa, cantándose algunas coplas.

Otra historia cuenta que la ocurrencia de representar al año viejo surgió de los almanaques japoneses que llegaban a Veracruz. En uno de ellos el personaje que representaba el año viejo tenía un notable parecido con un aguador coreano que vivía por el rumbo de la playa, por lo que sus vecinos tuvieron la ocurrencia de vestirlo como al viejo del almanaque, seguido por un niño que representaba al año nuevo.

El hombre fue paseado por todo el barrio, causando gran alboroto. El éxito fue tal, que para la última noche del año se organizó un grupo con guitarras y güiros, que cantaban algunas coplas recorriendo la barriada.

La costumbre de llevar el viejo para pedir el aguinaldo se generalizó en toda la ciudad durante la última noche del año. Se llevaba al muñeco en una silla y, al compás de la rumba, los niños cantaban un estribillo, por el que recibían dinero y golosinas de los vecinos:

En Los Tuxtlas y en la Cuenca, cuatro días antes de finalizar el año, se sienta frente a las casas al Viejo, un muñeco relleno de papel, trapo y cohetes, que representa el año viejo. Se le viste con pantalón, camisa, zapatos y sombrero raído; se le coloca un letrero que dice “una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo”

A la lata para la limosna le acompaña un puro o un cigarro grande elaborado de papel y con cohetes, dentro de la boca. Por las noches los niños lo llevan acostado en una camilla casa por casa, pidiendo la limosna. En algunas ocasiones los acompaña un grupo de jaraneros y bailadores que al son de las jaranas bailan el fandango.

A la medianoche del último día del año, se le prende fuego y debido a los cohetes suele tronar con gran estrépito, causando algarabía y risas en todos los presentes.

Algunas de las coplas del Viejo son:

“Una limosna para este pobre Viejo

que ha dejado hijos,

que ha dejado hijos,

para el año nuevo.

“A don Ferruco

lo llevan a enterrar,

porque los villistas

lo quieren matar.

“Ya se va el Viejo

muriéndose de risa

porque esta noche

lo vuelven ceniza”.

Días de fiesta y tradición

Es diciembre. Ha llegado el tiempo de decorar. Lo mismo los árboles navideños en casa, que las ramas envueltas en adornos y cantos infantiles.

Pero Veracruz es algo más: en Año Nuevo se le ha dado en llamar, a la reunión de veracruzanos, la barra más grande de México. Es decir: el bulevar donde lo mismo se baila el danzón que el mariachi. La calle se llena de la alegría por el Año Nuevo.

La gente se disfraza de viejo, diablo, doctor, bruja y viuda embarazada, y salen a recorrer las calles, acompañados de su comitiva. Llegan a las puertas de las casas entonando un cántico sobre el año que termina, y bailando hasta que a la viuda le da un ataque y el doctor se detiene a examinarla... Aprovechando la distracción, el diablo y la bruja rodean al viejo, y cuando el doctor se da cuenta, el viejo ya está muerto, y entonces empiezan los gritos.

El 31 de diciembre, un "Viejo" hecho de aserrín y viruta, que se sienta en un punto estratégico del pueblo, justo a las 12 de la noche, es quemado en medio de un gran festejo para recibir al Año Nuevo.

Veracruz vibra con sus fiestas decembrinas. Cantos y sabores de temporada. Recuerdos imborrables. Emociones que van de la mano de la espiritualidad. No pierdas la oportunidad, vívelo: vibra con nosotros.

Navidad en Veracruz, arraigo, risas y tradición.

* * * * *

*Con información de:

Cruz Velázquez, Romeo y García Martínez, Ariel. “Las ramas” y “El Viejo”, en Fiestas Populares en Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, Serie Tradiciones, Veracruz, México, 1998.

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