4.7.09

El valor del Congreso

Alta moda. Protegiéndose de los rayos solares.



Pedro Díaz G.

México se erige como una República representativa, democrática y federal.
Es nuestra forma de Estado y nuestra forma de Gobierno. Es decir, la forma de organización político-administrativa de la nación y la forma de conducción del poder público.
Al margen de la forma de ser y la forma de estar de la Nación mexicana, se encuentra otro concepto que enmarca los “¿cómos?” se habrán de regir las fuerzas o poderes que dirijan al Estado.
Aristóteles consideró la existencia de formas puras e impuras de gobierno, según si estas se orientaban o no al bienestar de los gobernados, pudiendo recaer la detentación del poder en un individuo (monarquía o tiranía), en un grupo de personas (aristocracia u oligarquía) o en la mayoría de las personas, no en la totalidad (democracia).
Abraham Lincoln, en su discurso pronunciado en Gettisburg, señala el origen, el medio y el fin del poder público “como el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".
Así pues, la conducción o el ejercicio del poder público no se puede desasociar del pueblo.
Pero es necesario que sea ejercido por las mejores personas, aquellas que posean el más alto perfil político, ético y académico.
La democracia no nos garantiza el mejor gobierno, sino el gobierno de una mayoría.
Y el mecanismo que permite la integración del poder público es el voto universal, libre, secreto y directo. El voto nulo también tiene su significado: hartazgo, desazón, y sí, esperanza marchita.
México se construye día a día, con su vapuleada democracia.

El poder del pueblo

El Congreso de la Unión es el órgano depositario del Poder Legislativo a nivel federal de los Estados Unidos Mexicanos.
Es una asamblea bicameral, es decir está compuesta por dos Cámaras, la Cámara de Diputados –de 500 diputados– y el Senado –de 128 senadores–.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el Congreso en su Título Tercero, Capítulo II, artículo 50.
Volvamos a 1811.
Acaban de fusilar a Miguel Hidalgo y a los primeros líderes insurgentes.
José María Morelos establece entonces la primera junta representativa de la nación mexicana.
Se llama oficialmente "Junta Suprema Nacional Americana" y se reúne en Zitácuaro, Michoacán: pasará a la historia como la Junta de Zitácuaro.
Morelos siempre pensó en la organización política del movimiento insurgente, y en esta organización era fundamental la redacción de una Constitución y el establecimiento de un cuerpo legislativo de representantes de la nación.
Ese es el principal objetivo de la Junta de Zitácuaro: le redacción de las leyes
Sin embargo, debido a los constantes combates entre insurgentes y realistas, vendrá un peregrinaje por diversos lugares, ya que Zitácuaro fue tomada e incendiada por los realistas, como castigo por albergar a la Junta.
Así que, vámonos a Chilpancingo y a la Constitución de Apatzingán
Tras tomar la ciudad de Oaxaca, el 25 de noviembre de 1812, Morelos considera necesario organizar una nueva junta legislativa, y luego de la caída de Acapulco en abril de 1813, se elige a Chilpancingo como la sede del Primer Congreso de Anáhuac, que se inaugura el 6 de septiembre de 1813.
A consecuencia de ello, la junta se estableció en Apatzingán y el 22 de octubre de 1814 promulgó la primera constitución de México, la Constitución de Apatzingán.
Este texto constitucional establecía un Congreso depositario del poder legislativo, denominado oficialmente el "Congreso de Anáhuac", que se reunió por primera vez en la Parroquia de la Asunción, en Chilpancingo, Guerrero, por lo cual se conoció desde entonces como el Congreso de Chilpancingo.
Ya empiezan a funcionar las cosas en el país independiente.
Su más importante obra fue la promulgación de los Sentimientos de la Nación, redactados por Morelos.
Al consumarse la independencia en 1821, el gobierno provisional convoca a la elección de un Congreso Constituyente, que asume el poder legislativo y establece la monarquía constitucional como sistema político.
Se elige Emperador de México a Agustín de Iturbide.
Pero Iturbide nunca pudo gobernar con el Congreso, y finalmente lo disolvió.
Tras la caída de Iturbide, el Congreso se volvió a reunir y eligió el sistema republicano, debatiéndose entonces entre la forma centralista y la federal.
Consecuencia fundamental, y ahora: una cámara o dos en el Congreso.
Fray Servando Teresa de Mier y Miguel Ramos Arizpe impulsan el sistema federal, al promulgarse la Constitución de 1824 y, con ella, la división del Congreso en dos cámaras: la de Diputados, representantes de la población y el Senado, representando a los estados de la Federación.
Las vicisitudes políticas de los primeros años de la independencia de México tuvieron como consecuencia numeras disoluciones y convocatorias del Congreso, cambios constitucionales que modificaban sus atribuciones. Con la promulgación de la Constitución de 1857 se suprimió el Senado y se estableció el Congreso unicameral, manteniendo el sistema federal.
Finalmente, en 1874, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada propuso la restauración del Senado de la República, que volvió a quedar constituido el 13 de noviembre de 1874, quedando desde entonces constituido el Congreso en forma bicameral. El Senado restablecido y constitucionalmente electo se instaló el 16 de septiembre de 1875, para la VIII Legislatura.


Detengámonos un poco del ejemplo inglés. Fenómeno extraño: antes de establecerse como democracia, ya había un Congreso.
Era una especie de dictadura congresional. Del Parlamento Ingles han abrevado todos los Congresos del Mundo.
Actualmente, Inglaterra se divide en cuatro subdivisiones administrativas: regiones, condados, distritos y parroquias.
Históricamente, la cabeza de la jerarquía administrativa eran los condados, que emergieron un gran espectro de viejas unidades territoriales inglesas.
Antes de la unificación, existían algunos reinos, como Essex y Sussex; Ducados, como Yorkshire, Cornualles y Lancashire o, simplemente, áreas de tierra donadas a algún noble, como es el caso de Berkshire.
A finales del siglo XIX, ocurrió una serie de reorganizaciones del gobierno.
La solución a la aparición de grandes áreas urbanas era la creación de enormes condados metropolitanos, centrados en las ciudades.
En los años noventa, una reforma del gobierno comenzó la creación de autoridades unitarias, donde distritos ganaron el estado administrativo de un condado.
En los Congresos modernos existe la figura del speaker, que significa orador; llamado así porque él habla representando a los comunes ante el Rey; esta figura es creada en 1376 y cuya función es Presidir la Cámara, representarla ante la Corona, ante la Cámara de los Lores y ante otras autoridades.
Su autoridad debe desempeñarse con neutralidad e imparcialidad ya que su nombramiento lo recibe de los propios miembros de los comunes.
En la Cámara de los Lores, también existe la figura del Lord Chancelber; que es el Presidente de la misma, generalmente es también miembro del Gabinete y su designación esta a cargo del Primer Ministro. Sus Facultades son limitadas y siempre por debajo del speaker, que representa a el Pueblo.
Sus funciones son de coordinación, moderación, representación, autentificación, administrativas, de aplicación de sanciones, de información de los trabajos.
Desde luego, la tarea más importante del Presidente del Congreso, es preservar la libertad en las deliberaciones.
El líder del Congreso tiene, entre otras facultades inducir al Pleno a la reflexión, ya que consulta si los temas han sido suficientemente discutidos.
En tanto, todos los diputados son “pares” es decir iguales ante la Ley, el Presidente es el único que puede interrumpir a un orador en el uso de la palabra, siempre y cuándo sea para centrar la discusión.

La importancia de votar radica entonces en una insistente lucha por encontrar la perfección para administrar un país.
El Congreso es lo que tenemos en México.
Este domingo renovamos a nuestros diputados.
Estos, en teoría los mejores hombres, son quienes nos representan.
No los dejemos solos.
Asistamos a las urnas para no nulificar la democracia.

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